Así se altera la rutina de un barrio por el dengue

Así se altera la rutina de un barrio por el dengue

Miedo y cuidados en el Nicolás Avellaneda II, en Cebil Redondo, donde aumentan los casos de la enfermedad transmitida por el Aedes aegypti.

AGENTES SANITARIOS. Recorren el barrio revisando a los vecinos. la gaceta / fotos de analia jaramillo AGENTES SANITARIOS. Recorren el barrio revisando a los vecinos. la gaceta / fotos de analia jaramillo

Karina Ruiz apenas deja ver su rostro detrás de la cortina semitransparente. Esta mañana se levantó y enseguida roció su cuerpo y el de su hijo de dos años con repelente. En el comedor prendió varios espirales. No quiere salir de su casa, salvo que sea más que necesario. Está embarazada y tiene miedo. Un agente sanitario fue a visitarla y chequeó si tenía fiebre. “Ni una línea, por suerte”, dice aliviada la joven, de 23 años. Mientras habla se pone citronella en los brazos. “No quiero pasar lo que sufrió mi cuñada, Cristal. A ella le picó el mosquito del dengue y estuvo mal, con muchos dolores, picazón y fiebre; no se podía levantar”, confiesa.

En el barrio Nicolás Avellaneda II, en Cebil Redondo, todos hablan de lo mismo. Los vecinos están atemorizados. La confirmación de casos de dengue en la zona les transformó la rutina: ahora sienten picaduras en todo momento, viven con el repelente a mano, eliminando recipientes con agua y espantando los mosquitos que sobrevuelan cerca. Creen que, en gran parte, la alta presencia de Aedes agypti -el insecto que transmite la enfermedad- se debe a la falta de mantenimiento que presenta el barrio: calles en mal estado con pozos que acumulan agua, basura que se acumula en la esquina de una cancha de fútbol, cacharros en las veredas y malezas en algunos sectores.

“Nos dijeron que iban a fumigar, pero sólo lo hicieron por algunas calles”, se queja Soledad, mamá de tres pequeños. Ella misma pagó en forma particular para desinfectar su casa. “Solo se acercaron a traernos folletos sobre cómo se previene la enfermedad; pero si una persona necesita repelentes no le dan nada”, apunta José García. Al lado de su casa, precisamente vive una persona que dio positivo al análisis de dengue.

Se enteran de un nuevo caso cada vez que aparece una camioneta de la cual bajan un hombre de delantal blanco y dos agentes sanitarios con ambo azul. Ellos son los señores del dengue, como le llaman los chicos del barrio. El doctor Gustavo Arias, del área operativa Yerba Buena, se presenta e inmediatamente nos pregunta: “¿trajeron repelente?”. “Hay que tener mucho cuidado”, advierte, y luego nos aconseja rociarnos de la cabeza a los pies.

Arias cuenta en qué consiste el trabajo que hacen: los agentes recorren casa por casa buscando pacientes con fiebre. Les explican a los vecinos cuáles son los síntomas de la enfermedad, cómo se previene y los riesgos que corren si están cerca de una vivienda donde se reportó un caso. También entregan repelentes y les piden a los vecinos vaciar los recipientes que contengan agua y tirar los que estén en desuso. A Inés del Carmen Romano, por ejemplo, le solicitaron que desarmara la pelopincho y pusiera arena en vez de líquido en los floreros.

REPELENTE. María Inés Silva le vende el producto más buscado a una clienta. REPELENTE. María Inés Silva le vende el producto más buscado a una clienta.

Cuando los profesionales de la salud detectan un caso positivo le piden a esa persona que se aísle. Es lo que hizo Cristal. Está en una habitación desde hace una semana. Puso telas mosquiteras en las ventanas y se esparce repelente en el cuerpo cada dos horas.

Esa es una de las mejores formas de bloquear el dengue en medio de una epidemia que avanza sin pausa en nuestra provincia. Ayer se diagnosticaron 22 nuevos casos y ya suman 146 en menos de un mes. Además de Cebil Redondo, en Yerba Buena, hay zonas muy complicadas en la capital, en Lules, en Alderetes y en Tafí Viejo.

