Les cerraron el comedor pero ahora fabrican alpargatas

Les cerraron el comedor pero ahora fabrican alpargatas

La feliz idea de un grupo de amigos para ayudar a los vecinos de El Manantial cumplió 15 años. Dictan cursos con salida laboral.

TODOS CON SUS ALPARGATAS. Madres y niños de barrios de El Manantial con las alpargatas que fabricaron.  TODOS CON SUS ALPARGATAS. Madres y niños de barrios de El Manantial con las alpargatas que fabricaron.

En 2004, Tucumán era zona devastada por la pobreza y la desnutrición. Los comedores comunitarios no daban abasto y algunos sucumbían, como le ocurrió a El Refugio, cerca de El Mástil, en Yerba Buena. Los voluntarios quedaban desconsolados. Uno de ellos, Manuel Guerrero, decidió no darse por vencido, y reunió a un grupo de amigos y a su novia para organizar “algo” para ayudar a esas familias que se habían quedado sin comedor. Así nació la fundación MAS que significa Manos de Amor y Solidaridad. En realidad, eran manos que no daban nada “hecho”, sino todo “por hacer y aprender”. Algo así como entregar cañas de pescar pero no pescado.

“Comenzamos con un taller de alpargatas. Con unas máquinas a pedal usadas que nos habían regalado, un profesor y padrinos que nos dieron dinero para comprar insumos logramos hacer los primeros pares”, cuenta Manuel. Una parte era para vender y la otra para repartir entre los vecinos. El esquema se repite hasta hoy. Para lograr la producción se hacen cadenas solidarias a partir de padrinos que donan los insumos. La última entrega fueron 60 pares de alpargatas que se distribuyeron entre los chicos de un comedor de Los Vázquez.

EN PLENA TAREA. La pequeña fábrica de alpargatas de la fundación MAS en el barrio Mercantil. EN PLENA TAREA. La pequeña fábrica de alpargatas de la fundación MAS en el barrio Mercantil.

“En 15 años entregamos 4.000 pares de alpargatas e hicimos 30 cadenas solidarias. Nuestro sueño es poder agrandar el taller y tener más maquinarias para aumentar la producción y que los chicos puedan vender más y tener mayores ingresos para ellos”, dice Manuel, presidente de la fundación.

La sede está ubicada en Independencia 356 del barrio Mercantil, El Manantial, Lules. La compraron peso por peso en cinco años los fundadores: Mónica Gómez, Rodrigo Martínez (actual secretario), Mario Iturre y Gustavo Abitbol, además de Manuel. Ahora también integran la fundación Manuel Sueldo, Griselda Heredia y Carolina Díaz.

En esa sede se desarrollan los talleres recreativos para niños, a cargo de profesores cedidos por la Secretaría de Prevención de las Adicciones de la Provincia. Los más chicos aprenden deportes, baile y apoyo escolar. A los más grandes se los instruye en cursos de embalador citrícola, técnico plaguicida, atención al cliente, marroquinería y fábrica de alpargatas. Todos aprenden y venden sus productos en distintas ferias.

TODO SE VENDE. Los frutos de los talleres de cocina, marroquinería y alpargatas, a la vista. TODO SE VENDE. Los frutos de los talleres de cocina, marroquinería y alpargatas, a la vista.

“Gracias al proyecto Construir Empleo de la Gerencia de Empleo logramos hacer un salón nuevo para nuestra sede. También realizamos vestuarios para varones y mujeres y parte de la cocina para los cursos de pastelería que dictamos. Esto se realizó en ocho meses y nos encantaría que nos vuelvan a incluir. Todavía necesitamos terminar la cocina y el salón del fondo. También nos falta hacer un taller de costura”, anhela.

“Nuestro gran sueño es poder crear el Centro de Formación Profesional, donde poder enseñar todos los oficios que sean posibles, por suerte ya comenzamos la construcción”, dice mostrando una foto de los jóvenes que participaron en la edificación.

En algún momento también desarrollaron el proyecto de Banco de los Pobres. “Les dábamos pequeños préstamos a los vecinos para que desarrollen emprendimientos, como quioscos, mecería o venta de comidas por ejemplo”.

CONSTRUCCIÓN. Levantan el futuro centro de formación profesional. CONSTRUCCIÓN. Levantan el futuro centro de formación profesional.

La fundación MAS funciona a través del padrinazgo. Es el modo en que comenzó todo. “Hace 15 años nos presentamos en un concurso de ideas. Nuestra propuesta era hacer una cadena solidaria, a través de padrinos. Ellos compraban la producción de alpargatas en forma simbólica y con eso se volvía a producir y a vender. Las ganancias eran para los más necesitados”, recuerda Manuel. No ganaron el concurso, pero su idea era tan buena que ya empezó a transitar su 16° año consecutivo. Si querés aportar tu granito de arena llamá al teléfono de Manuel: 381-154567369 o busca fundación MAS en Facebook.

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