Amores como este quedan ya muy pocos

Amores como este quedan ya muy pocos

Rodríguez firmó su nuevo contrato y se mostró feliz; “este club es todo para mí”, dijo.

SU CARA LO DICE TODO. Rodríguez sonríe y luce con orgullo la camiseta de San Martín. El delantero está a 39 juegos de llegar a las dos centenas de partidos en el “Santo”.  la gaceta / fotos de franco vera SU CARA LO DICE TODO. Rodríguez sonríe y luce con orgullo la camiseta de San Martín. El delantero está a 39 juegos de llegar a las dos centenas de partidos en el “Santo”. la gaceta / fotos de franco vera

Aquella noche gélida del domingo 17 de marzo, en la que San Martín perdió 4 a 1 con Boca y sentenció su regreso a la Primera B Nacional, él sufrió como pocos. Corrió a pura impotencia durante los últimos minutos de ese juego, y cuando el juez pitó el final, explotó en llanto. Un llanto que no se cortó cuando ingresó al vestuario, ni tampoco cuando, horas más tardes, dejó el estadio. “El descenso me dolió muchísimo. Cuando ascendimos habíamos hecho un enorme esfuerzo, y en ese momento sentí que todo eso no había servido de nada”, dice Gonzalo Rodríguez, en un mano a mano exclusivo con LG Deportiva, luego de firmar la renovación de su contrato con el club que lo cobija desde 2009 y que él ama con locura.

Su cara marca un contraste abismal con la que mostraba cuando la suerte “santa” pendía de un hilo o la que tenía cuando el descenso ya era una realidad. Hoy está feliz y lo grita a los cuatro vientos. Por eso salió de la oficina de gerencia del estadio de La Ciudadela con una sonrisa amplia, y por eso saludó efusivamente a los que se cruzó en su camino mientras recorría los metros que lo separaban de su auto. “Hoy me siento feliz; gracias a Dios voy a poder seguir vistiendo esta camiseta que amo tanto”, asegura antes de explicar que su tristeza post descenso tenía un ingrediente extra. “En un momento pensé que no iba a pisar más el césped de La Ciudadela y, obviamente, se me vinieron miles de recuerdos a la cabeza. Pensé que no iban a querer renovarme porque no había tenido un buen torneo. Pero por suerte eso no pasó y ahora estoy feliz nuevamente porque la verdad, no me imaginaba con otra camiseta”, agrega.

Gonzalo no reniega de su relación amor-odio con los hinchas. Su entrega, su garra, el no rendirse nunca y esos goles importantes que valieron ascensos lo llevaron a estar entre los máximos ídolos que hoy tienen los fieles “santos”. Pero así también, como cualquier mortal, tiene muchos detractores. Eso sí, “Turbo” no guarda rencor. “El hincha es lo que lo hace grande a San Martín, desde siempre. Obviamente hay algunos a los que no les gusta como juego o algo en particular. Pero yo les agradezco a todos; a los que me alientan y a los que me critican. Ellos son lo mejor que tiene este club”, dice antes de repetir por enésima vez la palabra “feliz”. “Que los dirigentes me hayan llamado y me hayan hecho un nuevo contrato me llena de felicidad. Me hicieron sentir importante y les agradezco que nuevamente hayan confiado en mi trabajo y en mi entrega”, agrega.

Al igual que el año pasado, fue el primer futbolista en renovar el nuevo vínculo y eso no es algo casual. Según él no hay mucho que pensar cuando de firmar para ser jugador “santo” se trata. “Este club es todo para mí, quizás es por eso que no me veo jugando en otro lado. Siempre firmo rápido porque mi corazón está acá y en mi mente sólo aparece San Martín”, afirma el delantero que defendió esa camiseta en 161 partidos y que convirtió 23 goles.

“Turbo” jugará su décima temporada en el club, algo que no muchos jugadores pudieron lograr, sobre todo en las últimas décadas. Eso también es un motivo de orgullo para él, pero lo más importante según su mirada es poder tener una revancha luego de lo que sucedió en la última Superliga. “El desafío es volver a llevar a este club a lo más alto. Sé que el que se viene será un torneo durísimo, pero una de las cosas que pesaron mucho para que me quede es buscar la revancha y volver con San Martín a Primera”, cierra Rodríguez, el emblema que no se ve jugando en otro club y el que festeja casi como esos goles que valieron dos ascensos el volver a ponerse la camiseta que tanto ama.

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