“Si al comercio no lo levantamos ya, lo fundimos”, asegura Campero

“Si al comercio no lo levantamos ya, lo fundimos”, asegura Campero

En Yerba Buena piden habilitar los negocios minoristas, la medicina y la construcción privada.

“Vamos a salir, pero con muchos pobres”, manifestó Campero.   “Vamos a salir, pero con muchos pobres”, manifestó Campero.

Lastrada por el coronavirus, la economía de Yerba Buena (como la del mundo entero), retrocede. Mientras el gobierno de la Argentina anuncia poco a poco ciertas condiciones para una rebobinada gradual, las autoridades de esa ciudad insisten ante el estado provincial para que les habilite ciertas actividades, principalmente los negocios minoristas, la medicina y la construcción privada.

“Países del mundo entero, mucho más sólidos que el nuestro, están casi fundidos. De esto vamos a salir, pero vamos a salir con muchos pobres. Dos meses atrás, un mozo era clase media; hoy es pobre. Si al comercio no lo levantamos ya, lo fundimos”, dice el intendente de ese distrito, Mariano Campero. El lunes, mantuvo una conversación con el ministro del Interior, Miguel Acevedo: “se comprometió a darme una respuesta esta semana”.

La respuesta que espera se refiere a los protocolos de seguridad sanitaria que le han ido presentando para que los estudios de arquitectura; los profesores de tenis; los oficiales (plomeros, electricistas, etcétera); las peluquerías y los centros de estética; los médicos y las clínicas médicas y los comercios vuelvan a sus labores, entre otros rubros. “No podemos sostener una estrategia tan violenta, durante tanto tiempo. Ni bares ni restaurantes abrirán por ahora porque involucran una alta densidad de personas. Pero sí deberíamos flexibilizar las restricciones para otros sectores”, añade.

Los epidemiólogos que asesoran al presidente, Alberto Fernández, prevén, en su mayoría, que la pandemia alcance su pico entre fines de mayo y junio. Aún así, ¿cree que conviene relajar este estado?, se le pregunta a Campero. “Esa famosa curva no es una cuestión de tiempo, si no de comportamiento. Si le perdemos el respeto al virus, nos vamos a lamentar para siempre. Pero tampoco podemos permitirnos dejar a miles de familias sin trabajo. La sociedad tiene que funcionar con protocolos”, contesta.

Según sus palabras, el declive es profundo. Eso obliga a compatibilizar el aislamiento con la actividad económica y social. “No estoy pidiendo que abramos la ciudad entera. Pero anteayer me llamó un zapatero: ‘necesito laburar’, me dijo. Yerba Buena ha demostrado un buen comportamiento. Me atrevo a asegurar que aquí la gente tiene un nivel de conciencia importante. Si se acatan las medidas de prevención, deberíamos movernos con más elasticidad”, razona.

Pese a la insistencia de las autoridades yerbabuenenses, el gobernador, Juan Manzur, ha dicho en varias oportunidades que a juicio suyo no es prudente flexibilizar la cuarentena. “Tucumán es una provincia densamente poblada y eso genera mucha circulación de gente”, ha venido reiterando. También ha pedido serenidad para analizar caso por caso.

Dicha postura no le pasa inadvertida a Campero, pero ayer volvió a levantar el teléfono y se comunicó con la ministra de salud, Rossana Chahla, y con el ministro de Seguridad, Claudio Maley, a quiénes también les llevó sus planteos y oyó sus devoluciones. “Quizá esta semana haya algunas noticias y el 10 de mayo empecemos a aflojar”, cuenta que entendió.

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