A 100 años de la excusa de Hitler para la guerra

A 100 años de la excusa de Hitler para la guerra

El Tratado de Versalles, impuesto a Alemania, fue considerado una humillación y el genocida exigió su fin para restaurar el orgullo de su país.

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11 Enero 2020

Cien años después del Tratado de Versalles, considerado uno de los gérmenes de la llegada del nazismo de Adolfo Hitler a Alemania, Europa asiste preocupada al nacimiento de nuevos fundamentalismos que se escudan en la miseria, la discriminación y el hambre para acechar a la democracia del Viejo Continente.

El acuerdo fue firmado en la ciudad francesa de Versalles, pero la historia no terminaría allí: cuando Alemania invadió Francia en mayo de 1940 durante la Segunda Guerra Mundial, Hitler ordenó que le enviaran el vagón del armisticio donde se había firmado ese acuerdo, y suscribió otro con deshonrosas condiciones para los franceses.

La firma

El Tratado de Versalles fue firmado el 28 de junio de 1919 entre los Países Aliados y Alemania en el Salón de los Espejos del Palacio de la ciudad de Versalles, poniendo fin oficialmente a la Primera Guerra Mundial.

El armisticio había sido rubricado el 11 de noviembre 1918, pero luego se realizaron seis meses de negociaciones entre los Aliados que concluyeron con la Conferencia de Paz de París, donde se suscribió un acuerdo de paz.

Finalmente, la Liga de las Naciones registró el acuerdo el 21 de octubre de 1919, con la firma de más de 50 países tras la muerte de unas 20 millones de personas.

Fue un pacto de paz que provocó el fin de la Primera Guerra Mundial, en la que Alemania resultó derrotada por un grupo de potencias, entre los que estaban EEUU, el Reino Unido y Rusia.

El documento fue suscrito cinco años después del asesinato del archiduque Franz Ferdinand y de su esposa, crímenes que habían gatillado el inicio de la contienda.

El convenio impuso condiciones humillantes para Alemania. “Alemania pagará”, decía un refrán francés de aquellos tiempos.

Con la firma se reorganizó la vida en Europa y se creó la Sociedad de las Naciones (SDN), que se proponía fijar una paz duradera.

Las pérdidas

Tras el fin de la guerra, Alemania perdió sus colonias y quedó amputada del 15% de su territorio. La región de Alsacia-Lorena fue devuelta a Francia y el Sarre alemán quedó bajo control de la SDN durante 15 años. Las fuerzas terrestres alemanas quedaron limitadas a 100.000 soldados y el servicio militar fue abolido.

Polonia se anexionó la Posnania y la Prusia occidental, mientras que la Prusia oriental fue separada del resto de Alemania por el llamado “Corredor Polaco”.

Los alemanes fueron conminados a pagar “reparaciones” a causa de haber provocado la guerra, y los Aliados les hicieron perder gran parte de su potencial económico y agrícola.

Sin embargo, en 1920, el Senado estadounidense (controlado por la oposición) rechazó ratificar el tratado y Estados Unidos se retiró de la SDN, lo que debilitó notoriamente a esa organización.

La conferencia de Londres, en 1921, estableció en 132.000 marcos de oro el monto de las “reparaciones” a los Aliados, fundamentalmente a Francia. Pero los alemanes eran incapaces de garantizar sus obligaciones. Por lo tanto, los franceses ocuparon la región minera del Ruhr, en 1923, y el país se sumió en el caos económico y en la hiperinflación.

El pacto creó nuevos problemas en las minorías en el este de Europa, muchas de las cuales hablaban alemán, y preparó el terreno para un aumento de los nacionalismos.

Diez años más tarde, Adolf Hitler (a punto de quedarse ciego en la Primera Guerra Mundial) llegaría al poder pometiendo reconstruir el orgullo de Alemania y castigar a la Vieja Europa. El genocida reclamó para ello el fin del Pacto de Versalles. (Télam)

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