Bochas: un deporte que pide cancha

Bochas: un deporte que pide cancha

La disciplina resiste en Tucumán, pese a que pasaron tres décadas de su época de oro. El dirigente Raúl Quiroz avizora otro resurgir tras el Mundial de este año.

LO LLEVAN EN LA SANGRE. Los hermanos Sebastián (izquierda) y Gabriel Luna, aman las bochas; las mantienen vigentes en los ámbitos local e interprovincial. LO LLEVAN EN LA SANGRE. Los hermanos Sebastián (izquierda) y Gabriel Luna, aman las bochas; las mantienen vigentes en los ámbitos local e interprovincial. LA GACETA / HÉCTOR PERALTA

El mate pasaba de mano en mano entre las familias, mientras los padres jugaban con sus hijos. El humo perfumaba el ambiente y avisaba que el asado estaba próximo a salir. De ese modo se vivían las bochas cada fin de semana, en varios clubes de la provincia. 

Los días de entrenamiento o de torneo, cada institución recibía una gran cantidad de jugadores, de parientes y de fanáticos, que encontraban allí su lugar en el mundo. Sin embargo, con el paso del tiempo, la práctica fue menguando y su popularidad cayó. Sólo siete clubes continúan en pie. Hasta estos van los jugadores cada semana, para intentar mantener la tradición y no dejar morir este deporte. Estas “casas” albergan hoy a los bochófilos de otrora y a los nuevos, que quieren incursionar en este deporte.

Luego del Mundial que se jugó en Tucumán entre el 6 y el 11 de marzo de este año, pareciera que el juego intenta recuperar el protagonismo de los 80. “Las bochas nunca se fueron de Tucumán; pero ahora, tras el impulso que le dio el Mundial, su fuerza creció: todos los sábados se están jugando torneos”, contó el tesorero de la Confederación Argentina de Bochas, Raúl Enrique Quirós.

EL MEJOR. Sebastián Luna logró el Argentino Sub18 y representó al país. la gaceta / foto de hector peralta EL MEJOR. Sebastián Luna logró el Argentino Sub18 y representó al país. la gaceta / foto de hector peralta

No obstante su optimismo, lamentó la difícil situación que vive cada establecimiento. “Los clubes no están en condiciones de solventar un certamen de ocho meses, para que a fin de año el ganador se lleve una copa. Entonces, se optó por cobrar una inscripción de $ 350 por división y por torneo, de la cual un 20% va para la Federación y el resto, para el campeón. Participan de 16 a 18 equipos. Tiene éxito, porque a los clubes les cuesta menos; todo pasa por el dinero, todos quieren plata”, indicó.

Con parte del dinero de la federación se costean viajes a campeonatos argentinos, porque no cuentan con apoyo oficial. “Estuvimos un año sin jugar. Los jugadores ponían de su bolsillo, pero los costos son muy altos: para una delegación de bochófilos, $ 40.000 por dos días es mucho”, dijo.

SU VIRTUD. Gabriel Luna se destaca con el bochazo; suele jugar en tríos. SU VIRTUD. Gabriel Luna se destaca con el bochazo; suele jugar en tríos.

El dirigente aconsejó a sus colegas de la Federación Tucumana que dejen de preocuparse y pasen a ocuparse. “Estamos equivocados si esperamos que los gobiernos vengan a preguntarnos qué necesitamos. Si no vamos nosotros al gobernador, Juan Manzur, al intendente Germán Alfaro, o al vicegobernador, Osvaldo Jaldo, estamos en un pozo”, afirmó.

No sólo se precisa dinero para los viajes. Para que los jugadores puedan disputar torneos -en Tucumán o en otra provincia- deben estar estampillados. Sólo así el seguro cubre los eventuales accidentes. Quirós contó que la estampilla se paga una vez al año, y que sólo 80 jugadores tucumanos se encuentran hoy habilitados: “En una época rozaban los 300; además, debe haber 100 sin estampillas”.

