FESTEJO. El doctor Albino, el intendente Campero y las madres de Conin. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ.-
El doctor Abel Albino, fundador y presidente de la Fundación Conin, que desde hace 25 años combate la desnutrición infantil en el país, visita la provincia cumpliendo lo que él llama un imperativo moral. “Tucumán es muy importante para mí, de aquí egresé como médico”, destaca en una breve charla con LA GACETA, en la sede de capital de la Fundación.
Allí, ayer por la tarde, Albino se reunió con el intendente de Yerba Buena, Mariano Campero, y ambos renovaron el convenio que tenían por el cual la Fundación se hace asiste a niños de la ciudad vecina y la Municipalidad retribuye con recursos.
Luego, el doctor Albino se trasladó a Concepción para dictar una conferencia, denominada “Invertir en inteligencia”, en la sede de Conin que se abrió hace unos meses en la ciudad del sur.
Asimismo, anunció que había recorrido las obras del próximo centro Conin que se habilitará en San José, Yerba Buena.
Consultado sobre los datos de la desnutrición infantil en el país, Albino descartó dar cifras. Dijo, en cambio: “lo que ha aumentado en la Argentina es la convicción, el concepto, de que la desnutrición infantil es un mal que hay que combatir, y hay que hacerlo en los primeros años de vida”.
Sí admitió que la desnutrición está ligada a la pobreza y subrayó que cuando los ingresos son bajos se come mal, porque se gasta mucho en comprar productos ricos en hidratos de carbono y eso produce, por un lado desnutrición, y por otro lo que se conoce como malnutrición, es decir obesidad infantil.
“Cuando se consumen muchos hidratos de carbono se cancela el programa de defensas y el programa de bomba de sodio, de manera que el niño se deshidrata con mayor flexibilidad. Y cuando vuelve a una dieta medianamente normal, como ya ha dejado de crecer (el niño), se ensancha”, explicó.
El programa en Tucumán
En el Centro Conin de Tucumán (pasaje Caseros 1.050) se atiende a 185 niños y a 18 mamás embarazadas, informó la directora de la institución, Carolina Smidt.
Los niños concurren con sus madres una vez por semana. El centro abre dos días por la mañana y dos días por la tarde (el miércoles no van los chicos) y cada vez que van hacen un aporte simbólico de 20 pesos. Las traslada (ida y vuelta) en forma gratuita un ómnibus. En el centro, además de darles una colación, los niños van al jardín de infantes y las mamás reciben charlas de distintos profesionales (pediatra, nutricionista y otros) y luego reciben talleres de cocina, de manualidades y otras actividades.







