Unidos por el aislamiento, pero lejos de sus familiares

Unidos por el aislamiento, pero lejos de sus familiares

Vildoza, en Corrientes, y Carrizo, en Buenos Aires, sufren por la suspensión de las competencias.

Leandro Vildoza espera novedades en Corrientes junto a su pareja María José. Leandro Vildoza espera novedades en Corrientes junto a su pareja María José.
09 Mayo 2020

Incertidumbre, dudas y preocupación. Tres palabras, tres sensaciones que se convirtieron en el denominador común de millones de personas que buscan reacomodar su vida, mientras miran de reojo la situación provocada por la pandemia del coronavirus. Muchos tucumanos siguen lejos de sus orígenes y afectos porque el aislamiento los sorprendió realizando algún trámite, disfrutando de un viaje o simplemente cumpliendo con la rutina laboral. En este último grupo figuran los deportistas. Entre ellos Leandro Vildoza, basquetbolista de Regatas Corrientes, equipo que compite en la Liga Nacional, y Nicolás Carrizo, arquero nacido en Aguilares cuyo pase pertenece a San Martín pero fue cedido a préstamo a Defensores de Belgrano, uno de los animadores de la Primera Nacional.

“Nunca pensé que esto se iba a prolongar tanto tiempo”, reconoce Vildoza en la charla con LG Deportiva. El base de Regatas Corrientes se encuentra en esa provincia junto a su pareja María José, que es oriunda de Concordia (Entre Ríos), y espera ansioso que se pueda superar rápidamente la pandemia para volver a desarrollar su vida cotidiana. “Lo más duro es la incertidumbre de no saber cuándo volveremos a jugar. Si bien es importante resguardarse del virus, extraño los entrenamientos y los partidos”, comenta casi resignado.

La última función

Dos meses pasaron del último partido que jugó Vildoza. Fue en Mar del Plata, ante Peñarol, por la Liga Nacional. “Cuando volvimos me quedé unos días en Concordia junto a María José. Luego vine a Corrientes porque tenía turno con un médico. En ese momento se dispuso el aislamiento obligatorio y no pude regresar a Tucumán. Me cuesta afrontar este momento porque me gusta estar con la familia. Los extraños. También a mis amigos. Trato de compensar este desarraigo hablando casi todos los días con ellos. De todos modos no me puedo quejar. porque estoy acompañado por la persona que amo”, confiesa el hijo de Mario Vildoza.

En el basquetbol argentino, como en el fútbol, la mayoría de los contratos vence el 30 de junio. Eso genera inquietud a los profesionales, aunque Vildoza tiene un punto a favor: su vínculo con Regatas Corrientes se extiende hasta el año próximo. “En lo personal estoy tranquilo, pero nadie sabe qué va a pasar en los próximos tiempos. La temporada se extiende por 10 meses y gran parte de los jugadores van a quedar libres en menos de 60 días. Eso genera incertidumbre y no es bueno. Estoy en contacto permanente con mis compañeros. La preocupación que sienten todos es lógica. Ninguno sabe lo que puede ocurrir en el futuro inmediato, tanto en lo que respeta a la salud como en el tema económico”, indicó.

DISCRIMINADO. DISCRIMINADO.

Doble sufrimiento

Carrizo padece el aislamiento por partida doble. Por un lado, no pudo volver a Aguilares, su ciudad natal, y se mantiene lejos de su familia y amigos. Por el otro, siente que la decisión de la AFA de dar por finalizada la temporada pero dejar abierta la definición de los ascensos en la Primera Nacional es injusta.

“El trato discriminatorio que se observa en el fútbol argentino es alarmante y nos preocupa. Deben creer que en nuestra categoría los que jugamos somos robots. Todos tenemos los mismos derechos y obligaciones. Nos gustaría que nos escuchen y que nos respeten”, resaltó.

El ex arquero de San Martín optó por quedarse en el departamento que el club le alquiló en Colegiales porque nunca imaginó que la cuarentena se iba a extender tanto tiempo. “Es la primera vez que me radico fuera de mi provincia y vine a una ciudad inmensa como es Buenos Aires. Acá todo me queda lejos. Por suerte estoy cerca del club y mis compañeros, en especial Matías Quiroga y Nicolás Benegas, me ayudaron a moverme en los primeros días. Decidí venir a Defensores de Belgrano porque sabía que en San Martín no iba a tener muchas oportunidades de jugar. Si bien no soy titular, espero una chance para ganarme un lugar en el equipo”, indicó.

En medio de tanta incertidumbre cada uno busca la forma de superar un momento complicado, que se agrava para aquellos que deben cumplir con el aislamiento en soledad. “No es sencillo, pero hay que hacerle frente. En lo personal evito ver los noticieros porque tanta información negativa me afecta anímicamente. Al final del día termino deprimido. Para que eso no suceda veo películas cuando no estoy entrenando. Me entretienen. Además, como no hay actividades deportivas los canales sólo repiten partidos y no me prendo en eso. Al fútbol lo disfruto cuando lo juego”, afirma Carrizo, quien como muchos argentinos cuenta los días y reza para que la espera llegue a su fin y puedan volver a disfrutar. La espera parece interminable, pero saben que cada vez falta menos.

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