La pandemia cambió la forma de ayudar, pero no la voluntad

La pandemia cambió la forma de ayudar, pero no la voluntad

Una coordinadora de una organización solidaria contó cómo reparten comida a personas en situación de calle.

VOLUNTARIADO. El equipo de Lazos Solidarios entrega viandas y prendas a personas en situación de calle. (Fotos: Facebook de Lazos Solidarios) VOLUNTARIADO. El equipo de Lazos Solidarios entrega viandas y prendas a personas en situación de calle. (Fotos: Facebook de Lazos Solidarios)
18 Mayo 2020

La pandemia de coronavirus cambió casi todo en este mundo. Hasta la forma de ayudar. Lo que no cambió es la voluntad de los grupos de tucumanos que, a pesar del covid-19 y del dengue, se organizan para llevarles comida, ropa, frazadas y otros elementos de primera necesidad a personas en situación de calle. 

Hace cerca de un año y medio, Sabrina y Diego comenzaron a coordinar la entrega de viandas a través de Lazos Solidarios, una de las organizaciones sin fines de lucro que hacen esa tarea en Tucumán. Gracias a las donaciones, y junto a otros voluntarios, se reunían a cocinar y a repartir, siempre de noche, los platos de comida y mudas de ropa para entre 100 y 150 tucumanos que dormían a la intemperie. Pero la cuarentena llegó y modificó el primer “hábito” que tenía el grupo: ahora, las entregas se hacen de día, y se avanzó más allá de los circuitos iniciales.

VOLUNTARIADO. El equipo de Lazos Solidarios entrega viandas y prendas a personas en situación de calle. (Fotos: Facebook de Lazos Solidarios) VOLUNTARIADO. El equipo de Lazos Solidarios entrega viandas y prendas a personas en situación de calle. (Fotos: Facebook de Lazos Solidarios)

“Con la pandemia cambiaron muchas cosas. Nos unimos entre todas las organizaciones que hacemos lo mismo, y hay grupos que hacen las viandas sociales el lunes, otros el miércoles, otros el jueves, y así. Nosotros estamos saliendo los martes”, relató Sabrina a LA GACETA.

La voluntaria explicó que cada equipo efectúa los recorridos teniendo en cuenta todas las prevenciones. “No vamos más de tres o cuatro voluntarios en un auto, repartimos barbijos (a las personas en situación de calle) y estamos atentos a todas las recomendaciones, como el alcohol en gel y otros cuidados. Muchos nos vacunamos contra la gripe y pedimos asesoramiento a médicos amigos, incluso para que nos den dietas que levanten las defensas. De todas maneras, esto es un es un voluntariado, el que desea hacerlo también sabe que se hace responsable de las consecuencias”, explicó.

Las enfermedades que afectan a los tucumanos, además, tuvieron una repercusión en un aspecto clave que aportan estas organizaciones sociales: el afecto. “No es lo mismo que antes, en cuanto a que nos abrazábamos todos, nos saludábamos con besos. Es difícil. La vianda de comida es casi una excusa para el contacto. Es difícil no dar la mano, no saludar, no poder jugar con un niño que se te acerca. Lo emocional para nosotros es muy importante”, narró la joven.

Sabrina explicó que, cuando comenzó la cuarentena y se declaró la emergencia sanitaria, también se redujo la cantidad de participantes en esta movida solidaria. “Ahora están volviendo a estar activos. Pero se respetó y comprendió su decisión; además siguen siendo parte del grupo, aportando de otra manera. Se puede colaborar de distintas formas, sin exponerse”, agregó.

Labor conjunta

Sabrina contó que, si bien los recorridos se hacen al mediodía, todavía hay mucha gente en situación de calle, e incluso personas que fueron ubicadas en albergues o restituidas a sus familias que aún reciben la vianda social.

“La Policía fue comprensiva. Cuando no se nos permitía pasar, ellos mismos llevaban (la comida). No tengo quejas en cuanto a eso”, relató una de las coordinadoras de Lazos Solidarios.

Remarcó la labor conjunta que surgió con otras organizaciones y con albergues que se generaron por la pandemia, como en el club Ojo de Agua. “Hay un trabajo duro por hacer”, explicó.

Contó distintas experiencias que surgieron en la pandemia. Por ejemplo, el caso de una mujer, adulta mayor, que está internada en el Centro de Salud, con un cuadro respiratorio de larga data. “Ella no puede volver a la calle”, alertó. Por eso, están tratando de conseguirle una pensión, además de buscar colaboración económica para conseguirle, al menos provisoriamente, el alquiler de una habitación.

En este tiempo, además, ayudaron a personas a gestionar el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) para que pudieran comenzar algún tipo de emprendimiento. En otros casos, explicó, los beneficiarios deben utilizar los $10.000 del subsidio nacional para alquilar cuartos. “El más económico cuesta, mínimo, $3.500 por mes. Es una solución provisoria, por lo que a ellos también les estamos llevando la comida, para que no deban afrontar tantos costos”, explicó.

Al lado del coronavirus, dijo, está el miedo a la picadura del mosquito aedes aegypti. “La verdad, tuvimos más temor al dengue. En una ocasión dimos con un chico que volaba en fiebre. Fue todo un susto. Al final con una compañera lo asistimos, lo llevamos a la guardia del hospital y después se confirmó que tenía esa enfermedad”, relató.

¿Cómo viven las personas sin acceso a un hogar esta pandemia, que ya causó más de 300.000 muertes en el mundo? “No sé si la gente en situación de calle puede tomar dimensión. Sus preocupaciones son otras, del día a día. El coronavirus y el dengue para ellos están en segundo plano. Se están enfermando por los años que llevan así. Tratamos de decirles que mantengan distancia y otras recomendaciones, pero están enfocados en qué podrán comer ese día. En los albergues sí se están cuidando. Pero quien vive en la calle tiene otras preocupaciones”, remarcó. Y graficó: “las cosas que pasan en la calle son distintas a la realidad que vivimos en nuestras casas; por eso no los juzgamos, sino que tratamos de ayudarlos”.

Ahora, la campaña de Lazos Solidarios está centrada en la donación de prendas de vestir, de todas las edades y tipo, incluyendo calzados. También son importantes las colchas y frazadas, ya que se viene la época de frío. “Para la gente en situación de calle, la ropa es ‘descartable’. No tienen dónde ni cómo lavarla”, explicó. Y dio otro ejemplo de hasta qué punto la cuarentena cambió la forma de ayudar. “Antes no recibíamos ropa de bebés y niños, porque hacíamos los recorridos de noche, y se veían muy pocos. Ahora, como vamos de día, vemos muchísimos”, contó Sabrina.

¿Cómo colaborar con Lazos Solidarios?

Podés seguirlos en sus redes sociales de Facebook o Instagram. Desde allí, tenés la opción de escribirles un mensaje directo, que será contestado por Sabrina o por Diego. Además, en las publicaciones aparecen otras vías de contacto. En estos momentos, reciben donaciones de ropa, colchas y alimentos. Las pasan a buscar en un vehículo de ellos, teniendo las precauciones de rigor para evitar contagios. 

Esta nota es de acceso libre.
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