Por Alicia Liliana Fernández
05 Febrero 2020
“DUEÑO DE LO AJENO”. Miguel Martín, a sala llena en una función del lunes, posa junto a su nuevo premio.
“Estoy muy contento porque considero que este es el principal objetivo del artista, que a la gente le guste lo que hacés; es el público el que te pone y te saca de donde estás. También se ve en el día a día, en las localidades agotadas”, le cuenta Miguel Martín, más conocido como El oficial Gordillo, a LA GACETA. El lunes por la tarde, el humorista volvió a ganar la estatuilla del Carlos de la Gente en la entrega de los tradicionales galardones, en Villa Carlos Paz.
36.538 fans lo habían votado en 2019. Esta vez, inflación mediante, fueron más los votos del público. Al respecto, para agradecer posteó: ”¡debo 51.342 asados!”. Este es el tercer Carlos de la Gente que obtiene el popular humorista tucumano. Ya lo había ganado en 2017 y en 2019.
Los porqués
Parte del éxito es atribuible a su constante interactividad en las redes sociales: él responde todos y cada uno de los mensajes, por lo menos con un corazón. “O también con un mensaje tipo: ‘gracias por escribir; ahora estoy durmiendo la siesta, depilándome las cejas y cortándome las uñas’”, explica en “modo Gordillo”.
También es importante el boca en boca: “es la publicidad más efectiva del mundo. Te levanta o te hunde. La gente es como el penal, fuerte al medio. Vas a lo seguro, a ver lo que te recomienda el vecino. Sobre todo aquí, en Carlos Paz, donde este año hay que elegir entre 74 obras, y más cuando hay que pagar entradas para la toda la familia”. Acerca de cómo festejó el lunes, dio las dos funciones normales de “Dueño de lo ajeno”. “Y, estoy en remojo todo el día, si no no llego”, aclaró cuando le preguntamos cómo hace para actuar en dos funciones, de lunes a miércoles.
Martín estaba ternado en dos categorías, mejor unipersonal y mejor humorista. “Si hubiera sido por el jurado no gano uno sino menos uno”, afirma. Lo cierto es que la lista de ganadores muestra que el jurado se inclinó mayoritariamente por los nominados cordobeses, rivales suyos.
De todas maneras, Martín vuelve a agradecer: “a todos los que me han votado, y a los que no me han votado también porque de alguna manera siempre me hacen propaganda”. Su show seguirá en cartel en el teatro del Sol en Carlos Paz hasta fines de febrero, y tras sus vacaciones volverá a escena el 24 de mayo, en el teatro Mercedes Sosa.
En las sierras
Flavio Mendoza fue el gran ganador de los Premios Carlos porque la obra que produjo, “Un estreno o un velorio”, resultó multipremiada. El Carlos 2020 a la Trayectoria fue para Betiana Blum y Pepe Soriano. Pedro Alfonso obtuvo el Carlos de Plata y el Oro a la mejor obra fue para la comedia “Rotos de amor” (con Soriano, Víctor Laplace, Osvaldo Laport y Hugo Arana).
En el mar
También el lunes se entregaron los premios Estrella de mar a las producciones teatrales de la temporada marplatense, en el Centro Cultural Estación Terminal Sur.
Condujo la ceremonia Teté Coustarot y el locutor marplatense Andrés Cosmai. Los shows musicales de Jairo, de la soprano crossover Ana Magiar y el humor de Roberto Moldavsky animaron la premiación, informó Télam.
Mauricio Dayub ganó el Estrella de Mar de Oro por su obra “El equilibrista”, que a la vez fue la más premiada de la noche: espectáculo unipersonal, actuación protagónica masculina de drama o comedia dramática e iluminación.
A lo largo de la velada se le tributó un homenaje especial al capocómico Santiago Bal, referente de las comedias teatrales y habitué de la temporada marplatense, que falleció en diciembre. La ceremonia contó con algunas perlitas, como la llegada tarde de Sol Pérez, que no le impidió que se acercara a saludar a sus fans.
Nicolás Cabré ganó en el rubro actuación protagónica masculina de comedia, tras haber obtenido la estatuilla como mejor comedia por “Departamento de soltero”.
La atención de la noche la captó el actor y director Marcos Moyano, ganador de mejor Dirección Marplatense por “El séptimo fuego”. Moyano fingió que se cortaba las venas con un cuchillo de utilería que dejó a su paso un falso rastro de sangre, y que por segundos tuvo en vilo a los presentes, que creyeron estar presenciando un suicidio.
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