Lejos de la realidad

Para muchos vecinos de Lules y de Cebil Redondo las estadísticas oficiales estás alejadas de la realidad. Simplemente porque mucha gente padece en silencio una enfermedad que casi siempre los deja tirados en una cama no menos de una semana. Eso es lo que cuenta Delicia Natividad Gallardo. Ella vive al frente de la cancha de fútbol del barrio Nicolás Avellaneda I. Su hijo de 22 años tuvo fiebre y dolor de cuerpo, especialmente de noche. “Pero cuando lo llevé al centro asistencial me dijeron que no era dengue”, resalta, convencida de que sí tiene la patología. Por las dudas, no lo deja salir de la casa, limpió y desinfectó cada rincón del inmueble, usa espirales y les pone repelentes a todos sus hijos. “Es algo muy doloroso; le llevó varios días recuperarse”, precisa.

A metros de allí, una mamá con un niño en brazos va en busca de algo que la ayude a protegerlo de los mosquitos. Pero no encuentra. Los almacenes son los termómetros de la epidemia. Ya es casi imposible conseguir un espiral, una tableta o insecticidas. “Se llevaron todo”, cuenta Graciela Aguirre, desde el otro lado de la reja.

AGENTES SANITARIOS. Recorren el barrio revisando a los vecinos. AGENTES SANITARIOS. Recorren el barrio revisando a los vecinos. LA GACETA / FOTOS DE ANALÍA JARAMILLO

Son casi las 11 de la mañana. Luego de varias jornadas de lluvia, el cielo está despejado y está empezando a subir la temperatura. En un día cualquiera las calles a esta hora estarían llenas de chicos, cuenta mate en mano María Inés Silva, dueña de un kiosco. Pero desde hace dos semanas, cuando corrió la voz de los primeros casos de dengue, casi nadie quiere salir de sus casas. Mucho menos ahora que al mosquito se le ha sumado un nuevo e inminente enemigo: el coronavirus.

Ya hay cinco víctimas fatales

A la sombra del coronavirus el dengue avanza en el país. Ya hay más de 1.000 casos confirmados. Además, en Misiones, la enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti se cobró otra vida: un adolescente de 14 años. El lunes las autoridades sanitarias de Santa Fe habían informado de la muerte de un hombre de 82 años que residía en Rosario y no tenía antecedentes de viajes recientes. De esta forma, ya son cinco las víctimas fatales por la enfermedad en el país desde que empezó el brote. Según detallaron, David Sebastián Cardozo sufrió un shock hipovolémico (escasa cantidad de sangre), vómitos y abundante sudoración. Además tenía una insuficiencia respiratoria grave.

Datos imprescindibles

De qué se trata.- El dengue es una enfermedad transmitida por mosquitos en zonas tropicales y subtropicales del mundo.
síntomas.- Fiebre alta, erupción cutánea, y dolor muscular y articular. La forma grave del dengue puede ocasionar sangrado intenso, descenso repentino de la presión arterial y la muerte.

Evolución.-  La mayoría se recupera en una semana. En algunos casos, los síntomas empeoran.

Cerotipos.-  El dengue se produce a causa de cualquiera de los cuatro cerotipos de virus transmitidos por mosquitos que proliferan dentro de las viviendas y en sus alrededores.

Proceso.-  Cuando un mosquito pica a una persona infectada con un virus del dengue este ingresa al insecto. Luego el mosquito infectado pica a otra persona y esta se enferma.

Riesgo.-  Cuando te curás del dengue, quedás inmune al tipo de virus que te infectó, pero no a los tres tipos de virus del dengue restantes. El riesgo de contraer dengue grave aumenta si te infectás por segunda o tercera vez.

Prevención.- Permanecer en lugares con aire acondicionado y protegidos con tela mosquitera, usar repelente y atacar los criaderos de mosquitos deshaciéndose de todo tipo de recipientes que puedan acumular agua.

Esta nota es de acceso libre.
Temas Dengue
Tamaño texto
Comentarios
Comentarios