En los lavaderos clandestinos se quejan porque los robos los perjudican

En los lavaderos clandestinos se quejan porque los robos los perjudican

Piden mayor seguridad en la avenida Papa Francisco.

En los lavaderos clandestinos se quejan porque los robos los perjudican
Por Luis Duarte y Gustavo Rodríguez 21 Noviembre 2019

“Por favor, no nos escrache. Acá hay muchos que vienen a trabajar en serio. Esto nos hace mal, no publique nada”, imploró Juan Carlos Décima. Él es uno de los tantos lavacoches que están diseminados por la avenida Papa Francisco, donde se registró otro hecho de extrema violencia donde un comisario hirió a un joven que había pretendido asaltarlo.

El martes, cerca de las 20, el comisario Sergio Paz, que presta servicios en el centro de monitoreo del 911, fue hasta un lavadero de autos ubicado en esa avenida al 1.100 para poner en condiciones su Chevrolet Prisma. Mientras esperaba, dos jóvenes en motocicleta lo abordaron y, amenazándolo con un arma de fuego, le obligaron que le dieran el celular y la billetera.

“Los changos querían más. Le empezaron a gritar que le dieran más cosas que era poco. Él hizo un amague de sacar algo más, pero extrajo su arma y les grito que era policía y que se rindiera. El que estaba atrás intentó disparar, pero como no le salió la bala, el ‘poli’ hizo varios tiros”, explicó Mario, un trabajador de la zona que pidió que su apellido no se publicara para no tener problemas en el barrio.

Los motochorros huyeron del lugar. El conductor del rodado abandonó a su amigo que no podía caminar porque había recibido un disparo en el muslo. El comisario, hijo  de Ramón Paz el empleado de vialidad que fue asesinado y por el que fueron condenados Moisés Ale y Sergio Tripolone, lo redujo y pidió apoyo al Servicio 911. Minutos después la zona se transformaría en escenario de una batalla campal.

Mientras esperaban la llegada de la ambulancia, parientes, amigos y vecinos del herido comenzaron a agredir al personal policial y, en especial, a Paz. Por esa razón, el funcionario fue trasladado hasta la Seccional 4ª donde entregó su arma para que fuera peritada. La Justicia ordenó que se le tomara una exposición sobre lo sucedido, pero que se lo dejara en libertad. El supuesto asaltante, en cambio, fue llevado al Hospital Padilla donde quedó aprehendido. Fue identificado como Peñaloza y estaba esperando en libertad ser enjuiciado por robo agravado.

En los lavaderos clandestinos se quejan porque los robos los perjudican

No es el primer hecho de inseguridad que se produce en la avenida donde están instalados los lavaderos clandestinos. El año pasado, a una alta funcionaria judicial le robaron el celular mientras aguardaba que terminaran de lavar su auto en Papa Francisco al 900.

El 29 de setiembre, a tres cuadras donde se produjo este incidente, se produjo el último homicidio en ocasión de robo que se registró en la capital. El taxista fue asesinado de dos disparos en el lugar cuando dos motochorros intentaron asaltarlos. Por el hecho, fueron detenidos una prostituta y dos jóvenes. La mujer habría recuperado la libertad al confirmarse que ella no había actuado como señuelo, según los primeros datos de la investigación.

“El problema es la droga. Al chico que fue herido trabaja aquí, se las rebusca haciendo un par de pesos. Pero cuando no hacen nada, salen a robar para comprar esa porquería”, explico Azucena García, quien le alquila el frente de su casa a un grupo de lavadores para que laven vehículos

Esteban Pérez aseguró que hace más de cinco años que vive de este trabajo. “Me molesta muchísimo que vengan a hacer notas sobre cuando pasa algo malo. Si aquí hay algún robo, es porque viene mucha gente y estos desgraciados andan desesperados por alita de mosca (cocaína). Y si pasa eso es porque la Policía no anda nunca. Si estuviéramos más protegidos, no pasarían estas cosas. Ahora vienen ustedes, publican estas cosas y se reducen los clientes. ¿Quieren que salgamos a robar?”, preguntó molesto.

Joaquín Girbeau, segundo jefe de la Unidad Regional Capital, explicó que la zona cuenta con custodia permanente, pero que es más intensa durante el horario en el que funcionan los lavaderos. “No es una zona descuidada, pero el problema es que cada vez se extienden más y se necesitan más recursos para hacer tarea de prevención. En este trabajo están afectados los móviles de la Seccional 4ª y del Servicio 911”, concluyó.

Enrique Romero, subsecretario de Tránsito y Transporte Operativo del municipio de la capital, remarcó que el ataque al personal policial por parte de dos supuestos motochorros se había registrado a 400 metros  de un destacamento polical. En esa línea, remarcó que el incidente del martes se encuadró en una situación de inseguridad. “Una vez que termina la actividad de los lavachoches, se apedrean vehículos”, enfatizó.

Romero consideró que en esa zona se observa un problema estructural, social y laboral, entre otros matices, lo que lleva a distintos lavacoches a ubicarse a lo largo de la avenida Papa Francisco.

“Cobran por lavar, autos, camionetas, colectivos y camiones. La gente lleva sus choches y pagan por los servicios por comodidad”, remarcó el titular del área de transporte de la intendencia de Germán Alfaro.

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