Cruza el océano en velero, hacia la Cumbre del Clima

Cruza el océano en velero, hacia la Cumbre del Clima

Greta Thunberg, de 16 años, empezó su viaje transatlántico para llegar a Nueva York. La activista lleva la campaña contra el calentamiento global a la ONU. Un llamado a los líderes mundiales.

CONCIENCIA. con su viaje, la joven sueca busca crear una corriente de opinión que presione a los dirigentes. Reuters CONCIENCIA. con su viaje, la joven sueca busca crear una corriente de opinión que presione a los dirigentes. Reuters
15 Agosto 2019

PLYMOUTH, Inglaterra.- Bajo un cielo gris típicamente inglés y el viento en la cara, la adolescente de 16 años que ayer estaba parada en un muelle del puerto de Plymouth -el mismo del que partieron colonos británicos a fundar colonias en el “Nuevo Mundo”- podría haber sido una deportista dispuesta a darse a la vela por la costa occidental de Devon. En cambio, la joven ambientalista sueca Greta Thunberg, que de ella se trata, se preparaba para emprender un viaje de seis semanas en velero, a través del Atlántico, para participar de la Asamblea General de Naciones Unidas, que se realizará a fines de septiembre en Nueva York, y de la COP25 en diciembre en Chile.

Greta, fundadora del movimiento “Fridays for Future”, que involucra a miles de jóvenes y adolescentes en ciudades de Europa, zarpó desde Plymouth, al sur de Inglaterra, en la embarcación a vela y con cero emisiones de carbono Malizia II. Se negó a viajar en avión por la gran cantidad de CO2 que genera ese medio de transporte.

El piloto del velero es un miembro de la familia real de Mónaco. Fue el propio hijo de la princesa Carolina Grimaldi, Pierre Casiraghi, le ofreciera de forma gratuita la embarcación para poder recorrer las más de 3.000 millas náuticas y traer su mensaje a América.

Antes de zarpar, Thunberg manifestó que hace el viaje para crear conciencia de que “la ventana para mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 1,5 o 2 grados C se está cerrando muy rápido”.

El Malizia II, de 18 metros de eslora, está equipado con paneles solares y turbinas submarinas para generar electricidad a bordo, y medirá los niveles de CO2 en el océano a lo largo del camino. Las condiciones son espartanas, ya que no hay duchas ni baños, y las comidas consistirán en alimentos liofilizados.

Está concebido para la competición y puede alcanzar una velocidad de 70 kilómetros por hora, pero el capitán prevé navegar más despacio.

Boris Herrmann, navegante alemán a cargo de la regata, señaló que “este viaje simboliza dos cosas: que no es fácil reemplazar los combustibles fósiles y que superar este desafío puede ser una gran aventura. También ofrece la oportunidad de acercarnos a la naturaleza, entre nosotros y a nosotros mismos. Esta travesía de 3.500 millas náuticas del Atlántico Norte será difícil, pero no tengo dudas de que Greta, con su notable coraje, abrazará este viaje”.

Sobre la campaña, dijo: “No puedo convencer a todos. En lugar de hablarme a mí, y a los niños y adolescentes que hacen huelga en los colegios, deberían estar hablando con científicos y expertos en este área”, afirmó, en un mensaje dirigido a los líderes mundiales. (Reuters)

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