Es imposible que los deportistas no estén activos

Es imposible que los deportistas no estén activos

Como en el karate, Navarro no baja la guardia cuando se mete en la cocina.

DE LA COCINA AL GARAGE. A la izquierda, Navarro llevando las sfijas para que las degusten. A la derecha, le hace frente a su firme rival. DE LA COCINA AL GARAGE. A la izquierda, Navarro llevando las sfijas para que las degusten. A la derecha, le hace frente a su firme rival.
19 Marzo 2020

Como en el karate que practica en el alto rendimiento, Gonzalo Navarro, pone el mismo ímpetu para hacer todas las actividades en la vida. Ya lo demostró ante las cámaras cuando participó en el reality Talento Argentino. Navarro mostraba todas sus energías cuando se adueñaba del escenario bailando hip hop. Ahora también muestra su vitalidad en la televisión, pero en los torneos argentinos de karate que transmite DeporTV. Sin tanta masividad, pero con un público que lo va a amar, lo haga bien o mal, el karateca revela ¿otro talento?

“Me sale muy bien”, dijo. Así calificó Navarro al strogonoff que prepara para sus seres queridos. En la cocina es donde pasa buena parte del tiempo del aislamiento social que, hasta el momento, es voluntario. “Me gusta cocinar tartas, hamburguesas, milanesas, arroz... de todo un poco. Y, especialmente, el strogonoff. Es una comida típica en Brasil que es una mezcla de verduras con carnes”, explicó.

Popular en tierras brasileñas donde pasó varios años, pero con origen en Rusia. La receta más clásica consiste en trozos de carne de ternera cocidos, champiñones, cebollas y una salsa hecha con crema agria, más una porción de arroz o de pasta. También, le entiende a la comida de Medio Oriente. “Me salen ricas”, volvió a calificar escuetamente, esta vez, sobre sus sfijas o empanadas árabes, como también son conocidas.

En la más reciente “sfijeada” cocinó para unas cinco personas. “Pero sobró, jajaja”, aclaró poniendo de prueba la foto. La bandeja todavía estaba intacta y, por la pinta de la comida, sólo se puede sacar una conclusión: sus comensales fueron muy “flojos” porque, al menos visualmente, estaban para devorarlas a todas.

Navarro, sin gimnasio ni dojo abierto por las medidas preventivas para combatir el coronavirus, no puede relajarse con los entrenamientos porque su objetivo más próximo es mayo. El preolímpico de París lo espera. “Con sillas, mesas, baldes y bidones. Así ordené mi entrenamiento adaptándolo a lo que tengo”, detalló. Navarro pasó por el cuarto de limpieza de casa y agarró el plumero para las telas arañas, lo paró en el bidón del dispenser que sobraba y se armó un rival que es perfecto como referencia espacial. Con un respaldo de hierro de algún juego de jardín tiene un buen peso de exigencia para hacer abdominales. La meta máxima son los Juegos Olímpicos de Tokio a mediados de año y, pese a la pandemia de coronavirus, Navarro no parará porque quiere llegar de la mejor forma.

Esta nota es de acceso libre.
Temas Coronavirus
Tamaño texto
Comentarios
Comentarios