
MODELO. Gareth Bale, luciendo la mascarilla N95, que se fabrica en Dubai.

En el regreso de la Bundesliga se vieron situaciones comunes de cualquier partido, pero que constituyen violaciones al protocolo sanitario elaborado justamente para que el fútbol vuelva en Alemania. Abrazos, besos, festejos en grupo, jugadores que se tocaron la cara, incluso escupitajos generaron alarma, y casi con seguridad generará sanciones.
En esta batalla contra las costumbres, quién sabe si ahora no podrían tomar cuerpo las palabras de Marc van Ranst, virólogo de Bélgica, que hace algunas semanas propuso usar mascarillas especiales a la hora de reanudar las ligas del mundo.
“Una vía a tener en cuenta es portar mascarillas para jugar al fútbol. En internet se pueden encontrar máscaras anticontaminación que pueden ser portadas por jugadores de fútbol o por ciclistas. Son más cómodas”, indicó Van Ranst.
Aunque es muy importante mantener las medidas de seguridad, expertos de distintos países sostienen que el uso de mascarillas debería ser la opción más generalizada entre los “runners” y no en la alta competencia.
Sí es más frecuente que se vean mascarillas durante los entrenamientos que en algunos clubes europeos efectúan. El “Daily Mail” de Inglaterra, informó en su momento que, al menos cuatro equipos, ya adquieron el modelo denominado N95 a la compañía Altitude Mask, con sede en Dubai. El producto está diseñado especialmente para proteger a los atletas contra la covid-19.
La N95 no es la única que está en el mercado. El cubrebocas Joytutus, fabricado por la compañía china del mismo nombre, es actualmente el más vendido en Amazon. Pero también están la Stratos Mask de la marca italiana La Sportiva; la Windflap y la Muvu, de las firmas españolas Inverse y Lurbel. Los precios (incluyen repuestos) van desde los $2.000 y en algunos casos superan los $7.000, dependiendo del grado de sofisticación del producto.







