Seis días para encontrar fluidez

LA GACETA en Japón

El partido contra Tonga ya es historia. La niebla acerca de cuál iba a ser la reacción argentina al cachetazo del debut quedó finalmente despejada, y dejó al descubierto una verdad incómoda: más allá de haber ganado por 28-12, Los Pumas todavía no están en condiciones de hacerle frente a la pragmática y físicamente poderosa Inglaterra moldeada por Eddie Jones. Así de simple. De todos modos, que no se malentienda: nadie pone en tela de juicio la capacidad y el corazón del seleccionado argentino para ganarle a cualquiera -le sobran hazañas en el inventario-, pero las inconsistencias que ha mostrado en estos dos primeros partidos son propias de un equipo a medio construir y no de uno en la plenitud con la que debería llegar a un Mundial.

Quién no se imaginó una goleada reconfortante cuando, en menos de media hora, Argentina ya no sólo ganaba, sino que había conseguido el bonus que había ido a buscar al estadio de Hanazono. Porque sí, no alcanzaba sólo con ganar; también era la oportunidad de conseguir un punto extra que permitiera maquillar un poquito mejor ese mal comienzo en Tokio. El problema es que no sobró ni para el vuelto: lo positivo de Los Pumas se redujo a esos 20 minutos del primer tiempo que transcurrieron entre el primer try y el cuarto. El resto puede ser tranquilamente recortado de cualquier resumen y enviado al laboratorio para saber a qué aspectos debe apuntar el tratamiento en estos seis días que quedan hasta el choque contra “La Rosa”, el próximo sábado a las 5 en el estadio Ajinomoto.

A Los Pumas les está costando sostener el ritmo y la concentración. Así como contra Francia se regaló el primer tiempo, frente a los isleños se entregó el segundo en bandeja. Que Argentina no haya sido capaz de marcar un solo punto en los últimos 54 minutos de partido contra un rival duro y agresivo pero bastante más limitado es preocupante de cara al futuro. No por falta de definición, sino de generación misma: creó ocasiones en la primera mitad, pero a partir de la segunda perdió la pelota, y el ingreso de Nicolás Sánchez no pudo tener impacto en el juego. Argentina de pronto se encontró defendiéndose -faceta en la que tampoco se lo vio seguro- de los embates de un rival que no hizo más daño porque no tuvo en ataque la contundencia que mostró, por ejemplo, a la hora de tacklear. Contundencia que, no caben dudas, sí tendrá Inglaterra, que tal vez no viene siendo una pinturita, pero le sobran eficacia, practicidad y capacidad de conducción con Ford y Farrell. Le regalás un contragolpe y la vas a buscar al ingoal.

Además, Jones ya debe haber tomado nota del line-maul del equipo argentino, fórmula con la que marcó varios de sus tries, por lo que Mario Ledesma deberá buscar alguna variante que sorprenda.

De todos modos, él mismo se confiesa sorprendido por la dificultad de sus dirigidos para encontrar su mejor versión. “Si supiera por qué pasa esto, no pasaría”, asegura. El problema se resume en que no sale lo que se supone que a esta altura, después de meses de ensayo, debería salir de memoria. Parece difícil que ese grado de fluidez se alcance en menos de una semana, por lo que la clave para el equipo argentino pasará más por la inteligencia, la actitud y la capacidad de explotar cada oportunidad que le conceda la defensa británica. Porque 20 minutos de gracia pueden ser suficientes contra un rival como Tonga, pero no contra “La Rosa”. Ahí, un lapsus de cinco minutos de desconcentración pueden ser condenatorios.

Por lo pronto, el paso por Osaka dejó también un par de buenas noticias: una es se cortó una racha de 10 derrotas consecutivas (la ultima había sido hace un año contra Australia) y la otra es el gran momento de Julián Montoya, elegido figura del partido de ayer. El hooker respondió al voto de confianza de Ledesma con un partidazo y tres tries, que lo ubican como nuevo tryman del Mundial, con cuatro conquistas, por encima del japonés Kotaro Matsushima, que lleva tres. Con semejante actuación, parece un hecho que Agustín Creevy tampoco llevará la camiseta con el número dos contra Inglaterra.