Una cámara Súper-8 y la mano de Jorge Auad capturaron momentos históricos

Una cámara Súper-8 y la mano de Jorge Auad capturaron momentos históricos

La mano detrás de la cámara era la de Jorge Auad, capitán del equipo de Cardenales que conquistó el título de 1964, el segundo en la historia del club. Fue él mismo quien rescató la cinta, luego de tenerla guardada durante más de 50 años. “La tenía en un bolso con otros carretes con tapa. Ahora que tenemos que estar encerrados por la cuarentena, tenemos tiempo de hacer esto”, cuenta Jorge.

Con “esto” se refiere a digitalizar la gran cantidad de cintas que fue acumulando desde principios de los 60 con su cámara Súper-8. “Algunas se conservan mejor que otras. Hay carretes a los que tuve que romperles la tapa para poder abrirlos. Antes con mi proyector pasaba los videos en la pared y les sacaba fotos a las imágenes, pero me enteré que había máquinas que permitían transformar eso a formato digital para tenerlo en la computadora. Mi hijo me ayudó a buscar y en el sitio de B&H, un local de fotografía muy importante de Estados Unidos, conseguimos una Kodak Scanmate. Me costó 440 dólares más 19.000 pesos de impuesto, pero en 20 días ya la tenía acá así que empecé a pasar todo. Además, no soy un hombre muy gastador, así que puedo darme el lujo de invertir unos pesos en este hobby”, relata Jorge, definido en el libro de Bernabé Alzabé como “un gran insider, fuerte y con visión de juego”.

Junto al video del elefante, también se viralizó uno del festejo del título del 64, que dura un minuto y muestra a varios históricos celebrando a los saltos el fin de una espera de 10 años (la conquista anterior había sido en 1954). Aunque este está en blanco y negro y parece mucho más antiguo, fue filmado poco antes y con la misma cámara, asegura Auad. “Tenía otros dos partidos previos en color de ese campeonato. No sé por qué a la final la tomé en blanco y negro, a lo mejor por razones de economía”, supone.

Jorge, uno de los integrantes del “Quinteto de la Muerte” (un grupo de históricos de Cardenales conocidos por sus bromas en aquellas épocas), también tiene un gran archivo fotográfico. “Siempre fui aficionado a la fotografía. Tenía una Kodak Retina. Hace algunos años junté todos los negativos y los hice digitalizar en una casa de revelado. Ya están todas archivadas y clasificadas. También tenía una filmadora Leica”, recuerda.

Por otro lado, admite que le sorprendió el impacto que provocaron sus videos, tanto el del elefante como el del título del 64. “Siempre había querido mostrarlos, pero tenía que llamar a la gente para que viniera a verlos en el proyector. En cambio con el Whatsapp se difunde en un rato. Por ahí algunos amigos me preguntan quién se va a quedar con todo esto. No sé, pero por lo menos sé que en la computadora se van a conservar mejor”, explica el director de la película que prueba que lo del elefante no era ningún cuento chino.

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