El bussismo llegó a la mesa de la Cámara gracias al PJ

El bussismo llegó a la mesa de la Cámara gracias al PJ

Amado volverá a la presidencia subrogante de la Legislatura. Gerónimo Vargas Aignasse será “vice” primero y Orquera, de FR, “vice” segunda.

AUTORIDADES. Amado (al centro), Vargas Aignasse (a su derecha) y Orquera (izquierda) conducirán la Cámara provincial. Los acompañan Pérez y Fioritto. la gaceta / foto de franco vera AUTORIDADES. Amado (al centro), Vargas Aignasse (a su derecha) y Orquera (izquierda) conducirán la Cámara provincial. Los acompañan Pérez y Fioritto. la gaceta / foto de franco vera

El nuevo bloque oficialista de la Legislatura, que contabiliza 33 legisladores propios y dos aliados del alperovichismo, le dio ayer el tercer lugar de la mesa de autoridades al bussismo, que había obtenido ocho bancas en los comicios provinciales del 9 de junio.

El acuerdo entre el peronismo y Fuerza Republicana (FR), además, dejó afuera de la conducción de la Cámara a la alianza entre alfaristas, radicales y Libres del Sur, que -con seis escaños- está más cerca de la atomización que de conformar una única bancada con el sello de Vamos Tucumán.

En la sesión inaugural, el ex ministro de Gobierno Regino Amado se quedó -gracias al voto unánime de sus pares- con la presidencia subrogante de la Legislatura, un cargo que había ocupado entre 2009 y 2015 y que lo ubica luego del gobernador, Juan Manzur, y del vicegobernador, Osvaldo Jaldo, en el orden de sucesión.

Las diferencias surgieron cuando pusieron en consideración las vicepresidencias primera y segunda, que tras sendas votaciones fueron para el peronista Gerónimo Vargas Aignasse y para la bussista Claudia Orquera, respectivamente.

La cuestión generó el primer cruce entre los nuevos representantes del pueblo. Además, significó para el partido que lidera el republicano Ricardo Bussi la reafirmación del reconocimiento por parte del oficialismo como principal espacio opositor. La semana pasada, FR ya había logrado sentar en la “vice” segunda del Concejo de la Capital a un concejal de su sello, Eduardo Verón Guerra.

Los legisladores electos por “Vamos Tucumán” y sus acoples bramaron desde las butacas por el arribo de Orquera al lugar más codiciado por la oposición. En este espacio propusieron al radical Raúl Albarracín, electo por el Partido de la Justicia Social que conduce Germán Alfaro, para la vicepresidencia segunda. El argumento de la alianza opositora era que su candidata a gobernadora Silvia Elías de Pérez había quedado segunda en las provinciales, detrás de Manzur. Sin embargo, y luego de que Bussi argumentara que para esta votación debían tenerse en cuenta las bancas obtenidas y no lo que hubiera sucedido en otras categorías, los 35 oficialistas le dieron el voto positivo.

La definición del bloque que responde a la dupla Manzur-Jaldo tendrá variadas repercusiones.

La primera es que el frente radical-alfarista recibió un mazazo desde lo institucional (no figura en el orden de sucesión, algo que sí ocurría en la composición anterior con el ahora aliado oficialista Ariel García) y desde lo político (el peronismo le marcó que será la segunda minoría dentro del cuerpo colegiado). De este modo, dirigentes como el intendente Alfaro, la senadora Elías de Pérez y el diputado José Cano encontrarán poco y nada de suelo fértil en la Cámara a la hora de sumar poder, con miras a 2021 y 2023.

Además, el PJ le corrió el blanco a la oposición: en lugar de que las ocho bancas del bussismo y las seis de “Vamos Tucumán” dirigieran sus dardos hacia la Casa de Gobierno en simultáneo, en la sesión inicial predominaron los cruces entre FR y alfaro-radicales.

Por último, los nombres de Amado y de Vargas Aignasse en la mesa evidencian que las decisiones institucionales son tomadas en conjunto por Manzur y Jaldo. El monterizo les garantiza un alineamiento absoluto -el líder de Acción Regional, Juan Antonio Ruiz Olivares, habría pagado el costo de sus ansias de crecer-; y el ex diputado, un pedido expreso del gobernador, recibió el reconocimiento por su colaboración estratégica a la campaña nacional del Frente de Todos. Con el bussismo en la mesa chica, el oficialismo configuró un escenario en el que Vamos Tucumán empieza a perder protagonismo.

Malestar

Hasta último momento, el líder de FR, Ricardo Bussi, mantuvo la duda entre dos dirigentes de su espacio para que integraran la “mesa chica” de la Legislatura. Nadima Pecci (foto) y Sandra Orquera. Por fin, el ex diputado se inclinó por esta última, que es además hermana de su pareja. En FR consideraron que, por perfil y por características, debía ser Orquera. Así, resultó designada en la “vice”. Pecci la apoyó con su voto, pero no ocultó su malestar tras la sesión, ya que era candidata en segundo término de FR y además acompañó en la boleta al propio Bussi en las nacionales del domingo. La abogada considera que la decisión habría sido producto de que ella bregaba en la previa al debate por una mesa que incluyera a Vamos Tucumán -algo que Bussi propuso en la sesión, de hecho-. “No hay normas que garanticen la participación de las minorías”, lanzó Pecci. Esto recién comienza, pero el tiempo dirá si se trató de una tensión pasajera o de un desacuerdo más profundo.

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