¿Por qué no es bueno ser un padre helicóptero?

¿Por qué no es bueno ser un padre helicóptero?

Sobreproteger y controlar mucho a los hijos afecta su desarrollo emocional.

¿Por qué no es bueno ser un padre helicóptero?

Cualquiera que esté dentro de un grupo de Whatsapp de padres y madres del colegio los ha leído y escuchado alguna vez. Los anglosajones fueron los primeros en ponerles nombre: los “padres helicóptero”, aquellos que sobrevuelan por encima del hijo protegiéndolo en cada decisión.

Las consecuencias de este tipo de paternidad, cada vez más extendida, se están viendo no solo en las aulas. También llegan a los consultorios de los psicólogos infantiles. Los padres sobreprotectores y ultracontroladores no quieren perjudicar a sus hijos. Al contrario. Pero a fin de cuentas les hacen mucho daño. Al menos eso están demostrando distintos estudios.

La hiperpaternidad es un fenómeno que se ha vuelto muy común y que afecta el desarrollo del niño para manejar de forma correcta sus emociones y comportamientos, afirman los expertos.

Este tipo de crianza da como resultado niños con poca tolerancia a la frustración y al fracaso, afirma la psicóloga infantil Cecilia López (MP 1701). Eva Millet, autora del libro “Hiperniños, ¿hijos perfectos o hipohijos?”, asegura que cuando se les da de todo a los chicos, se los protege demasiado y se les indica lo que deben hacer, ellos no aprenden a defenderse. Pero lo más grave es la ansiedad que les genera.

Los padres helicópteros sufren si sus hijos tienen exámenes. Les llenan la agenda de actividades para que no les quede tiempo libre. Muchas veces no pueden ni jugar. El objetivo es que sean lo más perfectos posible.

Millet cree que varios factores influyen en esta realidad: se tienen hijos a una edad más tardía. Hubo más tiempo de planear cómo será ese niño y qué queremos que haga. El segundo motivo es que hay una oferta brutal para hacer de los hijos lo que uno quiera. Y pareciera que si uno no le ofrece un sinfín de opciones, el niño no triunfará.

Al consultorio

Los trastornos de ansiedad, antes impensados en los niños, hoy se ven cada vez más en los consultorios. Lo sabe perfectamente Cecilia López. Para explicar cómo perjudican a sus hijos los padres helicóptero hace esta comparación: “tiene las mismas consecuencias negativos la sobreprotección que el abandono. Ambos generan baja autoestima, intolerancia a la frustración, inseguridad y comportamiento agresivo. Son chicos llenos de mandatos, que se vuelven inútiles, incapaces de tomar una decisión y de desenvolverse en la vida cotidiana. Suelen tener crisis muy fuertes, a los nueve y a los 14 años; entran en pánico ante la posibilidad de que uno de los padres muera”, describe.

¿Qué puede hacer un padre para no criar chicos con ansiedad patológica? ¿Es posible dejar de sobrevolar sus vidas? Millet sostiene que se puede. Hay que confiar en la capacidad de los hijos. Permitir que tomen decisiones y que se equivoquen. Que hagan sus tareas solos, como puedan. Y dejar de ser sus animadores socioculturales; no es necesario llenarles la agenda de actividades.

“En la actualidad creemos que un buen padre es aquel que está presente una buena cantidad tiempo y cuida mucho a su hijo; está encima de él. Sin embargo, debemos tomar de la crianza de nuestros padres algunas cosas; por ejemplo, el hecho de que nos dejaban jugar largos ratos y nos permitian que nos ensuciemos. No hay que darles todo en bandeja y en los juegos hay que animarlos a que tengan iniciativa”, aconseja.

Así se ven

La psicopedagoga Natalia Jimémez Terán sabe distinguir a varios metros a los padres o madres helicóptero. Son los que a la salida de la escuela van como ekekos, cargando las mochilas de sus hijos. Llevan en su agenda todas las actividades que programaron para que los chicos no tengan tiempo de aburrirse. Son también los que se paran al costado de la cancha y gritan como técnicos con el sueño de convertir al niño en un gran jugador.

