Cómo descubrir los perfiles falsos en Tinder

Cómo descubrir los perfiles falsos en Tinder

Como dice el refrán “no todo lo que brilla es oro”, y eso parece cumplirse en esta app de citas donde hay que tener cuidado para no caer en la trampa.

LO MEJOR ES DUDAR. No hay que creerse todo al pie de la letra. archivo LO MEJOR ES DUDAR. No hay que creerse todo al pie de la letra. archivo

Sin importar si tu usuario gana la copa de los matches o si tu vida afectiva en línea también está en off, después de varias semanas usando Tinder todos nos volvemos sensibles a un síndrome que aqueja a la comunidad. A fines prácticos este se llama “el dedo juzgón” y consiste en una simbiosis entre aburrimiento y poder.

En promedio -según las estadísticas de la app de citas- una persona puede encontrar, por hora, más de 50 perfiles distintos. Lo que deja como resultado que la oferta pierda originalidad y haya que invertir aún más tiempo entre “likes” y “nopes” (criterio de clasificación) para encontrar una pareja diferente/potable.

Acá viene el segundo problema porque -a lo largo del proceso- también hay un montón de perfiles falsos con apenas una foto de portada o con biografías engañosas. Por eso, antes de sumarnos chascos a la lista, la regla de oro es dudar y aplicar nuestro poder de deducción al mejor estilo Sherlock Holmes.

El tema para identificar cuentas falsas es bastante simple: cuando es demasiado bueno para ser real, lo más probable es que no lo sea. Si nunca ganaste siquiera una lotería barrial ¿creés que de repente vas a encontrar, a dos kilómetros de distancia, a Denis? “de 33 años. Empresario de una firma multinacional. Ruso, viajando por América del Sur en busca de intercambios culturales… y de algo más” (ejemplo real).

El usuario fue uno de los 15 fakes que aparecieron a lo largo de 10 días en el buscador de Tinder y el estereotipo reproduce en su mayoría extranjeros que recorren el NOA, pero carecen de mayores referencias o enlaces de contacto más allá de una sola foto principal.

También, hay perfiles como los de Viktor. “26 años, tucumano que vive en París hace bastante. Profesor de deportes extremos y colaborador de Unicef. Me encanta hacer surf e ir de safari. Soy muy consciente del cuidado del medioambiente. Habido (sic) lector, cinturón negro de judo y piloto comercial en potencia”, a lo que agrega referencias escritas en francés de forma incorrecta como si se hubiera usado el traductor de Google.

Sospechosos

En el intermedio entre los turistas exitosos y sus delirios actorales se descubren otras cuentas en las cuales es complicado descifrar si se trata de una broma o de solicitudes serias. Por ejemplo, está Augusto (26 años) cuyo único propósito en la plataforma es encontrar alguna mujer dispuesta a formar un trío. O el caso de Valeria y Eduardo, quienes -amparados en el anonimato de una foto de gatitos- quieren nuevas experiencias sexuales. “100% de discreción asegurada. Para mayor información dar click”, afirman como si fuera un spot publicitario.

Para evitar la desconfianza -y también ser nosotros los sospechosos- lo mejor es agregar las nueve fotos que permite cada perfil y anexar además nuestro usuario de Instagram. Sumado a cubrir los requisitos básicos de la biografía con información verídica y comprobable en las imágenes. A partir de ahí, ya queda en nosotros decidir qué fantasía soñar. ¿Vamos por el ciudadano francés o por el chico que disfruta de tomar mates con amigos?

Top 5 de biografías

- Me encanta la cerveza, pero no tanto las artesanales porque tienen gusto a puflito. Trabajo (mucho) y estudio (menos de lo que debería).

- ¿Así que te gustan las chicas malas? Elegime, yo hago todo mal en mi vida.

- Me llamo Juan. Soy programador informático, fumigador, rugbista y -lo más importante- mi mamá dice que soy su hijo preferido.

- En el 2014 no reenvié una cadena de Facebook para que me diera suerte en el amor, y así terminé en Tinder.

- Tengo 29 años y voy a entrar en la crisis de llegar a los 30. Todo comenzó cuando mi novia me engañó con un amigo.

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