Mario Jorge Alvarez, un goleador de aquellos

Mario Jorge Alvarez, un goleador de aquellos

Pronto a cumplir 50 años, el “Cota” tendrá su partido despedida en su Choele Choel natal.

- El “Cota” posa con su esposa Joanna y su hijo Gino. LA GACETA / ARCHIVO.- - El “Cota” posa con su esposa Joanna y su hijo Gino. LA GACETA / ARCHIVO.-

A lo largo de su historia, Atlético tuvo grandes goleadores que quedaron en el corazón de los hinchas. Uno de ellos fue Mario Jorge Álvarez quien a pesar de haber jugado sólo la temporada 1997/98, hizo suficiente como para ganarse un lugar en la historia grande de la entidad de Barrio Norte.

Los memoriosos recuerdan que el “Cota” llegó al club por iniciativa de Salvador Ragusa, que en ese entonces era el técnico del plantel profesional. A pesar de que había tenido buenos rendimientos en Olimpo de Bahía Blanca, su llegada al club se concretó en medio de una indiferencia generalizada.

Sin embargo, durante los amistosos de pretemporada que el plantel “decano” realizó en Lozano (Jujuy), el oriundo de Choele Choel (Río Negro), empezó a mostrar la capacidad goleadora que lo volvió temible para las defensas adversarias.

A poco de cumplir 50 años (nació el 11 de junio de 1969), los amigos que le dio la vida y sobre todo el fútbol le organizaron un partido despedida, que se concretará el 15 de junio. El estadio de Sportsman Club, donde se inició futbolísticamente, será escenario de un acontecimiento que contará con la presencia de ex compañeros, entre ellos Alfredo Beltrán, Carlos Ariel Ibáñez y Daniel Márquez, quienes integraron el plantel de Atlético en su primer ciclo por 25 de Mayo y Chile.

Para que realizara un repaso de su carrera futbolística, LG Deportiva se comunicó con el ex delantero, quien actualmente vive en Choele Choel, donde trabaja en la Dirección de Deportes de la Municipalidad.

A pesar de su larga trayectoria de 25 años, “Cota” reconoce que el paso por Atlético fue lo mejor que le pasó en la vida. “La primera temporada que jugué allí me será inolvidable por todo lo que viví, tanto en lo deportivo como en lo afectivo. El rendimiento que tuve en Atlético me permitió irme a jugar a Pumas de México, algo que era impensado cuando arribé al club. Pero lo que también me marcó para siempre fue el cariño de la gente. Pude comprobar que sigue intacto hace pocos años, cuando viajé a Tucumán para visitar a los amigos que dejé allí y que me ayudaron mucho en los primeros tiempos en el club, especialmente Néstor Usandivaras, un hermano de la vida”, comentó.

A la hora de elegir un momento de festejo en el club, Álvarez recuerda aquel partido de la temporada 1997/98 que jugaron con Douglas Haig de Pergamino. “Ibamos igualando 0-0, cuando a los 44 minutos del segundo tiempo metí un gol. Pero la alegría nos duró poco, porque un minuto después nos empataron. Cuando parecía que ellos se llevarían un punto a Pergamino, a los 48’ puse el 2-1 por medio de un penal”, relató.

Entre las mayores tristezas que tuvo en el club, “Cota” recuerda los pesares que pasó en lo económico en ese tiempo. “Lo que pasó fue que en el club no había plata y a la mayoría de los jugadores nos llegaron a deber hasta seis meses de sueldo. Fueron terribles esos momentos que pasó el plantel. Era tan angustiante lo vivido que no nos quedó otra cosa que ayudarnos entre nosotros para darles de comer a nuestras familias. Para abaratar costos, durante un buen tiempo estuve viviendo con mi familia junto a la de Ibáñez”, contó.

Entre las cosas complicadas que le tocó afrontar en la vida, “Cota” pone en primer lugar el difícil momento de salud que vivió en 2016. “Viendo un partido en mi ciudad natal, de pronto me desmayé y perdí el conocimiento. Cuando reaccioné en el sanatorio, me informaron que había sufrido un aneurisma cerebral. La rápida intervención de los médicos me salvó la vida”, dijo.

Entre las asignaturas pendientes que tuvo en su paso por Atlético, le quedó el sabor amargo de no haber podido jugar en Primera División. “Es que me hubiera gustado que eso se concretara para felicidad de toda esa hinchada, que en las buenas y las malas, siempre me dio su respaldo”, dijo.

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