Lela Folquer: “sin emoción no hay música ni arte”

Confiesa que las ganas de llorar la invaden cuando bucea en la motivación más íntima de su disco “Parasanar”, un nombre que deja al descubierto su tránsito del pesar a la curación.

Lela Folquer se sobrepone para responderle a LA GACETA sobre el origen de la producción que presentará hoy en formato acústico en Nuevo Mundo Parador, acompañada del tucumano Pablo Narvaja en la percusión. “Sin emoción no hay música, no hay arte. El material son todas canciones mías, la mayoría inspiradas en una relación de pareja; las escribí hace 10 años cuando comenzó nuestra historia, pero estuvieron encajonadas porque no sabía quererlas y él falleció a los pocos días de nacer nuestro hijo. Cuando me tocó grabar la voz de ‘Vida Paralela’, se me hizo un nudo en la garganta y me encontré con todo el dolor que había dejado acomodado en un rincón para poder seguir”, reconoce.

La artista catamarqueña se metió al estudio para producir su primer material sin tener en claro el destino: “tenía que hacerlo sin saber bien qué iba a hacer con el disco, y su título salió en ese proceso de volver a hurgar en el dolor y sacarlo hecho música. Por eso es que significa mucho más que un paso en mi carrera, es animarme a mostrarle a los demás mi música y a revivir todo lo que me llevó a componer cada canción”.

Violinista, cantante y guitarrista, se suma a la corriente de jóvenes artistas mujeres que está ganando terreno en el país. “Tiene que ver con los movimientos feministas y el destape de ojos en general. Me pasó en lo personal que pude ver situaciones de violencia que viví hace mucho y que no tomaba la dimensión que tiene en realidad. Siempre estuvimos ahí haciendo música, pero estábamos acostumbradas a quedarnos en el molde, porque el rock siempre ‘fue de’ los hombres, como muchas otras cosas. Me parece que las mujeres nos despertamos en muchos aspectos”, asevera.

Su trabajo deriva en una mezcla especial entre el rock y las baladas: “me identifico mucho con el rock desde siempre, pero este disco tiene canciones con ritmo de bolero o con algo parecido; lo siento como aquellas reuniones con amigos en la adolescencia, donde hacíamos música amontonados en mi pieza en la casa de mis viejos y era la única forma de tener algo grabado siendo ya más grandes”.