ASCENSO. El mes pasado, Tucumán (Alejandro Pereyra -izquierda- y los Luna) le ganó 15-6 a Santiago y el año que viene disputará con los mejores ocho del país. ASCENSO. El mes pasado, Tucumán (Alejandro Pereyra -izquierda- y los Luna) le ganó 15-6 a Santiago y el año que viene disputará con los mejores ocho del país.

La Federación Tucumana de bocha se creó en 1934; la Confederación Argentina, en 1952. Hoy, nuestro país disputa con Francia el cuarto lugar a nivel mundial, detrás de Eslovenia, de Italia y de Croacia. La época más gloriosa de las bochas tucumanas transcurrió durante los 80. “Entonces cada club tenía unos cinco cracks. Las bochas resurgieron en 2000, cuando había apoyo político. Entonces se organizó el Sudamericano en Central Córdoba”, contó Quirós, que insistió en pronosticar otro repunte, a partir del Mundial.

Pero este, a su criterio, se dará de manera paulatina. Por ejemplo, la provincia aún no está en condiciones de competir en cadetes. “Del 12 al 14 de este mes juegan las categorías sub 9 y sub 12. Tucumán no participa porque los chicos recién están aprendiendo”, explicó. Pero contó que sí habrá un referente tucumano en el campeonato de mayores de 60, que se disputará en Jujuy entre el 29 del mes que viene y el 1 de diciembre: “nos representará Mario Giri, él mejor de la historia. Además, Tucumán participó de los argentinos de sub15, de sub 18 y de sub 21”.

A contrario de lo que podría pensarse, los chicos que se acercan a las bochas no lo hacen por “herencia familiar”, según contó Quirós. “Buenos Aires implementó el programa ‘Arrimemos al chico’, que está teniendo mucho éxito. Una hora que un chico esté en el club es una hora que no estará en la calle. Y a los estados municipal y provincial les sale más barato la formación de un deportista que la recuperación de un adicto”, dijo.

Las joyas de Tucumán

Facundo Villarubia (15 años)

“Mi papá me llevó a jugar; observé y me pareció muy interesante el deporte, me gustó mucho. A los cuatro años ya tenía la bocha en la mano. Me llamó la atención porque me pareció un deporte muy sano, en el cual podés compartir con todos tus amigos. Ellos, precisamente, siempre me dicen que puedo llegar lejos en este deporte; y me aconsejan que sea humilde. Jugué muchos torneos, y en algunos terminé entre los mejores. Fui al campeonato sub 21, que se jugó en La Pampa; y luego habré ido a alrededor de seis torneos en distintas provincias. Practicaba los bochazos en el fondo de mi casa”.

Sebastián Luna (25 años)

“Jugué seis finales. Gané mi primer título en 2012 (sub 18 de Bahía Blanca). Ese año también jugué el Mundial de la categoría, en Francia. Practiqué básquet, fútbol, karate; pero soy un apasionado por las bochas. Las elegí por mi papá, Julio. Con él y con mi hermano Gabriel jugamos en la categoría trío. Jugar con mi papá es lindo; tenerlo ahí, al lado de la cancha o jugando conmigo. A los chicos que les llame la atención las bochas les diría que se acerquen a los clubes; algunos la ven como deporte ‘para viejos’, pero no es así. Se organizan Sudamericanos, Panamericanos y Mundiales”.

Gabriel Luna (35 años)

“Recuerdo que antes se jugaba todos los días a las bochas; ahora, en cambio, se hacen torneos en un solo día a la semana. Debido al sistema de juego, que tiene que ver con puntajes y con que se dé un equilibrio entre los competidores, no me permiten jugar en dupla con mi hermano Sebastián. De todos modos, si nos presentamos, los demás no quieren jugar. Hemos viajado juntos a jugar en diferentes torneos; en Chaco, Córdoba, entre otros. El año que viene, entre el 17 y el 19 de enero se hará en Tucumán un torneo interprovincial; se competirá en formato individual y de parejas. Vendrán los mejores”.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios