La fábula del elefante purpurado

La fábula del elefante purpurado

En la cuarentena se viralizó un video a color de mediados de los 60, que muestra la llegada de Cardenales a una de las ediciones del particular Seven Democrático.

“Para los que dicen que es dudoso lo del elefante. Un abrazo”.

Así de breve y enigmático era el mensaje que acompañaba a un archivo de video recibido por Whatsapp de manera sorpresiva en una de las tardes más recientes de la cuarentena. Se trata de apenas 50 segundos de metraje mudo, pero que sirven como prueba de veracidad de uno de los episodios más inverosímiles en la amplia bóveda de historias pintorescas del rugby tucumano: la del día en que Cardenales entró al Departamento de Educación Física -actual Facdef- con un elefante escoltado por un grupo de soldados con armadura y montados a caballo, hace ya más de medio siglo.

No hace falta ser un experto para darse cuenta de que se trata de un material de enorme valor histórico. Prácticamente no hay (o no se conservan) registros fílmicos del rugby de aquella época en nuestra provincia. Eran los tiempos en que se celebraba el Seven Democrático, acaso la competencia ovalada más disparatada que se haya desarrollado en suelo tucumano. Una de las locuras de Cardenales en dicho torneo fue la representación de “Los Próceres”, de la que el elefante era el elemento más curioso.

Viaje en el tiempo

No obstante, hay otro detalle que le suma valor a la pieza filmada por Jorge Auad y que contribuyó a su rápida viralización: el color. Sí, el video es en color, pese a que data de mediados de la década del 60 (no hay certeza sobre el año, sus protagonistas lo fechan entre 1964 y 1967); es decir, alrededor de una década y media antes de que Pinky presentara la primera transmisión oficial de televisión a color en Argentina. Así fue captado, en formato Súper-8, lo que permite apreciar con mayor exactitud cómo era todo en aquel entonces. Es una ventana hacia el pasado que brinda la oportunidad de ver aunque sea de manera fugaz la camiseta “purpurada” cuando no era una joya de colección, sino una prenda de competencia actual, y a algunos de los “próceres” de la historia de Cardenales en sus años de alegre juventud.

FANFARRIA. Los “próceres” llegaron acompañados por una banda de música. FANFARRIA. Los “próceres” llegaron acompañados por una banda de música.

Uno de ellos, Rolando “Rolo” Salim, es quien abre la cinta vestido de marajá y montado sobre el elefante. “Se lo alquilaron a un circo que estaba parando en Tucumán. Lo mandaron con uno que lo piloteaba. El elefante lo subía con la trompa a ‘Rolo’, que se mareaba y le daban arcadas. Estaba aterrado, pero se animó y lo hizo”, cuenta Salvador Martín Bellomío, alias “Tató”, otro de los ilustres personajes del club de barrio Sarmiento.

Escoltando a “Rolo” aparecen también Oscar Burgos (todo pintado de negro y tocando un redoblante), César “Chueco” Ponce (caracterizado como Napoleón) y los hermanos Mario y Oscar Honorato, vestidos como soldados a caballo con casco y una coraza de metal sobre la camiseta. “A eso lo sacaron prestado del museo de los cuarteles. El papá de los Bellomío creo que había sido zapatero de unos militares y a través de él consiguieron”, aporta Auad.

Una locura tras otra

Para darle un poco de contexto al episodio del elefante, conviene dar una reseña sobre esa fiesta tan particular que era el Seven Democrático. Ideado por el recordado “Negro” Ricardo Guzmán y organizado durante varios años por Universitario para juntar fondos, tenía como consigna usar disfraces y representar algún número artístico durante los siete minutos del primer tiempo, antes de jugar al rugby “más o menos en serio” en los siete del segundo. Por supuesto, la verdadera finalidad del Seven Democrático era divertirse, y para eso los de Cardenales eran campeones.

“El Seven Democrático nació de la necesidad. Fue una de las tantas ocurrencias que tuvieron jóvenes de nuestro club para juntar chirolas y poder comprar cosas que se necesitaban y un terreno dónde establecernos”, cuenta Carlos Valdez, uno de los fundadores de Universitario y leyenda viviente del rugby tucumano. “Era una fiesta impresionante, parecida a eso que hoy llaman Lolapalooza, porque venía gente y clubes de otros lados y se armaba una joda tremenda durante tres días. Muchos dormían en carpas, había parlantes y hasta un palco. Digno de una película. Y la gente de Cardenales tenía una chispa increíble en manos de estos próceres, que eran continuadores de las locuras de los Martínez Pastur”, recuerda “Cacho”.

La fábula del elefante purpurado

Sí, los “Purpurados” eran campeones a la hora de divertirse. Según consigna Bernabé Alzabé en su imperdible trabajo histórico sobre los 75 años del club, Cardenales realizó varias locuras además de la del elefante, y cada una merece un largo relato por aparte. “Fueron numerosas y cuál más creativa. Se destacan la representación de ‘El Conventillo de Don Nicola’, y ‘El Entierro’. En esta última, que consistía en un cortejo fúnebre con cajón y un difunto que saludaba, fueron interceptados por la Policía y terminaron todos detenidos antes de poder llegar a Natación. Fue noticia hasta en diarios deportivos de Francia”, rescata “Pocho” Alzabé en su libro, presentado en febrero de este año.

Comentarios