De la salud de tu boca puede depender la de todo el cuerpo

De la salud de tu boca puede depender la de todo el cuerpo

Una pieza dentaria infectada puede ser una bomba de tiempo, y una mordida “torcida”, semejar un dolor de oído. Higiene

MUCHO MÁS QUE UNA LINDA SONRISA. Cuidar la salud bucal ayuda a prevenir enfermedades graves. MUCHO MÁS QUE UNA LINDA SONRISA. Cuidar la salud bucal ayuda a prevenir enfermedades graves.

Cuidar tu boca es más que lograr una hermosa sonrisa. Mantener una buena higiene bucal es importante para mucho más que cuidar tus dientes y tus muelas: “si un flemón se abre y no se trata, la infección se disemina muy rápido, y puede llegar al corazón. El riesgo es alto. Te puede matar en pocas horas”, advierte Eleonora Raiden, docente de la cátedra de Oclusión de la Facultad de Odontología de la UNT.

¿Ya estás alerta? Sigamos: antes de ser tan graves, las consecuencias de no cuidar tu boca son diversas e importantes. Muchos de los problemas tienen que ver con los microorganismos que habitan en la boca, pero hay otros de origen mecánico; es decir, dependen de cómo se mueven los maxilares y qué sucede con las piezas dentarias en esos movimientos.

“Hay gente que va de médico en médico por dolor de cuello, o de oído. Y la solución, que se demora, está en la visita al dentista -añade Raiden-. Mordidas desequilibradas, o apretar y rechinar los dientes, no sólo provocan desgastes de las piezas; también dolores musculares y/o de cabeza recurrentes, y daños en la articulación de las mandíbulas. Muchas veces se confunden con dolor de oído, o limitan la posibilidad de abrir la boca normalmente”.

Microorganismos

En el ambiente húmedo y cálido de nuestra boca, con superficies variadas y recovecos, hay unos 100 millones de bacterias, que se “hospedan” armando sobre dientes y encías una especie de alfombrita que se conoce como placa bacteriana. Y además de casa, gracias a lo que comemos, las bacterias de la placa también tienen alimento.

Muchas cumplen funciones positivas, pero otras generan daño. Hay mecanismos de defensa (como las enzimas salivales) contra las que no nos hacen bien, pero deben reforzarse con buena higiene. Porque la primera consecuencia de esas bacterias son las caries (la destrucción de tejidos de los dientes), pero no son las más graves.

Si no eliminamos la placa de bacterias “malas”, también se produce inflamación de encías y con ella, pérdida de hueso alrededor de los dientes (se llama periodontitis), lo que pone dientes y muelas en riesgo de caerse. Y no queremos ser adultos desdentados, ¿verdad?

Más grave aún

Pero además, caries (y también la periodontitis) no tratadas pueden provocar el peligroso flemón, la bolsa de pus que se genera en el interior de la encía junto a un diente o una muela cuya raíz está infectada. Uno de los primeros riesgos consiste en que las bacterias son capaces de llegar hasta el hueso que soporta el diente. Pero eso no es todo

“Un flemón en general causa dolor, y tratado a tiempo se circunscribe y se cura con antibióticos -explica María Pía Recúpero, cirujana odontológica-. Pero si avanza puede ser grave. “

Y las infecciones de larga data pueden no doler y estar encapsuladas agrega Raiden-. Si esa cápsula se rompe, el producto de la infección se disemina y puede poner en riesgo la vida”. Así volvimos al principio. Y aquí va la pregunta del millón: ¿no es mil veces preferible vencer el miedo casi ancestral al dentista y asegurarte de que te boca está sana?

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