Por Lucía Lozano
16 Mayo 2020
BARRIO ALEJANDRO HEREDIA. Fumigan la zona donde se produjo el quinto deceso por contagio de dengue.
¿Cuántos litros de químicos se habrán usado durante estos últimos tres meses para combatir el mosquito Aedes aegypti? Sólo pensar en la respuesta les produce escalofríos a las autoridades encargadas de las tareas de prevención de la epidemia de dengue.
Reconocen que en toda la provincia las fumigaciones fueron masivas y descontroladas. Las nubes tóxicas llegaron hasta los rincones más impensados. Se usó todo tipo de máquinas, desde termonebulizadoras y mochilas hasta drones y tractores. Y esto traerá consecuencias: daño ambiental y mayor resistencia del mosquito a los insecticidas.
A esa conclusión llegó un grupo de expertos que se reunió en el Siprosa para debatir cuánto hemos aprendido sobre el dengue en esta epidemia, que en nuestra provincia ya suma casi 3.500 casos este año.
Del encuentro participaron la bióloga Giselle Rodríguez, investigadora del Instituto Lillo, los ingenieros Roberto Corbella y Julio Vallejo (Facultad de Agronomía y Zootecnia de la UNT), la doctora Andrea Lascano y la ingeniera Julieta Migliavacca (Siprosa), Gustavo Páez Márquez (dirección de Agricultura de la Provincia) y Carlos Arnedo (secretario de Servicios Públicos de la Municipalidad capitalina).
Encuesta
Al leer los resultados de una encuesta realizada en Tucumán, a los expertos no les llamó la atención que el 46% de los 2.700 consultados haya afirmado que compra y aplica productos químicos en su casa.
“Hay un gran desconocimiento sobre el uso de estos productos”, remarcó Vallejo, impulsor del encuentro. Dijo, además, que la mayoría de los trabajos con insecticidas se hace para controlar mosquitos adultos y que sería mucho más eficiente usar también larvicidas, pero pocos lo saben.
Migliavacca se mostró preocupada por los efectos de tantos insecticidas, que contaminan el suelo y el aire.
Rodríguez señaló: “durante esta epidemia estamos viendo que el control químico de mosquitos se hizo masivo y está descontrolado. Hay un exceso en la aplicación de venenos, que a la larga nos terminará jugando en contra porque tendremos mosquitos cada vez más resistentes”.
Todos los especialistas se expresaron en contra de estas prácticas masivas por varias razones: cuando uno fumiga mata todo, no sólo mosquitos, sino también los depredadores de estos insectos. Los insecticidas son tóxicos, generan desorden ecológico y sólo deben utilizarse cuando peligra la salud humana. Son una buena herramienta cuando hay casos de dengue en una manzana y es necesario disminuir la cantidad de mosquitos infectados.
Las nebulizaciones tienen que hacerse en un horario especial (cuando está activo el mosquito) y con una frecuencia determinada (cada 48 o 72 horas).
“Lo que vemos es que muchas veces no son acciones coordinadas. Prácticamente todos los municipios y comunas salieron a fumigar, muchos de ellos con máquinas no autorizadas”, señalaron los especialistas.
Sin autorización
No obstante, según los expertos el principal problema se está viendo por la gran cantidad de oferta de fumigaciones particulares. Algunos no tienen autorización para hacer los trabajos ni conocimientos adecuados.
Vallejo recordó que estas prácticas no se pueden realizar sin la supervisión de un ingeniero agrónomo que pueda asesorar adecuadamente.
Fue un desmadre, reconoció Páez Márquez. “Es un tema preocupante. Por suerte conseguimos que algunas comunas dejen de utilizar máquinas agrícolas para fumigar, ya que esto no es lo adecuado”, comentó.
Reveló que le solicitaron hacer fumigaciones aéreas y que se negó esa posibilidad. “El daño sería mucho mayor que la eficacia de esa aplicación”, sostuvo. “Esto también se vio con los drones. Están indicados para baldíos más que nada. No se pueden usar en todo tipo de terrenos”, añadió Migliavacca.
Una situación bastante común en algunos barrios fue que los vecinos contrataron un fumigador particular el día después del paso de un organismo oficial nebulizando con insecticidas. “En ese caso el control químico se vuelve totalmente en contra porque el mosquito tiene la capacidad de generar resistencia”, explicó la funcionaria.
Rodríguez concluyó advirtiendo que durante las próximas epidemias no habrá más opción que buscar nuevos químicos para atacar la plaga; los que se usan actualmente probablemente ya no tengan ningún efecto sobre el mosquito.
Por ahora, eliminar los lugares de cría del mosquito -los recipientes con agua- sigue siendo lo más efectivo, insistieron.
NOTICIAS RELACIONADAS
Lo más popular
