De "25 de Mayo y Chile" a Copenhague, y con tijeras

¿Qué fue de la vida de David Lastra? ¿Lo recuerdan en Atlético? Aquel defensor central espigado surgido de las inferiores (clase 1992) y que debutó ante San Martín, de la mano de Ricardo Rodríguez. La respuesta a la primera pregunta implica tantas novedades que es mejor ordenarlas bien para contar una linda historia.

Lastra subió al plantel profesional con 19 años (hoy tiene 28) en enero de 2012. Juan Manuel Llop lo llamó para hacer su primera pretemporada en Salta y, meses más tarde (con nuevo entrenador), saldría a la cancha por primera vez en un clásico en La Ciudadela. Su arribo al plantel coincidió, por ejemplo, con la llegada de Cristian Lucchetti y el regreso de Luis Rodríguez, tras una etapa por Newell’s. Antes, había pasado un año en las inferiores de Lanús junto a Leandro Díaz.

“Tuvimos grandes técnicos y había grandes jugadores en nuestra categoría”, recuerda Lastra desde un departamento bien calefaccionado en Copenhague, la capital de Dinamarca. Así como Tucumán no se “enteró” de que llegó el otoño y todavía no termina de llegar el frío, en esa parte de Europa donde está este ex jugador de Atlético, la primavera no da señales y el frío no da tregua. ¿Y qué hace allí Lastra?

Luego de ese partido en cancha de San Martín las cosas no salieron como Lastra había soñado para su carrera futbolística. No encontró mucho lugar en el plantel de Primera y después de un tiempo pasó a San Jorge. Almirante Brown de Lules, 15 de Abril de Tarija (Bolivia) y Unión Santiago fueron los siguientes clubes hasta que dijo basta. Basta de fútbol.

Mientras responde las consultas de LG Deportiva, Lastra tiene unas tijeras. Otro interrogante que se suma a cómo terminó en Dinamarca, pero que con paciencia se irá contestando. Paciencia que tuvo el propio defensor una vez que enfrentó el retiro. Su objetivo, ya sin el fútbol en su vida, era estudiar traductorado de inglés, algo que cumplió. Mientras, seguía yendo a la iglesia frecuentemente y canalizando algo de lo que no se había retirado: la fe. “Soy evangelista, agradezco a Jesús que me haya enseñado el camino”, reconoce Lastra. 

Justamente en la iglesia, meses después del retiro, se despejó el interrogante de las tijeras. Su mamá es peluquera y además de acompañarla al trabajo y admirarla por su dedicación y esfuerzo, aprendió algo del oficio. Y en la iglesia a la que asistía decidió probar: “les cortaba el pelo a los chicos. Todos los conocimientos básicos me los había dado mi mamá”. De a poco, se iría convirtiendo en peluquero, gracias a más consejos y a cursos.

El inglés y la peluquería no parecían combinarse hasta que su hermano Lucas viajó a Copenhague con un amigo, en el marco de un programa de trabajo de un año. “Nuestro país tiene un convenio con Dinamarca al que acceden personas menores de 30 años y en el que se puede trabajar y conocer por el transcurso de un año”, explica Lastra. La experiencia fue tan positiva que decidió hacer lo mismo, exactamente el 12 de febrero de este año, e iniciar su propio “work & holidays” (trabajo y vacaciones).

Vive con su hermano en el corazón de la capital danesa y pese a que al principio trabajó haciendo delivery de comidas, ahora se dedica a la peluquería. “Con el trabajo nos alcanza para pagar el departamento y conocer la ciudad. Es un lugar increíble, muy organizado”, explica. “Todos los edificios son hermosos y la calidad de vida es alta”, agrega.

El inglés, idioma que maneja gran parte de la población, le sirve para moverse con comodidad en un lugar de ensueño. “El idioma danés es muy complicado pero con el inglés estoy bien”, cuenta Lastra, que extraña a su novia Marcela. La iglesia a la que asistía también forma parte de sus recuerdos pero allá sigue yendo todos los domingos, así que no se hace problemas.

Aquel defensor central, parece muy lejos del área en estos momentos, pero a diferencia de otros jugadores que decidieron encarar el retiro, él se siente feliz. Lejos y feliz también puede ser una respuesta válida a la pregunta inicial: ¿qué es de la vida de David Lastra?