El Ojo Crítico: “Douglas”

El Ojo Crítico: “Douglas”

Hannah Gadsby siempre da en el blanco.

EN ESCENA. Gadsby luce afilada y habla de todo: historia del arte, autismo, #MeeToo, machismo... EN ESCENA. Gadsby luce afilada y habla de todo: historia del arte, autismo, #MeeToo, machismo...

MUY BUENO

STAND UP / POR NETFLIX

Hannah Gadsby regresó a la pantalla para presentar su nuevo especial de stand up, ya disponible en Netflix. El show se titula “Douglas” (en honor a su perro) y sin duda debe haber sido difícil de elaborar después del éxito de “Nanette”, el monólogo ardiente y profundamente personal con el que alcanzó gran resonancia.

En su nueva presentación Gadsby juega con las expectativas y bromea sobre los beneficios de la retrospectiva; cómo “Nanette” implicó agotar su trauma y su material revelador en un solo show. Así arranca “Douglas”. Luego, en una especie de spoiler del humor, comparte con el público los lineamientos del espectáculo y anticipa que en varios pasajes van a quedar impactados. Le agrega así otro nivel a la comedia, al dejar que la audiencia ingrese a ese plano construido cuidadosamente, casi como si un mago explicara el secreto del truco y luego lo hiciese. Pero en este caso funciona, y muy bien.

Sin perder el toque de humor “clásico” de un stand up, Gadsby regresa a la historia del arte para demostrar que “los hombres han nombrado las cosas” y siempre han dejado de lado a las mujeres. Así también como para señalar la misoginia sistemática en todos los ámbitos académicos. Gadsby, fiel a su estilo, no teme discutir las reglas del género.

Otro tramo importante llega cuando profundiza sobre su tardío diagnóstico de autismo. Después de varias consultas médicas fue diagnosticada en 2016 (tenía 38 años) con autismo de alto funcionamiento. Y sobre esta nueva etiqueta también bromea, explicando que la percepción pública del autismo sigue siendo un campo minado de generalizaciones y estigmas.

Gadsby sigue preocupada porque muchas mujeres talentosas en la comedia no obtienen el reconocimiento que merecen. Y, aunque está contenta de que el movimiento #MeToo haya propiciado la condena de Harvey Weinstein y de Bill Cosby, no cree que ese sea el final.

“Lo que debe cambiar es la cultura tóxica que permite ese comportamiento. Estos hombres no podrían haber hecho esas cosas sin las estructuras de poder y los sí-hombres y las personas silenciosas a su alrededor”, subraya en su discurso la actriz, guionista y presentadora australiana. Y advierte: “estos son escenarios de culto en los que las personas buenas hacen la vista gorda y casi se convencen de que no lo vieron. Es una cuestión cultural”.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios