En la mira y en la cuerda floja

Al parecer Cristina no sólo fue a ver a su hija, Florencia, en Cuba, sino que también estuvo pergeñando su esquema de poder a partir del 10 de diciembre. La consulta clave y que desvela a más de uno es ¿para qué? Las respuestas navegan desde no dejar crecer demasiado a Alberto Fernández, acotándolo, o bien que prepara el terreno para la consolidación del espacio de los cristinistas-camporistas con su hijo Máximo Kirchner al frente.

Por de pronto, elegir para la presidencia provisional del Senado a Claudia Ledesma Abdala, ex gobernadora, actual senadora electa y esposa del mandatario santiagueño Gerardo Zamora, más allá de la sorpresa que causó en propios y extraños, debilita la fuerza de sustentación del albertismo en ciernes, que tiene en algunos gobernadores peronistas, como Juan Manzur, su respaldo político e institucional a futuro en el Congreso. Con esta movida, la vicepresidenta electa sigue fortaleciéndose, no sólo por haber digitado la postulación del presidente electo, sino porque amplía el cerco de adhesiones a nivel de gobernadores al sumar a Zamora a sus otros leales: Insfrán (Formosa), Corpacci (Catamarca), Alicia Kirchner (Santa Cruz), Capitanich (Chaco) y Kicillof (Buenos Aires).

Esta situación lleva a dudar sobre si toda la “liga de gobernadores”, la que se unió detrás de la candidatura de Alberto, le responderá al electo presidente ante una eventual estallido de la interna en el Gobierno nacional. En esta trama de pelea tras bambalinas por los espacios de poder, quien claramente mira desde afuera, por lo menos en la Cámara Alta, es Manzur.

Al titular del Poder Ejecutivo no le responden el complicado Alperovich ni Beatriz Mirkin que, habiendo constituido el bloque “Peronismo por Tucumán”, resolvieron hace una semana sumarse al cristinismo en esa disputa interna subterránea. Quedó más que claro que, además, fue una movida para distanciarse aún más de Manzur y vaciarlo de poder en el Senado.

El mandatario deberá aguardar hasta 2021 para poder recuperar esas bancas, cuando se lleven a cabo elecciones para renovar los tres congresistas por Tucumán, si no es que a esa alturas, sea Cristina la que termine definiendo la composición de la nómina.

Claro que la situación de Alperovich es complicada a partir de la denuncia por presunto abuso sexual que una sobrina le presentó en su contra. Pedir licencia es un paso no sólo para distanciarse del escenario público sino el inicio del posible alejamiento de la política, según las derivaciones de la investigación que lleve a cabo la Justicia. La realidad lo impulsa en esa dirección. Precisamente, la Justicia estará en el ojo de la tormenta y se observará con lupa cada acción que desarrolle en la causa de este delicado tema.

Casualmente, hace pocos días, asumió la presidencia de la Corte Suprema por primera vez una mujer, Claudia Sbdar, quien fuera propuesta justamente por Alperovich para que integre el Poder Judicial. Bajo su gestión puede cumplirse el trámite judicial contra el senador, un tiempo en el que, según sus palabras, se debe demostrar que la independencia judicial es un valor constitucional irrenunciable. Todos a prueba.

El ex gobernador pidió licencia para abocarse a su defensa judicial, pero eso no lo sacará de ojo de la tormenta, del escándalo social y de las repercusiones políticas a su alrededor. Por el momento, ningún dirigente alperovichista, de los viejos o de los nuevos, salió a defenderlo públicamente; lo que quedó reducido al núcleo familiar de Alperovich.

El resto de la dirigencia oficialista poco y nada dice, o bien ante la consulta prefiere dejar todo en manos de la Justicia. Ni siquiera habló quien lo podría suceder en la banca, si es que, por ejemplo, el senador resuelve renunciar: Jorge Gassenbauer. Es que según el artículo 157 del Código Electoral Nacional (ley 19.945) en caso de muerte, renuncia, separación, inhabilidad o incapacidad permanente de un senador de la lista que hubiere obtenido la mayoría de votos emitidos lo sustituirá senador suplente de igual sexo. En este caso es su amigo personal.

O sea no asumiría María Tránsito Urueña Russo, que fue la primer suplente. Este tipo de corrimiento sólo vale para a boleta que salió segunda, según la norma nacional, que establece: en caso de muerte, renuncia, separación, inhabilidad o incapacidad permanente de un senador nacional de la lista que hubiere resultado siguiente en cantidad de votos emitidos, será sustituido por el suplente por su orden.

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