Tragedias viales, a causa de animales sueltos en las rutas

Tragedias viales, a causa de animales sueltos en las rutas

18 Julio 2019

En estas últimas semanas, las rutas tucumanas han cobrado un desdichado protagonismo, como consecuencia de episodios viales que dejaron como saldo víctimas mortales. En la noche del martes, alrededor de las 22.30, en el kilómetro 1.344 de la ruta nacional N° 9, a la altura de Choromoro (departamento de Trancas), dos personas murieron cuando un ómnibus de la empresa de San Pedro Colalao embistió a un caballo y a causa del impacto, se habría atravesado en el camino. Una camioneta, en la que viajaban cuatro personas, lo chocó de frente; también participó de la trágica colisión otro vehículo. Más de una decena de pasajeros fueron atendidos por personal del Siprosa.

Desde hace mucho tiempo, caballos y vacas circulan mucha frecuencia a cualquier hora del día por las rutas 341, 307, 9, 38 y 306. En la mañana del 6 de mayo pasado, una camioneta de la Policía chocó con un potrillo que andaba suelto por la nueva traza de la ruta nacional 38, a la altura de la localidad de Río Chico. No hubo víctimas humanas, pero el animal murió. El 20 de octubre pasado, alrededor de las 21, a la altura de Los Guayacanes, una señora que regresaba de Raco a Tucumán por la ruta 341, se topó con tres caballos y atropelló a uno de ellos. Como consecuencia del choque, el equino se elevó y cayó sobre el techo del automóvil; afortunadamente, la conductora salió ilesa. En esa misma noche y lugar, un hombre que circulaba con su esposa, esquivó dos caballos, pero se estrellaron contra el tercero; la camioneta dio tres tumbos y quedó tirada a la vera de la ruta.

“A diario ponemos en riesgo nuestras vidas... los animales -vacas, caballos y cerdos- sueltos son uno de los obstáculos que se debe sortear; otro son los cráteres que se hacen y no son tapados por los que debieran encargarse de mantener la ruta en condiciones”, escribió un lector sobre tramo de la ruta 307, entre Las Mesadas y Tafí del Valle, en nuestra sección Cartas de agosto pasado.

En 2017, en nuestro programa televisivo Panorama Tucumano, jefes policiales admitieron que en promedio encontraban unos 10 animales a la semana circulando por espacios viales y que llegaban a secuestrar vacunos, caprinos, bovinos y porcinos. Manifestaron que en Tafí del Valle, Trancas y San Pedro de Colalao se advertía una situación similar que en la 307.

La ley 3.487 faculta a la Policía a levantar animales sueltos y efectuar los controles. De acuerdo con un informe de Vialidad Nacional, en un año se llegó a registrar más de un accidente por día por esa causa solo en las rutas nacionales. Haya o no víctimas mortales, tras un siniestro de esta naturaleza, los propietarios de los animales nunca aparecen; al parecer, tampoco se investiga. ¿Quién se hace cargo entonces de la irresponsabilidad, de los daños y de las víctimas? El Estado podría llevar un registro de propiedad de animales o identificar a sus dueños de alguna manera. No debería resultar difícil para la autoridad ubicar las zonas donde habitualmente circulan animales por las rutas y patrullar en forma constante. Se deberían instalar señalizaciones bien visibles que adviertan sobre los peligros, de ese modo, el conductor podría tomar las precauciones del caso. Las municipalidades y comunas deberían involucrarse de un modo activo en este asunto. Este es un problema crónico que aflora a la superficie cuando ocurre una desgracia. Es hora de que las autoridades le den una solución definitiva para evitar más muertes.

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