Juntaron 22.000 tapitas de plástico y realizaron un mural en clase

Juntaron 22.000 tapitas de plástico y realizaron un mural en clase

Los alumnos de 6° año de la escuela Marina Alfaro buscaron generar conciencia sobre la contaminación del planeta y cómo evitarla.

LOS AUTORES. Delante del mural completo, los estudiantes de 6° año que pasaron meses juntando y pegando tapitas para dejar su mensaje. la gaceta / fotos de ainés quinteros oiro LOS AUTORES. Delante del mural completo, los estudiantes de 6° año que pasaron meses juntando y pegando tapitas para dejar su mensaje. la gaceta / fotos de ainés quinteros oiro

Hablar de contaminación, calentamiento global o el tiempo de degradación de la basura ya no es algo que se pueda ignorar. Cada día los tucumanos se interesan e informan más sobre el tema para cambiar sus hábitos. Es por eso que desde Tucumán ya viajaron más de 60 millones de tapitas de plástico a Buenos Aires y la única planta de reciclaje de la provincia genera ingresos vendiendo la basura de los tucumanos.

Alumnos de sexto año de la escuela secundaria Marina Alfaro hicieron un pedido especial este año: querían aprender cómo cuidar el medio ambiente. La profesora Fabiana Valdez, que dicta la materia “Proyecto de Investigación”, fue la encargada de orientar sus clases de acuerdo con lo que los chicos necesitaban aprender.

“Cada año la temática de la materia cambia, este año por iniciativa de los chicos vimos educación ambiental. Como el tema es muy amplio fuimos centrando nuestro campo de estudio en los residuos sólidos y urbanos. Tomamos como objeto de estudio el plástico por lo mucho que contamina”, precisó la docente.

A principios del ciclo lectivo Valdez nunca se hubiese imaginado que sus alumnos la sorprenderían con un mural de más de ocho metros de largo y más de dos metros de ancho que contiene más de 22.000 tapitas plásticas. “Con los 21 alumnos comenzamos a juntar tapitas con la intención de fundirlas y crear nuevos objetos. Después surgió la idea del mural y fueron los chicos quienes lo hicieron solos en meses de trabajo”, agregó.

Los alumnos investigaron qué necesitaban para plasmar el mural en la pared. “Usamos pegamento para cerámicos, fue lo que mejor nos funcionó para que las tapitas queden en su lugar y además resistan la lluvia. Fue un trabajo conjunto con mis compañeros; nos unimos mucho”, explicó Aldo Ismael Décima (18). El joven fue el encargado de preparar el pegamento y esparcirlo por la pared como si fuera cemento, mientras otros compañeros pegaban una por una las tapitas.

María Bracamonte (19) separó las tapitas por color. “Nos llevó mucho tiempo la separación, necesitábamos hacerla, porque al ver los colores de tapitas que teníamos disponibles íbamos a hacer el diseño del mural”, indicó la alumna. La asignatura Proyecto de Investigación abarca seis horas cátedra a la semana; los alumnos aprovecharon cada minuto sin importar cómo estaba el tiempo. “Cuando llovía todos separábamos las tapitas, si no otros pensaban el diseño del mural o investigaban la mejor forma de pegar el plástico en la pared”, añadió.

LOS AUTORES. Delante del mural completo, los estudiantes de 6° año que pasaron meses juntando y pegando tapitas para dejar su mensaje. LOS AUTORES. Delante del mural completo, los estudiantes de 6° año que pasaron meses juntando y pegando tapitas para dejar su mensaje. LA GACETA / INÉS QUINTEROS ORIO

Si bien sólo 21 alumnos se encargaron de llevar el mural a la pared toda la escuela colaboró con la donación de tapitas. “Colocamos un tacho en la escuela donde todos los días depositaban tapitas. Nosotros las preparábamos para dejarlas listas para el mural. Teníamos que sacar la argolla de plástico que tienen muchas tapitas de botellas retornables y al ser tan resistente el plástico nos llevaba mucho tiempo”, recordó Lourdes Molina (17).

Luego de seis meses de arduo trabajo el mural estuvo terminado. “Los chicos trabajaron en mis horas de clase, cuando estuvimos más apretados con los tiempos muchos colegas nos cedieron unos minutos. Pegamos la primera tapa en octubre”, recordó la docente.

¿Qué significa el mural?

“A la hora de decidir qué dibujar en el mural, había cosas que no podían faltar: la contaminación, la bandera argentina, la naturaleza y un arcoíris por los colores. Los chicos con más facilidad para el dibujo plasmaron todas las ideas en una hoja”, indicó Valdez.

Empezando por el lado izquierdo del mural hay un ojo, que representa que alguien siempre nos está mirando y observa el daño que los humanos le estamos causando al planeta. Justo abajo se encuentran unas construcciones que emiten humo. “Algunos chicos representaban las construcciones como las ciudades, fábricas o ingenios que contaminan mucho el aire. Todo el fondo amarillo representa la luz del sol”, explicó la docente.

Continuando por el centro del mural hay un signo de reciclaje, que significa el material que se utilizó en la obra. También hay flores, que representan la naturaleza que debemos cuidar. “La bandera argentina tiene olas porque también con ella simbolizan el océano, donde día a día llega mucho plástico. Eso debemos cambiarlo”, subrayó Bracamonte.

Sobre la bandera hay un foco que figura las ideas que surgen del hombre para revertir la contaminación: “si los humanos contaminan, tienen que tener imaginación y conocimiento para revertir el daño que ya causamos; todo eso lo representamos con un foco”, explicó Molina.

En el extremo derecho del mural hay un arcoíris, la bandera Whipala y la firma de los alumnos. “Los chicos mostraron el cambio que debemos hacer con un arcoíris, porque nos merecemos un planeta con muchos colores y cosas buenas”, detalló Valdez.

La bandera Wiphala fue plasmada en el mural por el significado de sus colores. El rojo significa el planeta Tierra; el naranja, la sociedad y su cultura; el amarillo es la energía y la fuerza; el blanco representa el tiempo y el idioma. El verde es la economía, las riquezas naturales y el territorio; el azul simboliza el universo y el violeta es por la política y las ideologías.

“La bandera fue también una manera de mostrar todos los levantamientos que están pasando en Latinoamérica; cuando hicimos el mural fue en medio de los problemas de Bolivia, quisimos representarlos porque toda Latinoamérica está pasando por algo similar. Por último firmamos con el ‘promo 19’ porque todos trabajamos en el mural”, explicó Décima.

Dejar un mensaje

“El mural dio luz a la escuela y dio vida a la pared; todo esto lo hicimos con basura y queremos que la gente sepa que puede crear cosas hermosas con lo que desecha”, reflexionó Décima. Sus compañeros manifestaron que les gustaría que años siguientes continúen ampliando el mural en la pared.

Los alumnos autores del mural se despiden de la escuela dejando como recuerdo su obra de arte. “Siempre les digo a los chicos de sexto que dejen algo en la escuela para que los recordemos por muchos años más, ellos lo hicieron. Nos sorprendieron con este mural que es algo que no esperábamos de una materia como Proyecto. Estoy orgullosa de la docente y de sus alumnos”, comentó Adriana Beltrán, directora de la institución.

La docente añadió que si alumnos del año que viene se interesan en el mural, van a seguir hasta cubrir la pared: “enseño hace 12 años en la escuela y siempre estudiamos un tema distinto, en Proyecto los chicos pueden orientar las clases para aprender sobre lo que ellos necesitan. Otros años hicimos una huerta, estudiamos la alimentación en los adolescentes y ahora reciclamos en clase”, concluyó Valdez.

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