“Suelen tomar demasiada responsabilidad en los éxitos y fracasos de sus hijos, quieren la perfección y buscan estar en todo lo que sucede a su alrededor. Esta sobreprotección y exceso de control equivalen a una desprotección. Limitan la libertad de los chicos y afectan su desarrollo emocional. Como se trata de niños con baja autoestima y escasa posibilidad de controlar sus impulsos, no saben explotar sus capacidades”, describe.

Jiménez Terán opina que lo que lleva a algunos adultos a caer en las garras de la hiperpaternidad es el temor a que sus hijos fracasen, sufran o sientan falta de amor.

“Es muy difícil admitir cuando uno es padre helicóptero. Pero es posible cambiar, abandonar la sobreprotección, sin caer en el otro extremo de desprotección, de padres que nunca tienen tiempo para sus hijos”, resalta la experta. El chico necesita desde los dos años aburrirse, explorar, tomar decisiones y equivocarse, resume.

Celulares

Los grandes aliados de los híperpadres

El Whatsapp en primer lugar. Qué sería de los híperpadres sin los grupos de papás en los que se pueden informar de todo lo que hacen sus hijos y pueden pedir ayuda cuando los chicos no logran cumplir con sus obligaciones. En este espacio también pueden descargarse contra las principales amenazas: por ejemplo, los deberes escolares.

El celular es sin dudas el gran aliado de los padres helicópteros. Ellos cuentan con una buena cantidad de apps que les permiten supervisar el uso que hacen del móvil. Pueden saber dónde están, con quién chatean o hablan. “Cada vez más papás me piden asesoramiento para espiar los chats e historiales en la web y para controlar con geolocalizadores dónde están los chicos”, cuenta Luis Carreras, investigador privado y estudiante de ingeniería en informática.

Cuenta que incluso algunas aplicaciones permiten establecer un área segura de donde el niño no debería salir, y si lo hace, los padres reciben una alerta en su celular. Asimismo, existe la posibilidad de activar la cámara del móvil del niño y ver a través de ella. Así te asegurás de dónde está y con quién. Esta actitud de “híperpadre” no es recomendable, dice la psicopedagoga Natalia Jiménez Terán. Siempre es mejor apostar al diálogo sobre los peligros que pueden enfrontar los hijos y generar confianza. Y si se van a usar estas herramientas tecnológicas, debe ser con el consentimiento de los chicos.

Investigación

Un estudio reveló problemas emocionales y dificultades académicas

Un estudio reciente de las universidades de Minnesota y de Carolina del Norte, Estados Unidos, y de Zurich, Suiza, concluyó que la “crianza helicóptero” está asociada a problemas de comportamiento en los niños. La investigación analizó el caso de 422 niños de Estados Unidos a lo largo de ocho años. Los resultados -que fueron publicados en la revista especializada Developmental Psychology- mostraron que los niños de dos años cuyas madres eran demasiado controladoras, de acuerdo con lo observado en los videos iniciales, tenían menos probabilidades de controlar bien sus emociones e impulsos a los cinco, y más probabilidades de tener problemas emocionales y dificultades académicas a los 10.

Los investigadores dicen que puede ser importante que los niños en la infancia temprana prueben cosas nuevas, pasen tiempo solos y resuelvan problemas por sí mismos, sin que los padres interfieran para decirles qué hacer.

5 errores                              

-Que no deben cometer los padres.

-No dejar que los pequeños se vistan solos por nuestra propia comodidad.

-Juntarles los juguetes o llevarles la ropa sucia al cesto de lavar.

-Evitar decirles ¡NO!

-Llenarles la agenda de actividades.

-Reponer de forma inmediata lo que perdieron.

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