Luis Dorieux: se fue un músico querido, referente de lucha y pasión

Luis Dorieux: se fue un músico querido, referente de lucha y pasión

La comunidad artística despidió con dolor, elogios y canciones al gran baterista. Inventó una manera distinta de tocar parches y platillos.

UNA VIDA ENTRE BAQUETAS. El baterista Luis Adolfo Dorieux formó parte de muchas de las bandas de rock y blues más importantes de la provincia. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA.- UNA VIDA ENTRE BAQUETAS. El baterista Luis Adolfo Dorieux formó parte de muchas de las bandas de rock y blues más importantes de la provincia. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA.-
05 Junio 2019

Todos coinciden en la generosidad, la humildad y el “gran corazón” de Luis Adolfo Dorieux. Los testimonios y el dolor por su pérdida se multiplicaron en las redes sociales, además de recordar su ejemplo de que, a pesar de haberse quedado sin piernas, siguió tocando la batería.

El Gordo volvió a golpear los parches y los platillos hace poco cuando en Amaicha del Valle, cuando Los Peces Gordos celebraron sus 25 años como banda, y los 20 de su disco “Corazón de blues”. Ayer, durante su velatorio tenía puesto la remera de ese grupo emblemático de Tucumán, con los palos de su batería entre sus manos. Con gran emotividad, algunos músicos cargaron sus guitarras acústicas y le dedicaron algunos temas. La comunidad artística quedó conmovida ante la noticia y no hubo músico, productor ni artista que no expresara su pena; un lamento que atravesó estilos y géneros.

Su historia como músico comenzó en los 70, como parte de La Piedra y participó de la movida artística en La Papelera, en la década del 80, en avenida Mate de Luna al 1.900. En 1993 se juntaron con la idea de tocar covers con Pablo Pacifico, Chechi Bassano, Ricardo Iguana Abregú, Cachi Pajón y Dorieux. En 1996 afianzaron su formación ya como Los Peces Gordos y comenzaron a componer temas propios para comenzar un largo camino que los llevó a recorrer la Argentina, y compartir escenario con grandes bandas del género, como Memphis la Blusera. En 1998 grabaron y editaron su primer trabajo discográfico, al que honraron en los valles, el cual se agotó en pocas semanas en las disquerías tucumanas.

Fue el batero de La Pesada Del Gordo Dorieux y Sargento Cruel, y tuvo participación en otras agrupaciones y con otros artistas de diferentes estilos, como Víctor Díaz y su conjunto Dilema, Expectro, Fuzz, Semáforo Rojo, Black Jack, Darío Galván, Manolo Galván, Chiquita Saldi, Cristian Rey (4 Soles), Juan Ramón, Marcelo Dupré, Abraxas, Regata, Los Bang, Flux, Hugo Lamarca, Hugo Marcantonio, Red, Médano y Club Swing, según evoca la página Tucumán Rock.

Su trayectoria lo hizo merecedor de la distinción de “Ciudadano ilustre” de San Miguel de Tucumán, que le otorgó el municipio. En el diploma se destaca “su ejemplo de lucha, fuerza y coraje, manteniendo viva la pasión por la música”.

Planes truncos

La diabetes complicó rápidamente su salud en los últimos días. Hace menos de una semana estaba reunido con su compañeros de banda preparando una presentación para el Julio Cultural. “Lo conocí hace 30 años, siendo su público y admirador, y después la vida nos juntó. Cuando alguien lo visitaba, siempre le regalaba algo. Era un grande de verdad -contó Pacífico-. “Es necesario que se reconozcan a artistas como él. La enfermedad no lo doblegó. Cuando le amputaron las piernas inventó una manera de tocar: fue como empezar a caminar al revés, en vez de pisar, a patear. En Estados Unidos sorprendió a todo el mundo. Fue un maestro de bateristas y amigo de los músicos”.

