“FROZEN 2”. Disney+ estrenará hoy la película. Iba a hacerlo en junio. Esperan multiplicar en pocas horas la cantidad de usuarios de la plataforma.
Disney anunció ayer que adelanta en más de tres meses el estreno de “Frozen 2” en su plataforma de streaming (Disney+, disponible en Estados Unidos y en algunos países de Europa, de inminente desembarco en América Latina). Los usuarios se encontrarán hoy con una película que hasta hace muy poquito se veía en los cines y que la compañía planeaba guardar hasta las vacaciones de verano (boreales). “Lo hacemos para que las familias encuentren algo de diversión en estos tiempos desafiantes”, sostiene el comunicado de la compañía. Detrás de lo empático y humanitario de Disney asoma la certeza de que en toda crisis hay una oportunidad, y en el caso de la pandemia de coronavirus las plataformas de streaming lo tienen muy claro.
La cuarentena y el aislamiento conducen sin escalas hacia las pantallas. Para la TV abierta y el cable es oxígeno en tiempos de retracción, aunque el parate del deporte pega duro en la línea de flotación de los canales especializados. En los próximos días estarán condenados a revisar partidos viejos, esos que pueden verse una y otra vez on demand en YouTube. Quedan los chimentos y las noticias como salvavidas, aunque cada vez son más los que prefieren evitar el conteo de víctimas y apaciguar la sensación de pánico refugiándose en series y películas. En ese sentido el streaming, que antes de la pandemia ya reinaba en la producción y difusión de contenidos, tiene en sus manos la chance de crecer más allá de todos los cálculos.
Por eso, mientras la economía apunta a un congelamiento que estremece al mundo, las plataformas disfrutan el crecimiento de la demanda. Ofrecen una de las pocas materias primas que la sociedad ansía consumir en tiempos de incertidumbre: esparcimiento para satisfacer un ocio obligado por las circunstancias. Netflix, Amazon, AppleTV+, Hulu y Disney+ reformulan sus estrategias a toda velocidad, al igual que HBO Max, plataforma cuyo estreno está previsto para el 1 de mayo y tal vez, si ajustan cuestiones técnicas, pueda anticiparse un par de semanas.
¿El cine y el streaming se complementan o compiten? El cierre de los salas, que poco a poco va instrumentándose en varios países, es un manjar que el streaming disimula en público pero celebra en privado. Son consumidores que, a la fuerza, se ven redireccionados hacia las pantallas caseras. Al menos por ahora, las plataformas no ven allí un bumerán que pueda golpearlos, por más que pour la galerie los ejecutivos de Netflix y compañía lamenten la situación.
Además, las plataformas -en especial Netflix- están recibiendo un gigantesco volumen de publicidad por el que no pagan ni una moneda. No hay medio de prensa, usina informativa, red social ni grupo de whatsapp que no destine generosos espacios para recomendar “las 10 series para ver en cuarentena”, “las mejores películas disponibles”, “el contenido ideal para los chicos”, “los géneros para explorar en la pantalla”, “cómo encontrar programas originales fuera del algoritmo”. Y así hasta -casi- el infinito.
Claro que no faltan los inconvenientes. El parate en los rodajes de varios shows (ver información en la página 11) es una de los piedras que castigan el zapato de la industria. Es un problema de mediano plazo, porque en lo inmediato las plataformas están lo suficientemente stockeadas de programación. Para los meses venideros, Netflix, Amazon, HBO y Disney cuentan con el enorme volumen de material rodado durante el último año. La marcha de la pandemia será la que marcará el ritmo del trabajo por venir, mientras los planes de contingencia ya están en marcha: nuevas locaciones, nuevas fechas, control sanitario de los equipos técnicos y de los actores. Burbujas a prueba de coronavirus en las que la maquinaria hacedora de series y películas continúe funcionando.
