Salió a fumar mientras esperaba la comida y lo mataron

Salió a fumar mientras esperaba la comida y lo mataron

En India asesinan a musulmanes que reclaman por la reforma de la Ley de Ciudadanía. Por Zeba Siddiqui / Agencia Reuters.

LUTO. Saira, madre de Aleem Ansari, llora afuera de su casa en Meerut. Asegura que su hijo fue asesinado de un tiro en la cabeza cuando iba a trabajar. FOTOS REUTERS LUTO. Saira, madre de Aleem Ansari, llora afuera de su casa en Meerut. Asegura que su hijo fue asesinado de un tiro en la cabeza cuando iba a trabajar. FOTOS REUTERS
04 Enero 2020

MEERUT.- El viernes 20 de diciembre, cuando acababa de llegar a su casa después de salir del trabajo, Zaheer Ahmed, de 45 años, salió a la vereda para fumar y esperar que estuviera lista la cena. Pero apenas unos minutos más tarde, estaba muerto. Le habían disparado en la cabeza.

Durante esa tarde, su asesinato y los de otros cuatro musulmanes provocaron un estallido de violencia en el principal barrio musulmán del norte de la India, que lleva un mes convulsionada por intensas protestas. Estos disturbios, los más importantes en al menos siete años, son el resultado de la reforma de la Ley de Ciudadanía impulsada por el Partido Popular Indio y su líder, el primer ministro Narendra Modi, y promulgada en el Parlamento el 11 de diciembre. La nueva norma da a las minorías que emigraron de tres países vecinos un camino hacia la ciudadanía, pero exceptúa a los musulmanes (que representan el 14 % de la población de la India). Sus críticos denuncian que es un ataque a los fundamentos seculares de la nación.

Las familias de los cinco muertos acusan a la policía de haberlos asesinado a tiros cuando estalló una protesta contra la nueva ley. Sin embargo, Reuters no pudo verificar independientemente esas denuncias y ninguna de más de 20 personas entrevistadas vio a la policía abrir fuego.

Por su parte, los policías han declarado que, aunque dispararon al aire para controlar a la multitud, solo utilizaron cachiporras y gases lacrimógenos de manera directa. Y aseguran que no mataron a nadie. Además, suponen que los muertos fueron asesinados por manifestantes armados cuyos disparos se desviaron.

Al menos 25 muertos

Aunque una investigación sobre los hechos de violencia ya está en marcha, la desconfianza y la ira de la comunidad musulmana hacia las fuerzas de seguridad se intensifica a medida que las protestas contra la ley entran en su cuarta semana. Los residentes del área donde ocurrieron los asesinatos atestiguan que la policía rompió varias cámaras de videovigilancia durante las oraciones musulmanas del viernes por la tarde, minutos antes de que estallara la violencia.

Reuters tampoco consiguió confirmar estas denuncias, pero sí revisó imágenes de dos cámaras de negocios del barrio. En los dos casos, el metraje termina abruptamente en el instante en que un policía agita un bastón y golpea la cámara. Sin embargo, Akhilesh Singh, superintendente de Policía de la ciudad, negó que sus subordinados hayan destruido alguna cámara y justificó las muertes: “obviamente deben haber estado en medio de los violentos. Por eso deben haber sido asesinados”.

TEMOR. Familiares de una de las personas muertas en las manifestaciones permanecen protegidos dentro de sus casas.  TEMOR. Familiares de una de las personas muertas en las manifestaciones permanecen protegidos dentro de sus casas.

Mientras tanto, el Gobierno toma medidas enérgicas contra las manifestaciones, que ya han salido de Meerut para extenderse por toda la India. Han muerto al menos 25 personas, 19 de ellas en el estado de Uttar Pradesh, donde se encuentra Meerut.

Este Estado es el más poblado de la India, con aproximadamente 200 millones de personas, y tiene una larga historia de enfrentamientos mortales entre hindúes y musulmanes. Hoy lo gobierna el sacerdote hindú Yogi Adityanat, que hace dos semanas dijo en televisión que se vengará de los manifestantes violentos y los hará pagar por los daños ocasionados a los bienes públicos.

Cómo mataron a Zaheer

La casa de Zaheer se encuentra en el medio del revoltijo de calles, avenidas y pasajes que conforman la concurrida zona de la Puerta de Lisari. Vendía carne para ganarse la vida y esa mañana se había teñido el pelo para una boda familiar, según recordó su sobrina Shaheen, de 22 años. “Cuando mi tío llegó de trabajar, me dijo que quería fumar y salió para ir hasta un pequeño puesto que vende beedis (el pequeño cigarrillo indio) al frente de casa”, contó Shaheen.

Naseem, un amigo de Zaheer, estaba parado en la vereda del frente en ese momento. Describió haber visto a Zaheer comprar el beedi y sentarse en un banco al lado del quiosco. En ese momento comenzó el caos en la avenida principal, a una cuadra de distancia, y la policía comenzó a perseguir a los manifestantes. Naseem escuchó gritos y el ambiente se cubrió con gases lacrimógeno.

“De repente vi caer a Zaheer -relató Naseem-. Pensé que se había desmayado. Pasó en segundos”. Después los vecinos llevaron su cuerpo a casa. “No sé quién participó en las manifestaciones, pero mi esposo no”, protestó su mujer, Shahajahan. “¿Por qué mataron a mi inocente esposo?¿Cómo pueden matar a personas inocentes?”, sollozó.

Entretanto, las familias de los otros cuatro hombres que murieron ese día narraron que ellos habían salido a trabajar o estaban rezando cuando fueron alcanzados por los disparos, aunque ninguna ha recibido informes post mortem. Mohammed Mohsin estaba comprando forraje para el ganado. Aleem Ansari había ido al restaurante donde trabajaba haciendo rotis, el pan indio. Asif, un mecánico, había salido para arreglar neumáticos en la casa de alguien. Otro hombre también llamado Asif regresaba a casa después de las oraciones. Muchas personas en el área, muy empobrecida, usan solo un nombre.

“La policía lo mató a tiros. Le dispararon en la cabeza y lo mataron “, acusó la madre de Aleem, Saira. “Si encuentro a ese policía -juró- no lo perdonaré”.

¿Manifestantes armados?

Reuters revisó una copia de un informe sobre los disturbios de ese día en la estación de Policía de la Puerta de Lisari. Fechado el 20 de diciembre, incluye la declaración de un oficial de Policía que afirmó que una multitud de aproximadamente 1.000 manifestantes armados con palos cargó por la avenida principal alrededor de las 14.30.

Siempre según el informe, los policías les pidieron que se dispersaran con el argumento de que la protesta no había sido permitida. “De repente se desató el caos cuando la multitud comenzó a arrojar piedras y disparar”, escribió el oficial Ajay Kumar Sharma, que no respondió de inmediato al llamado de Reuters.

En un hospital en Meerut, dos policías atendidos declararon que fueron heridos por los disparos de los manifestantes. Un médico confirmó que habían sido tratados por heridas de bala en la pierna y el antebrazo respectivamente. Cuando Reuters le preguntó por los civiles que fueron asesinados a tiros, uno de ellos, Vidya Dhar Shukla, se sentó en su cama: “había tanto caos. ¿Quién sabe cómo murieron los condenados?”

“Si ahora tuviera un arma, yo también les dispararía -dijo-. La India no debería albergar tales serpientes”.

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