El Quad Rugby se abre camino en Tucumán

El Quad Rugby se abre camino en Tucumán

Desde hace cinco años se practica en Tucumán una variante para personas con lesiones cervicales graves.

Por lo general, la mención del rugby en silla de ruedas genera la misma reacción de escepticismo: ¿cómo es posible jugar al rugby en una silla de ruedas? Como poder, se puede. Sin embargo, la respuesta tiene su trampa: entre esta variante y el rugby que todo el mundo conoce hay mucho menos en común de lo que el nombre sugiere. La pelota no es ovalada sino redonda (de voley), la cancha es de superficie dura (generalmente de básquet) y tampoco hay haches, tries, scrums, lines o rucks. ¿Por qué se llama Quad Rugby entonces? Porque es un deporte de mucho contacto y porque comparte con el rugby los valores de vida y el espíritu de superación que este promueve.

Aunque muy poca gente sepa que existe, en 2020 se cumplirán cinco años desde que comenzó a practicarse en Tucumán por iniciativa del traumatólogo Bruno Fernández, quien había tomado contacto con la disciplina en Buenos Aires, mientras se encontraba en el instituto Fleni rehabilitándose de una lesión medular. Aquí se encontró con Fabricio Schiavo, un profesor de educación física bonaerense conocedor de la disciplina y que por esas cosas de la vida había recalado en Tucumán.

“Nos cruzamos de casualidad y comenzamos con este proyecto en 2015, aunque a nivel nacional el Quad Rugby ya se practica hace como 15 años”, comenta Fabricio, entrenador del equipo provincial junto a Patricio Couvell y Joaquín María. “Empezamos entrenando en plazas y después en lugares como el complejo Ledesma y el complejo Belgrano, hasta que pudimos encontrar el espacio donde trabajamos actualmente, que es el colegio Las Colinas, en Yerba Buena. No fue fácil, como tampoco lo fue encontrar a los jugadores. Lo bueno es que es un deporte dirigido a una población que a veces queda por fuera de la oferta de deportes que hay para personas con discapacidad”, destaca Schiavo.

Precisamente, para jugar al Quad Rugby es necesario tener afectadas cuando menos tres de las cuatro extremidades. “Por lo general lo juegan personas con lesiones medulares graves, pero también pueden participar hombres y mujeres con otro tipo de patologías o lesiones”, amplía Fabricio.

EN VENADO TUERTO. Al no tener camisetas, Cardenales les prestó un juego. EN VENADO TUERTO. Al no tener camisetas, Cardenales les prestó un juego.

Talento

Con nueve jugadores activos, el de Tucumán es por ahora el único equipo del NOA y uno de los pocos que existen en el país: además hay uno en Córdoba, otro en Santa Fe y un par más en Buenos Aires. De ellos se nutre el seleccionado argentino mayor y el de desarrollo. Este último, que evalúa y prepara a los jugadores para formar parte de aquel, tiene hoy a dos tucumanos convocados: Tomás Caride y Guillermo López Gómez.

“Primero competí en básquet y tenis de mesa adaptados, y hace dos años y medio me sumé al Quad Rugby”, cuenta Tomás, de 24 años. En 2012, un disparo de arma de fuego a la salida de una fiesta le provocó una lesión medular toráxica que le afectó las cuatro extremidades. “Me enteré de que existía este deporte por un folleto y por una publicación de Facebook. En un partido contra Córdoba, los entrenadores de los seleccionados me invitaron a sumarme al de desarrollo”, cuenta Guillermo, de 44 años. “Este deporte me ha dado no sólo mayor fuerza y maniobrabilidad, sino también buenos compañeros”, resalta.

EXHIBICIÓN. El seleccionado argentino visitó la provincia hace año y medio. EXHIBICIÓN. El seleccionado argentino visitó la provincia hace año y medio.

A pulmón

“Nos entrenamos dos veces por semana: jueves por la tarde y sábados por la mañana”, informa Javier Casillas, otro jugador de Quad Rugby Tucumán, equipo que trata de subsistir, desarrollarse y competir desde el amateurismo más absoluto. “Nuestros entrenadores trabajan gratis. Si se nos pincha una rueda o se nos rompe la silla, el arreglo sale de nuestro bolsillo. Además, para competir hay que viajar a otras provincias, y sólo participamos cuando logramos conseguir el traslado, que por lo general es para 10 personas, entre jugadores, asistentes y entrenadores. Además de 12 sillas: seis de uso normal y seis deportivas”, revela Tomás. Actualmente, cuentan con cinco sillas de competición, aunque su costo es muy elevado: ronda los 4.000 dólares.

SILLA DEFENSIVA. Contiene un gancho para sujetar a los rivales. SILLA DEFENSIVA. Contiene un gancho para sujetar a los rivales.
SILLA OFENSIVA. Está configurada para la velocidad y la movilidad. SILLA OFENSIVA. Está configurada para la velocidad y la movilidad.
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