“Sabía que ya estaba en una situación crítica, pero se preocupaba más por la banda, por quién lo podría reemplazar en el show de julio. Cuando tocó en Amaicha del Valle se bancó una hora y media sobre el escenario, todo el show”, recuerda Pajón. “Hay millones de anécdotas para contar. Éramos una familia, realmente. Y cuando llegabas a su casa, era nuestra casa. Tocamos con gente muy importante, y fueron giras y giras durante muchos años. Nos divertíamos. Y todo el mundo lo quería mucho al ‘Gordito’ -agrega el bajista-. Compartíamos la gran pasión por la banda Toto y nos gustaba mucho el rock nacional de aquella época”.

La admiración y el cariño también llegó a las generaciones más jóvenes. Su colega Sebastián Uro escribió en su muro: “compartimos escenarios, tocaste con mi bata y la afinaste, horas charlando de todo y de ver Dvd’s en tu sala. Cuando falleció mi viejo tus palabras de aliento y tus consejos me ayudaron para seguir adelante con mi dolor. Nunca me voy a olvidar de eso, hermano querido”.

La tristeza atravesó el rock hacia otras manifestaciones. El teatrista Raúl Bigote Aguirre escribió en Facebook: “Adiós amigo querido que tengas una buena gira. Admirable persona. El universo ya lo contiene”; y el actor Luis Esteban Balderrama lo recordó de la época de La Papelera, cuando “pegamos muy buena onda, porque el gordito siempre nos sacaba de apuro”. La tanguera Nadia González subió a la red un video en el que Dorieux interpreta temas de Astor Piazzolla, los folcloristas de Taa Huayras lo despidieron; sus fans aportaron fotos poco conocidas de otros momentos y sus alumnos destacaron su capacidad docente y su voz orientadora. Gustavo Parrado lo había definido, pocas horas antes de su deceso, como “músico como pocos, maestro de maestros”, mientras que Carina Erica Fraszczak puso una de sus imágenes como foto principal de su sitio.

En 2013, Dorieux dejó en las redes sociales un mensaje crítico a la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien había dicho que la diabetes es una enfermedad de ricos. “Me hace llorar de impotencia, por no tener la altura para que esta señora sepa disculparse con las miles de personas que tenemos distintas discapacidades a causa de la diabetes. En mi vida fui sedentario. Me gustaría que venga personalmente a controlar lo que llevo en los bolsillos”, escribió en una carta abierta en Facebook.

> En primera persona
Un ejemplo de superación

“Tengo 45 años como baterista de rock. Nunca dejé Tucumán y llevo 30 años ya jubilado de mi profesión como experto en comunicaciones y jefe del laboratorio técnico de la Policía, dos pasiones muy ajenas e imposibles de llevar como el agua y el aceite”, contó Luis Dorieux en una entrevista que publicó la revista española MassBatería, en 2013. “Estando en mi función policial adquirí diabetes tipo 2 y en una época, cuando más trabajaba con mi banda y con tres a seis shows por semana, me empezaron cortar parte de mis pies. Con mis dedos necrosados, a veces echándoles alcohol para poder llegar y tocar, fue mi vida del 2003 al 2007. Decidí amputarme mi primera pierna y luego de ocho operaciones, exigí mi segunda amputación”, relató. En vez de considerar un impedimento su falta de piernas, inventó una nueva forma de tocar. “Usos bombos de sonidos muy acústicos y mi forma de tocar es como una patada con mi muñón, al que me adhiero una codera de motocross y a la que le adosé una maza de bombo con la que golpeo de frente al pad. Y para mi hi hat, simplemente uso una base de extensión con un émbolo como amortiguador sobre un base estándar”, explicó a la revista española. “Aprendí que no hay nada más importante que vivir y que para las adversidades no hay nada mejor que la familia, los amigos y las pasiones. Al Drum Camp Las vegas 2010 fui invitado a participar como representante de mi país en un evento donde Dios tuvo mucho que ver, donde estuvo en mi todo el tiempo fortaleciéndome”, relató sobre su experiencia en EEUU.

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