Dengue: el virus presenta una variación genética

Dengue: el virus presenta una variación genética

Todos los serotipos pueden causar enfermedad grave, unos más que otros. Algunas variantes tienen más potencial epidémico.

Dengue: el virus presenta una variación genética

El dengue nos ha golpeado con mucha más virulencia que en las últimas epidemias. No sólo por la cantidad de casos: cada siete minutos se diagnostica un paciente con la enfermedad en Tucumán. Más que nada es por los cuadros clínicos graves que se ven en los hospitales y por los cinco muertos que ya se ha cobrado este brote en la provincia.

“Estamos estudiando si una nueva variante del virus del dengue circula en la provincia, y eso explicaría por qué la epidemia es más severa este año”, detalla el director de Epidemiología del Siprosa, Rogelio Calli.

El dengue, enfermedad que transmite el mosquito Aedes aegypti, tiene cuatro serotipos, del DEN 1 al DEN 4. Cada serotipo, a su vez, posee variantes, que son los genotipos. El DEN 1 tiene, por ejemplo, cinco variantes genéticas. Este serotipo es el que circuló en las epidemias locales de 2009 y de 2016. Es también el que más está presente en la actualidad: aparece en el 82,5% de los casos. El 17,5% restante corresponde a DEN 4.

Todos los serotipos pueden causar enfermedad grave. Algunas variantes dentro de cada serotipo tienen un potencial epidémico mayor y también son más virulentas, indica Calli.

En las guardias de los hospitales y centros asistenciales se están viendo más casos complicados de dengue. Se atienden en promedio 200 casos por día de lo que se conoce como “síndrome febril inespecífico”. En muchos de esos pacientes (el 20%) la enfermedad presenta después de unos días signos de alarma. Se les hacen estudios de laboratorio. Las plaquetas bajan. Y pueden aparecer incluso lesiones hepáticas. Por eso nunca hubo tantos internados por esta patología: 968 entre el sistema público y privado de salud. El 89% ya fue dado de alta.

APRENDIZAJE. La sociedad deberá adquirir el hábito de no acumular cosas que puedan servir de criaderos. APRENDIZAJE. La sociedad deberá adquirir el hábito de no acumular cosas que puedan servir de criaderos.

Tucumán ha sumado este año otro triste récord: cinco muertes por dengue. Según Calli, podría esperarse que se registren más fallecimientos. “Si tenemos en cuenta que la tasa de letalidad de dengue ronda el 1,6%, nosotros tenemos una tasa baja, del 0,8%”, remarca.

Difícil de controlar

¿Se podría haber evitado que sea una epidemia tan grande?, le preguntamos. “Tucumán no es una isla. Posee todas las condiciones para que prolifere el mosquito: desde el clima hasta la situación socioambiental. Todas las provincias del NOA tienen muchos casos de la enfermedad. Cuando una epidemia se desata es difícil de controlar”, opina el funcionario.

Sostuvo que en estos momentos la medida más efectiva que pueden implementar los tucumanos es usar repelente. “El mosquito se adapta a las condiciones más adversas. Como sea, se habitúa y busca vivir en nuestra casa. Por eso las fumigaciones afuera, en los parques y en general, no son tan efectivas”, resaltó.

No obstante, pidió continuar con las tareas de descacharrado y tener en cuenta especialmente los recipientes menos comunes donde puede criarse el Aedes: una bolsa, una zapatilla o una tapita. “Está en los lugares más impensados. Es increíble cómo encuentra sitios para vivir”, explica.

Los malos de la película

La cifra oficial es 3.638 casos de dengue. En la última semana se sumó un récord de 1.300 pacientes. ¿El número es una muestra real de lo que ocurre en la provincia? Quienes viven en los barrios más afectados cuestionan la cantidad de enfermos que reporta a diario el Siprosa. Veamos qué dicen quienes elaboran las estadísticas:

“Son estimaciones. No hay manera de saber en forma exacta la cantidad de infectados. Ese subregistro existe porque hay personas que tienen la enfermedad asintomática o porque tienen síntomas leves y no consultan. Hay un gran número que desconocemos. De acuerdo con cada epidemia se pueden hacer evaluaciones: multiplicar cada caso por cinco, por 10 o por 20. No sabemos todavía cuál sería el cálculo en nuestra provincia”, advierte Calli.

La doctora Andrea Lascano, a cargo de Control y Vigilancia de Arbovirus, de la Dirección de Epidemiología del Siprosa, reconoce que el número de casos siempre es más bajo que el real. “Aunque es una enfermedad de vigilancia y de denuncia obligatoria, muchos no se notifican”, apunta durante una charla virtual.

Cuenta que en cada brote a los epidemiólogos los ven como los malos de la película, los que mienten las estadísticas. “Para epidemiología no es imprescindible tener una idea exacta de la cantidad de casos, sino tener cifras aproximadas que nos permitan ver cómo se comporta una curva, cuándo está subiendo y cuándo comienza a descender”, explica.

Actualmente la curva de dengue en Tucumán está en la cima, señala. “Tenemos entre 200 y 300 consultas por día de pacientes con fiebre inespecífica así que no estamos cerca de que empiecen a descender los casos”, remarca. Cree que el contexto actual -aislamiento por pandemia de coronavirus- hizo que mucha gente con la patología ni siquiera consultara al médico.

“La cuarentena también cambió el perfil del paciente con dengue, que normalmente es una adulto joven. Este año todos los grupos etarios se vieron afectados”, especifica.

¿Qué se puede esperar? ¿Es cierto que el año que viene no tendremos que preocuparnos porque las epidemias de dengue son cíclicas? Calli y Lescano advierten que no hay que confiarse porque los brotes son impredecibles. Cuando una cierta cantidad de personas ha superado la enfermedad y es inmune a ella en una zona, un virus se desvanece. Claro que en el caso de dengue no podemos olvidar que tiene cuatro serotipos y la inmunidad cruzada es de muy corta duración (un año), por lo que cualquiera puede sufrir las cuatro infecciones en su vida. Al menos que llegue la tan ansiada vacuna.

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