07 Diciembre 2019
El aniversario número 25 encuentra a la Junta Federal de Cortes y Superiores Tribunales de las Provincias y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Jufejus) en la gestión de su primera presidenta, María del Carmen Battaini. Después de participar en la inauguración del edificio “Tribunales 2” y en la presentación de un libro sobre el recurso extraordinario promovido por su organización, Battaini relativiza las críticas existentes hacia la magistratura y formula sus dudas respecto de la cobertura periodística que recibe ese estamento. “La imagen de los jueces depende a veces de una prensa que la destruye”, dice la vocal de Tierra del Fuego este viernes antes de partir hacia la Casa Histórica.
-El cambio de ciclo político puso a la Justicia en el centro de la conversación pública, sobre todo a partir de la primera declaración indagatoria de la vicepresidenta electa Cristina Fernández de Kirchner en un juicio por supuestos hechos de corrupción. ¿Cómo viven ustedes esta presión?
-No, presión, no. Un juez no debe sentir presión: tiene que saber cómo decidir y cómo actuar. Y cada quien tiene su cometido, y sabe qué es lo que debe hacer y cómo. Esto hace al ejercicio de la función judicial.
-¿Cree usted que se avecina un período estresante para el Poder Judicial?
-La Justicia es un poder del Estado autónomo e independiente, y siempre va a trabajar de la misma manera más allá de lo que piense la sociedad o de cómo nos vea la ciudadanía. Pero, bueno, ustedes (los medios de comunicación) tienen mucha incumbencia en hacernos ver o presentarnos de una u otra manera. Las justicias provinciales y la Jufejus fortalecen el federalismo y la independencia judicial en las jurisdicciones locales. Para ello nos capacitamos en todos los órdenes. Tecnológicamente estamos avanzando a pasos agigantados. La Junta ha firmado un convenio para tener una “nube” propia que unifique a todos los poderes judiciales...
-Usted dice que la Justicia trabaja en forma autónoma e independiente más allá de cómo la vea la sociedad, pero el malestar social con la labor judicial es perceptible. ¿Cómo tramitan ustedes ese reclamo?
-Debemos dar respuestas; comprometernos a ser más eficientes y eficaces; capacitarnos; repensar los paradigmas y generar espacios de atención temprana e interdisciplinaria, y métodos adecuados de resolución de conflictos. A lo mejor lo que nos falta es la ayuda de la prensa para difundir estas iniciativas. Sería bueno preguntar a los usuarios del sistema judicial: no todos están disconformes con el servicio. Hay muchos que están muy conformes: es necesario escuchar las dos campanas.
-Las críticas obedecen sobre todo al manejo de las causas sensibles para el poder y de corrupción.
-Es probable, pero eso no deja de ser una apreciación suya. Nosotros hacemos encuestas de calidad y estamos formándonos para ello. Hay gente que no es usuaria del servicio de justicia y que a lo mejor opina sobre él. Esto equivale a que yo opine acerca de cómo trabajó un neurocirujano.
-La opinión a menudo apunta a la imagen de los jueces: a cómo estos se muestran frente a la sociedad.
-Es posible. Pero la generación de la imagen no sólo depende de nosotros. La prensa a veces nos destruye. Determinados copetes de algunas publicaciones periodísticas no tienen nada que ver con el tema del artículo. Entiendo que es el trabajo de ustedes, pero tal vez haya que repensarlo e interactuar de otra forma para que contribuya a la construcción de la república.
-Siempre se dijo que la libertad de prensa es la aliada indispensable de la independencia judicial.
-Soy defensora a ultranza de eso. No hablo de vos, pero te dejo esta pregunta: ¿no te parece que algunos artículos son tendenciosos?
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