Cartas de lectores
David Lebón. David Lebón. TÉLAM

- La Patria olvidada en la canción (en Plaza de Mayo)

Podían haber desgarrado el cielo los sonidos de erkenchos, quenas y zampoñas que dibujan el rostro de Milagro, y resuenan ancestrales en los cotos de Gerardo Morales, a pesar de ese Morales. Podían haber llorado las vidalas que dibujan los rostros de los hallados en el Pozo de Vargas, en Tucumán. Y los cantos del azúcar amargo que fundamentaron zambas narradoras de luchas, dolores y esperanzas. Los cantos a mineros, labradores y copleros de Castilla. Los de alerta y desafío de un Marziali adornado con las guitarras luminosas de Cuyo, invitando por cogollo al brindis por el nuevo tiempo. Los de Armando y Hamlet diciéndonos que la esperanza no muere y el destino nuevo es indisoluble de un ayer combativo y un mañana de Patria Grande. Podrían haber gritado su majestuosidad las montañas catamarqueñas heridas en su corazón minero. O una chaya anunciando el próximo digno y alegre carnaval. O las mujeres recordando su presencia en la historia, con las canciones de Ariel Ramírez. O los amores delicados representados en la “Tonada del viejo amor”. Podrían haberse juntado copleras para gritar sin altavoces sus orígenes, que son los mismos de Evo. La baguala ya es una altavoz en sí misma y nos devuelve orígenes milenarios. Podrían haberse dicho en verduleras litoraleñas que las aguas son nuestras y ya les echaron el ojo. Y también la fiesta, chamameceando de lo lindo con miles de bailes abrazados. Podría habérsele sacado polvo al asfalto, a pura chacarera. Tal vez hubiese sido posible encontrar lo que Santiago Maldado buscaba en su camino, al compás de un loncomeo y su cultrum. Y qué decir de una tonada cruzando la cordillera, de un tango y una milonga yendo y viniendo entre dos orillas, de un Ayala recordando por décimas los atropellos históricos al Paraguay, pero también su propia dulzura en una guarania melancólica y amorosa. ¡Cuánta ausencia de la canción que trazó el camino de la Patria! ¡Cuánta Patria desnudada en la canción! Cuánta Patria cantada con una sola mirada, que también es necesaria, pero pareciera empecinarse en su exclusividad para representarla. Y cuánta ignorancia. Si no levantamos el grito, correremos el riesgo de instalar una vez más la inercia de suponer los quehaceres culturales como frívolos pasatiempos, cuando en realidad debieran ser las vías regias hacia el pensamiento crítico de las mayorías populares y la recuperación de sus mitos y místicas colectivas. Un país y un pueblo también pueden medirse por la canción que se cante, pero ojalá no sea necesario recurrir a una seguramente estúpida estadística. Por suerte, tenemos un excelente ministro de Cultura, que sabrá cómo lidiar con cierta zoncera girando alrededor.

P/D: No responderé a quien agreda gratuitamente. Ahorren sus argumentaciones quienes supongan que uno pega el grito por no haber sido convocado, que uno busca ser convocado, que el folclore es, por definición, conservador. Probablemente no quiera responder a nadie. Sobra experiencia en esto de recibir golpes por animarse a ejercer un pensamiento crítico.

Juan Falú

- Grieta subterránea

La imagen en doble página de la edición de LA GACETA del 11/12 muestra al nuevo presidente, Alberto Fernández, partido en dos mitades (por causa de la impresión rotativa), una ancha y alegórica separación, grafica la realidad, aunque llena de anhelos, homilías y esperanzadores discursos, piden para el futuro de los argentinos cicatrizar la grieta. Esta casual foto cortada también grafica un presidente que, según se observa, estará tirado entre dos hemisferios. Deberá repartir su inteligencia entre su criterio y buena fe de poner a la “Argentina de pie”, tal su slogan, y la otra parte entregada al verdadero poder que lo llevó a ese lugar. Que a juzgar por los hechos, las manifestaciones y las actitudes, el odio y el revanchismo serán un tema que podrían desviarlo de los principales objetivos para sacar a este país de la pobreza y de una economía muy complicada, que el anterior gobierno no pudo. Esperamos que pueda dominar esos impulsos negativos y hacer valer su poder real, para no dejarse imponer caminos que no son el de los argentinos trabajadores. Hay una mitad que no lo votó, pero estoy seguro le desea lo mejor para su gobierno. Esa otra mitad no espera ser vista con el rechazo que le provoca al otro hemisferio del poder, que solo ve en esa gente a “gorilas” y un cáncer para esta sociedad. No deben olvidar que en esa otra mitad, pacífica, convive la mayoría de trabajadores que sostiene este sistema de reparto social. El nuevo presidente, que se ve muy equilibrado, lo sabe y debe trabajar por todos.

Daniel Mas



- Partida de los franciscanos

Gracias orden franciscana por todo el bien que has realizado desde Ibatín -hace 450 años- hasta el presente. Te ruego que continúes tu hermosa faena, no nos abandones. Dices que lo haces por la falta de vocaciones. Sin embargo, si estoy bien informado, de hecho en Tucumán hay dos, una en el colegio San Francisco y otra en el Mercedes Pacheco. Ignoro cuántas hay en los lugares que no abandonas ¿Acaso son más que estas dos? El pobrecillo de Asís sigue solicitando te que, como Dios te lo pidió, repares su iglesia y cobijes en tu convento al “carisma” franciscano -don gratuito que has recibido del Espíritu para bien de la comunidad-. Respeto tu voto de obediencia y la austera disciplina franciscana. Pero una vez más te lo ruego: no nos abandones.

Alberto Francisco Villecco


Muñecas 384 2° A


San Miguel de Tucumán


- Navidad

En este tiempo bendito de Navidad, creo que es bueno resignificar algunos símbolos. El arbolito de Navidad fue utilizado para recordar el Génesis de la humanidad, aquel árbol que contenía los frutos del conocimiento del bien y del mal, el árbol donde tuvo lugar la transgresión de Adán y de Eva al mandato divino de no comer de él. Con el advenimiento de Cristo y la gran novedad del perdón y la misericordia, impresa por el cristianismo al alma de un mundo regido por la Ley del Talión, se llenó a este árbol de luces y de guirnaldas para representar la victoria del bien sobre el mal. El pesebre fue el refugio del Niño: “lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio para Él en la posada”(Lc 2,6). Un obispo cristiano llamado Nicolás populariza a Santa Claus o Papá Noel. Pero la Coca Cola ha comercializado el espíritu de la Navidad y ha tomado esta figura para sugerir una fiesta del capitalismo, deponiendo los valores del espíritu. Una vez más, no hay sitio para el Niño en la posada, no hay lugar en el mundo para el Niño que nace, sentido verdadero de una Navidad austera y simple como fue el pesebre para María y José, sus padres. Luego los Reyes llegados del Oriente visualizaron y siguieron a la Estrella de Belén y adoraron al Niño.

Graciela Jatib

Las cartas para esta sección deben tener un máximo de 200 palabras, en caso contrario serán sintetizadas. Deberán ser entregadas en Mendoza 654 o en cualquiera de nuestras corresponsalías haciendo constar nombre y domicilio del remitente. El portador deberá concurrir con su documento de identidad. También podrán ser enviadas por e-mail a: [email protected],  consignando domicilio real y N° de teléfono y de documento de identidad. LA GACETA se reserva el derecho de publicación.

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