Alberto Calliera será recordado con una sonrisa

Alberto Calliera será recordado con una sonrisa

Alberto Calliera será recordado con una sonrisa

Durante décadas, Donato Alberto Calliera fue el humorista político más reconocido de la provincia, aunque sus chistes gráficos y sus monólogos abarcaban muchos otros temas. La mayoría referidos al aquí y ahora de Tucumán y del país, pero su humor también era universal. Su partida, a los 78 años, produjo gran tristeza y al mismo tiempo, al recordarlo, una inevitable sonrisa en el público que disfrutaba de sus creaciones. Es imposible acordarse de Calliera sin evocar algunas de sus innumerables ocurrencias.

Comenzó con sus viñetas en el diario La Tarde, el vespertino perteneciente a LA GACETA, luego hizo humor también en LV12, en Canal 8, y a partir de 1986 debutó en Canal 10 con sus micros televisivos, donde no sólo hacía humor político sino también contaba historias disparatadas que protagonizaban una serie de personajes de su creación, como las vecinas que comentan reunidas en la vereda (Cuca, Palmira y Ruperta), la telenovela gauchesca, el informativo boliviano ATC (Acullico Televisora Color), el brasileño Joao Colgao Do Palmeira, o bien sus célebres imitaciones del periodista deportivo Luis Rey. Para los lectores de LA GACETA, las viñetas humorísticas de Calliera significaban una manera distendida y jocosa de mirar la realidad del momento, cada día.

“Los políticos siembran y yo cosecho, sin esfuerzo. Ya viene todo hecho”, bromeaba al explicar cómo es hacer humor político. “Tuvimos a Carlitos Menem, por ejemplo, una competencia desleal en el humor. Decía que la economía argentina va a dar la vuelta totalmente, 360 grados, ¡o sea que íbamos a volver a donde estábamos!”

A otro que consideraba “genio del humor” era al ex gobernador Julio Miranda. “Decía que en Tucumán había una población de 54 habitantes por metro cuadrado. Yo pensaba que hacía calor en Tucumán, pero era porque estábamos amontonados”.

Por otra parte, confesaba que los personajes de la política se enojaban con él solamente cuando cometía el “pecado de omisión”. Contaba que un político conocido lo había increpado en un bar: “¿Qué te pasa a vos conmigo?” Calliera le respondió: “Pero si hace rato que no hablo de vos”. Y el otro: “¡Justamente por eso! Me tenés ignorado. Lo nombrás a este y aquel, pero a mí no.”

Sin embargo, en una entrevista de Panorama Tucumano, reveló que quienes a veces molestan son los “alcahuetes” que desean quedar bien con algún dirigente o funcionario. En una ocasión, un directivo de un canal quiso hablar con él porque el entonces gobernador, José Domato, se había enojado. Calliera lo evadía, hasta que un día el propio Domato llegó al estudio. “Era la primera vez que podíamos vernos personalmente. Justo yo estaba haciendo el micro, cargándolo a él. Cuando termino, me abraza, me felicita. Después lo veo al alcahuete, le pregunto qué quería hablar conmigo. Me dijo que nada, que solamente quería que vayamos a tomar un café -contó-. También me pasó con Bussi. Yo tenía un personaje llamado el Cabo Navarro, al que Bussi lo mandaba a manejar la topadora para sacar de la plaza a los remises, por ejemplo. Yo lo imitaba poniéndome un casco. Pero nunca tuve problemas. Cuando le preguntaban qué opinaba del humor de Calliera, decía que le encantaba”.

Sobre sus inicios en el mundo laboral, el humorista contaba que durante muchos años fue vendedor mayorista de galletitas para una conocida marca. “Visitaba todos los boliches, la mayoría eran turcos, así que haciendo eso aprendí algo de árabe”, bromeaba. Después vendió artículos del hogar.

En televisión incursionó por primera vez escribiendo un libreto para un programa de una hora. Tardaron un año en grabarlo. “Era la historia de un faraón de Egipto. Hasta un reloj pulsera tenía el faraón, pero era de arena -contó-. En una escena hablaba con la arquitecta que hacía las pirámides y le reprochaba que estaban tardando mucho. Ella le contestaba que tenían un problema con la CGE (Confederación General de Esclavos), que exigían salario familiar, vacaciones, horas extra… Ahí entraba el actor Nelson González con ojotas, un short... ¡una traza de esclavo!… y un bombo enorme”.

El prestigio de Calliera no se limitaba a Tucumán, sino que era conocido también por colegas de Buenos Aires, ya que tener un humorista al mediodía y a la noche en los informativos televisivos, diariamente, era algo que no ocurría en el resto del país, según el testimonio de Miguel Martín. El famaillense relata que en una ocasión habló con Santiago Varela, último guionista de Tato Bores, y le dijo: “Ustedes en Tucumán tienen un genio. Hay un señor llamado Alberto Calliera, que hace dos guiones por día, humor gráfico y escribe obras de teatro. Yo escribía para Tato un guión por semana y me ayudaban siete personas más”.

Uno de sus clásicos en las imitaciones a Luis Rey era el “teorema de la vaca”. Con las mangas del saco levantadas casi hasta los codos y con voz nasal, repetía: “¿Qué me vienen con fútbol aéreo? Señores, piensen ¿De qué se hace la pelota? De cuero ¿De dónde sale el cuero? De la vaca ¿Qué come la vaca? Pasto. Bueno, hijitos, ¡la pelota tiene que andar por el pasto!”

Martín sostiene que Calliera fue un referente para él en su vocación de monologuista y en el rescate del habla popular de la provincia como un recurso para la risa. Mucho antes de que los jóvenes del grupo República de Tucumán salieran a escena, él ya había escrito su “Manual de tucumano básico”, donde ofrecía recomendaciones al turista para que entendiera el habla de los comprovincianos. Allí enseñaba: “Existen tres palabras fundamentales que usted debe saber sí o sí. Son ‘coso’, ‘comué’ y ‘comosellama’. Ejemplo: si usted necesita comprar para su coche la correa del ventilador del aire acondicionado, diga así: ‘vendamé la cosa esa que va agarrada al comué del comosellama’. Usted no se preocupe, que lo van a entender perfectamente”.

Al responder en una entrevista qué relación existe entre el humor y el miedo, Calliera bromeaba: “Se hace humor sobre lo que se tiene miedo. Por ejemplo, la muerte. A mí, personalmente, no me causa temor la idea de la muerte. Es el hecho de morir lo que me espanta”.

También afirmaba que se llega al humor a través del escepticismo y que hay diferencia entre el que cuenta chistes y el que los inventa. “Soy un gran admirador de Wimpi (célebre humorista uruguayo), de los hermanos Marx -es decir que soy marxista- y también de Macedonio Fernández. Él decía, por ejemplo, que el jorobado parece que siempre llevara una pulmonía de repuesto”.

Frases

"Las promesas políticas no se hacen para cumplir sino para ganar. Por eso el lema de muchos políticos es: 'Mejor que prometer es prometer mucho'”.

"El humor nos desnuda, nos expone, nos humaniza. Porque lo humorístico nace de los pecados, no de las virtudes".

"Hay datos que corroboran que nos encontramos en el Primer Mundo: tenemos una mafia como la de Italia, circulamos por la izquierda como en Inglaterra, el nivel de prostitución es similar al de Holanda y las cifras de suicidios se equiparan a las de Japón".

"En Estados Unidos hay que tener dinero para hacer política. Pero en Argentina hay que hacer política para tener dinero".

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