Por Claudia Nicolini
04 Septiembre 2019
Hoy, en el Día Mundial de la Salud Sexual puede parecer que no hay mucho para celebrar, pues las cifras pegan. La sífilis, enfermedad que se asocia con tiempos pasados, se hace fuerte en todo el mundo, y no somos la excepción: la situación en nuestra provincia es la sexta peor, detrás de Chaco, San Luis, La Rioja, Chubut y Tierra del Fuego, según datos oficiales de la última semana de agosto. Pero hay más bofetones: en Argentina, la tasa de casos reportados entre 2013 y 2018 creció el 330%. Lo reconoció el lunes Adolfo Rubinstein, secretario de Salud de la Nación, durante un debate organizado por la Red Argentina de Periodismo Científico sobre el futuro de la salud. Sumemos más golpes: el 17 de julio se hacía público el informe de Onusida 2019 que mostró aumento de un 2% (después de una década de meseta) de nuevas infecciones con VIH.
¿Las cifras pegaron lo suficiente? Ahora toca -entonces- pensar estrategias para cambiar las cosas, porque la salud es responsabilidad de todos. ¿Qué está pasando? La respuesta es sencilla: hemos dejado de cuidarnos.
La clave: el preservativo
“Durante testeos rápidos de VIH realizados en 2017, sólo el 14,5 % afirmó que utiliza siempre preservativo; el 65 % lo usa a veces y el 20,5 %, nunca. En total respondieron 30.013 personas”, informó Natalia Haag, coordinadora Nacional de Prevención y Testeo de AHF Argentina. Es cierto: los datos están sesgados pues son personas que fueron a testearse, lo que implica tener noción de haber vivido una situación de riesgo. Pero son datos muy valioso: si quienes son conscientes del riesgo no lo usan, ¿qué puede esperarse de aquellos a los que ni se les pasa por la cabeza?
“Desde que quedó claro cómo se trasmite el VIH se hace hincapié en la importancia del preservativo. Pero la disponibilidad de tratamiento (no de cura) y que se haya demostrado que indetectable es igual a intrasmisible ha disminuido el uso de condones”, explicó Haag
“Disponer de otros métodos anticonceptivos bajó el uso de preservativo -añadió la ginecóloga tucumana Cecilia Ousset-. Además, se perdió un poco el miedo (lo que es bueno), pero también el cuidado, y como las ITS pueden tratarse (muchas de ellas con antibióticos), la gente ha bajado la guardia”. “Y es grave: las bacterias se están volviendo resistentes a los antibióticos, y corremos el riesgo de quedar sin tratamiento hasta para las infecciones más comunes”, resaltó.
Chicos, a cuidarse
Si con los adultos la situación se ha complicado, al punto de que crece año a año el número de casos de sífilis transmitida de madre a hijo durante el embarazo), los adolescentes necesitan especial atención (de hecho, hay un pico de casos entre los 15 y los 24). “Los y las adolescentes deberían tener acceso al preservativo en los baños de los bares, en las escuelas, en los centros de salud, en su propia casa, en todos lados...”, resaltó Ousset y añadió: “las cifras muestran que es clave que se implemente la ESI en todas las escuelas. Así los jóvenes van a entender por qué lo único que nos protege de infecciones de transmisión sexual es el preservativo”.
Es urgente la ESI, en parte, porque a esa edad la percepción de riesgo nunca es mucha; y también porque la información de la que los adolescentes disponen no necesariamente ayuda.
“Tienen un sinfín de dudas y de preguntas, pero también información que reciben de sus pares, o bajan de Google. Y, claro, no siempre es la correcta, lo que produce un efecto cascada y un verdadero teléfono descompuesto”, cuenta Lorena Montañez licenciada en Obstetricia del Hospital de Tafí del Valle.
Lo bueno que sí pasa
Montañez y tres colegas (Valeria Passini, Gisel Sánchez y María Benítez) están logrando cambiar la situación en el Valle, donde se han puesto la ESI al hombro. “Brindando información en una situación de feedback logramos saber cuáles son las dudas y les damos información no sólo sobre salud, sino también sobre derechos, para que ellos tengan capacidad de elegir y saber qué quieren, qué pueden y qué necesitan”, cuenta Passini.
Este (y muy especialmente, el feedback) es uno de los muchos motivos que dan razones para celebrar hoy: sigue creciendo el programa que las cuatro llevan adelante desde hace unos años, “Intercambiando conocimientos”, que ganó el Premio FORA 2018 del Congreso Nacional de Obstétricas. El proyecto nació cuando Montañez tomó conciencia del bajo porcentaje de población adolescente que asistía a consultas sobre salud sexual, o a buscar métodos anticonceptivos. En poco tiempo las cuatro lograron ganarse la confianza de los adolescentes del Valle. “Hay veces que esperan semanas hasta encontrar a algunas de nosotras; mientras, las consultas van por Whatsapp”, cuenta Passini y acota: “en general tienen mucha ‘info’ mezclada; para ellos una ITS generalmente está relacionada con marcas, llagas, erupciones, y por el flujo vaginal, todo magnificado... Eso los lleva a consulta, casi siempre cuando el cuadro está avanzado agrega-. A los adolescentes la vergüenza les juega en contra y la cara amiga que brindamos los anima a llegarse al hospital”.
> Ayuda para adolescentes
El trailer y la app tucsalud
La Provincia tiene armado un dispositivo para atender la salud integral de los adolescentes, que incluye, por supuesto, la salud sexual. Uno es el tráiler que recorre la provincia con talleres sobre los temas que preocupan a los chicos (hoy de 9 a 13 estará en la plaza Independencia). El otro es la App, que tiene la pestaña Programa Adolescente, y que los chicos pueden consultar desde el celular. En breve, también reprenderán consultas, informó la referente del programa, Cecilia Fernández Antruejo.
> Las provincias más complicadas
+ 102 % en Chaco
+ 78,7% en San Luis
+ 53,5 % en La Rioja
+ 53,3 % en Chubut
+ 48,2 % en Tierra del Fuego
Lo más popular
