“ROCKETMAN”. Taron Egerton se mete en la piel de Elton John.
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ROCKETMAN | BIOGRÁFICA/MUSICAL - PM16 - 121’
Muy buena
Origen: EEUU/Gran Bretaña, 2019. Dirección: Dexter Fletcher. Con: Taron Egerton, Jamie Bell, Richard Madden, Bryce Dallas Howard, Gemma Jones, Kit Connor, Charlie Rowe. Guión: Lee Hall. Fotografía: George Richmond. Música: Matthew Margeson.
Enfundado en su icónico y diabólico catsuit, Elton John se desploma en la silla y enumera su extensa colección de adicciones. Con esa confesión comienza “Rocketman” y desde el vamos la película planta bandera. No veremos la idealización de una estrella de rock, al estilo de “Bohemian Rhapsody” y su pretensión de elevar a Freddy Mercury a los altares. “Rocketman” explora terrenos oscuros en su genuina pretensión de desnudar al hombre detrás del fenómeno. Es un Elton John sufriente, arrogante y vulnerable, un ídolo entregado al hedonismo, con el que intenta mitigar tanto dolor. No es un abordaje amable el elegido por Dexter Fletcher para contar la vida de John, pero no cabía otra, porque una aproximación festiva a su figura habría pecado de mentirosa.
La tensión dramática de “Rocketman” hace equilibrio con su condición de musical clásico, más propio de las coreografías de Busby Berkeley que de la estética del video clip. Las canciones de Elton John, bellas y perfectas como suenan desde hace medio siglo, asoman en los momentos justos. A la selección de temas siempre se le encontrarán agujeros, a fin de cuentas es uno de los compositores más prolíficos y exitosos de la historia de la música popular. Pero nadie puede sentirse insatisfecho con tan extraordinaria banda de sonido.
“Rocketman” se concentra en los inicios del fenómeno y en los turbulentos 70, cuando John rompió todos los moldes y revolucionó a un rock que ya daba señales de volverse solemne y autoindulgente. A ese recorrido le pone el pecho Taron Egerton, en el mejor trabajo de su carrera. Su aporte desde el físico y desde la voz -es un gran cantante- luce inmejorable. La puesta en escena -el vestuario, los escenarios- lo acompañan. A su alrededor giran Jamie Bell (en la piel del letrista Bernie Taupin, su hermano del alma), Richard Madden (el manager John Reid, con el que Elton mantuvo una huracanada relación) y Bryce Dallas Howard (en el papel de una madre a la que no le faltan reproches).
A “Rocketman” le faltó subir un peldaño para alcanzar la categoría de excelente. Será por los clichés con los que Fletcher resolvió el conflicto interno de John, en un contrapunto imaginario con los fantasmas del pasado que ya se vio demasiadas veces. O será por las pastillas edulcoradas del final, con las que el propio Elton -en el rol de productor- vende lo bien que le van las cosas hoy. No hacía falta.
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