El balance de una vida en una narración llena de encanto

El balance de una vida en una narración llena de encanto

Un mundo que podría ser el de cualquier mujer.

17 Mayo 2020

NOVELA

MAL DE MUCHAS

MARCELA ALLUZ

(El Ateneo - Buenos Aires)

Se trata de una narración en primera persona sencillamente encantadora. Una mujer de unos 40 años cuenta su vida, una vida sin grandes acontecimientos, centrada en una difícil e insoslayable relación con su madre y su única hermana. Esa relación compleja –una madre que en su infancia “sabía atrapar el viento”– sirve de soporte para conocer sus deseos, sus frustraciones, sus amores y los fracasos de esos amores. Con un estilo peculiar, poblado de palabras que son como gestos de la vida misma, nada convencional, construye una lectura atrapante, sin pausas, llena de encanto; conmueve, sugiere, revela cosas que, de algún modo, toda mujer sabe porque lo ha vivido o lo ha imaginado.

Lucha por ser libre pero se pone trabas a sí misma para serlo, tiene miedos, los miedos que todas podemos tener, los miedos de vivir, de amar de alcanzar los sueños, simplemente eso, no hay otros miedos. Dice: He ido por la vida llenándome de excusas. Una a una, a cual más valiosa para anudarme los tobillos. Se han llamado de muchas maneras, han ido tomando el nombre totémico necesario para trenzar los hilos que me han ido atando, para desplumar, a mano y sin helarme ante la sangre, las alas que como muñones malditos me crecen incesantemente en los hombros. (pág. 31).

Este grito frustrado de libertad y belleza, atraviesa el libro. A menudo sus metáforas tienen que ver con la escritura, quiere ser leída, comprendida, acompañada en sus profundidades y contradicciones. Pero nadie la lee, o solo algunos hombres y solo por momentos. Nadie ha encontrado la “llave ganzúa” de la puerta detrás de sus ojos. Así, con palabras casi mágicas, va trazando un mundo que podría ser el de cualquier mujer, o que es, en alguna medida, el de toda mujer que se permita ser sensible, inteligente, audaz. Una hermosa novela que debe leerse, sin ninguna duda.

© LA GACETA

Cristina Bulacio

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