El Ojo Crítico: “Circus of books”

El Ojo Crítico: “Circus of books”

La curiosa historia de un baluarte gay.

DETRÁS DEL MOSTRADOR. Los Mason, padres de la criatura. DETRÁS DEL MOSTRADOR. Los Mason, padres de la criatura.

BUENA

DOCUMENTAL / POR NETFLIX

Barry y Karen Mason eran los dueños de un santuario de la contracultura gay en el corazón de Los Ángeles, pero nadie lo sabía. Ni sus amigos ni sus propios hijos. Para los Mason, un matrimonio judío de lo más convencional -ella muy creyente y asidua asistente a la sinagoga-, se trataba simplemente de un trabajo. Con la misma naturalidad tomaron el hecho de ser los principales distribuidores de pornografía homosexual de Estados Unidos, y la asociación con figuras tan particulares como Larry Flynt y Jeff Stryker.

“Circus of books” se llamaba el local que los Mason regenteaban en el West Hollywood y así se titula el documental que filmó su hija Rachel. A fin de cuentas, ¿quién mejor que ella para desentrañar esa curiosa historia familiar? Rachel y sus hermanos cuentan cómo se criaron ignorando por completo de qué iba la actividad de sus padres. Hasta les pedían que agacharan la cabeza y no miraran los estantes cada vez que entraban al negocio. Esos testimonios, junto con los de Barry y de Karen, conforman el núcleo de la película, un relato que encuentra sus mejores momentos cuando afloran los sentimientos, la honestidad y las contradicciones, porque -por más que lo disimulen- de ingenuos los Mason no tienen nada.

El documental es también un registro que abarca décadas. El auge y la caída de “Circus of books” corresponden a los vaivenes sociales que marcaron la segunda mitad del siglo XX. Sin quererlo ni pensarlo, los Mason motorizaron la visibilización de disidencias largamente reprimidas. A la vez, lucharon contra la represión y la censura, y atravesaron momentos tan difíciles como la explosión del HIV en los 80. Pero a un enemigo fue imposible vencer: internet.

La película apela a la nostalgia nutriéndose de valiosas grabaciones caseras, mientras la historia de los Mason y de su emprendimiento -único e irrepetible- va desgranándose con un tono amistoso, cercano, por momentos emotivo cuando uno de los hermanos de Rachel narra su salida del closet. Es una crónica familiar, sí, pero atada a una era de profunda simbología social y política.

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