“Poner la sexualidad femenina en palabras es más sano para todos”

“Poner la sexualidad femenina en palabras es más sano para todos”

La dramaturga y guionista santacruceña Érika Halvorsen presentó en Tucumán su última novela: “What’s Up mamis”. Cuenta que el deseo y el goce de las mujeres todavía son temas tabú en la TV

EL PODER FEMENINO. Érika Halvorsen cuenta que en su última novela le interesaba hablar de la amistad entre mujeres y del rescate del amor propio. LG PLAY.- EL PODER FEMENINO. Érika Halvorsen cuenta que en su última novela le interesaba hablar de la amistad entre mujeres y del rescate del amor propio. LG PLAY.-

Es metódica. Calcula que por día escribe sin parar unas 10 horas. Ya sea para una novela, como para una tira de televisión. De hecho eso es lo que hizo en el hotel donde se alojaba en Tucumán: teclear para la próxima serie que estrenará Telefé en las próximas semanas. También reniega, porque los medios no están preparados para -o no quieren- mostrar en sus pantallas el goce femenino. “Hay cosas de las que puedo escribir libremente en mis libros, pero que no puedo llevarlas a la TV. Por ejemplo, les parece más natural mostrar una violación de una mujer que verla tener un orgasmo. Y eso es censura”, se queja Érika Halvorsen, que hace unos días presentó en Tucumán su tercera novela “What’s Up mamis”. En esas páginas la dramaturga, guionista de cine y televisión y directora, pudo poner de todo: pasión, sexo, placer femenino y amistad.

- ¿Qué quisiste contar en tu nueva novela?

- Me interesaba hablar un poco de la amistad entre mujeres y esos vínculos que no tienen que ver con las amigas de toda la vida, sino esas que se forman en un contexto azaroso; son mamis que coinciden en un grupo de WhastApp porque sus hijos son compañeros del colegio. En un grupo disidente, se empieza a generar esa red de ayuda. Me interesaba mostrar lo que significa la red cuando las mujeres nos juntamos. Lo importante que es estar comunicadas con otras mujeres. El poder femenino tiene que ver con eso. Y el viaje que emprenden termina siendo un gran encuentro para cada una. Hablo del rescate del amor propio, que muchas veces viene de la mano de otra mujer que te dice que tenés que salir de ahí, que merecés ser feliz, que merecés el goce y la libertad.

- Tiene mucho contexto actual: hablás de redes, violencia de género, aborto...

- Escribo novelas y guiones para televisión. Pero los libros quedan. Hacen un recorte de la época. En 100 años quizás seamos más libres y nuestras bisnietas tengan más derechos. Y también quizás con este libro entiendan un poco más en qué estábamos las mujeres de esta época.

- Tenés dos novelas que fueron llevadas al cine (“El hilo rojo” y “Desearás”) ¿Cuál es el camino para ello?

- Soy guionista y mi llegada a la narrativa es bastante accidental. A “El hilo rojo” lo escribí primero como película, pero quedó parado ese proyecto. Esas idas y vueltas en el cine pasa mucho. Por eso lo transformé en libro, para que no quedara ahí, frenado. Después hice una película, pero era una adaptación. No era mi libro original. A partir de ahí encontré un espacio de libertad y otra manera de conectarme con los espectadores. Pero siempre escribo primero en estructura de guión, que tiene velocidad y tensión. Después lo transcribo desde el punto de vista de un personaje. Siempre hablo desde ahí.

- ¿Qué tienen de vos los personajes?

- Tienen mucho. Una pasa por diferentes momentos en la vida y con cada una puedo identificarme en un momento. O identifico a parejas. Todas las mujeres tuvimos una pareja violenta lamentablemente, situaciones que no son excepcionales. Me gustó armar ese abanico. Todas tienen un poco mío, de mis amigas o de mujeres que admiro. Todas tenemos esa amiga que te agarra de la mano y te abre una puerta: ese es el personaje de la española, por ejemplo. Era un desafío que las mujeres se identifiquen con este universo de madres.

- ¿Ya te ofrecieron adaptarla a una película?

- Sí. Ya está emparentada a un proyecto de una película. Estamos en un año difícil para todo y el cine está pasando por su peor momento. Ojalá llegue al cine y le dé trabajo a mucha gente. Quizás en la próxima se esté filmando.

Érika se inició como guionista en televisión con “Amanda O”, una serie multiplataforma protagonizada por Natalia Oreiro. Por ese trabajo recibió el premio a mejor autor en el Seoul Drama Awards de 2009. Después llegaron varias producciones, como “Herederos de una venganza”, hasta que escribió para Telefe “Amar después de amar” (ADDA). Hoy está trabajando en el guión de una nueva serie que se estrenará también en Telefe y que tendrá como protagonistas a Inés Estevez, Natalie Pérez, Julieta Díaz y Mariana Genesio Peña.

- Qué pasa con el goce de la mujer? Sigue siendo un tema tabú en los medios...

- Cuesta mucho ponerlo en la televisión, que es la gran policía de la moral. Allí molesta tanto una heroína sexual y no una heroína violada. Si ustedes hacen un ejercicio mental ¿cuántas veces vieron escenas de violación o de mujeres prostituidas y cuántas vieron de mujeres deseando o teniendo sexo con alguien aunque no esté enamorada? Pero no, la heroína se tiene que enamorar en el capítulo uno, la primera mirada del amor y de ahí hasta que tenga relaciones con el galán pueden pasar muchos capítulos.

- ¿Es una característica de las producciones argentinas?

- Es así el género del melodrama. Pero también la cultura del patriarcado. No importa el goce femenino. Yo digo: Romeo y Julieta era la historia de una gran calentura. Entonces, hay tanto para revisar del amor romántico... Y mientras más barreras encuentro en la televisión, que es una pelea ardua, más tengo ganas de escribir este tipo de novelas.

- ¿Qué otras cosas del mundo femenino están prohibidas?

- Les doy un ejemplo claro. Me interesa hablar de masturbación femenina, que es algo que siempre se nos negó. De hecho los varones hasta hacen rituales colectivos en la adolescencia. Nosotras no lo podemos ni contar, nos da vergüenza, nos da culpa nuestro propio cuerpo. Incluso en soledad y en intimidad nos da pudor nuestro propio cuerpo. Cómo vamos a luchar batallas si ni siquiera nuestro propio territorio, nuestro cuerpo, podemos conocer en profundidad. Empecemos por lo más cercano, que es nuestro cuerpo. En tevé no me dejaron decir “clítoris”. “Es muy fuerte para las 10 de la noche”, me dijeron. Encuentro tanta resistencia... Por suerte las editoriales no te censuran, porque en un libro la relación es íntima con el lector.

- ¿Qué cambiaríamos si se hablara más de eso que nos censuran?

- Si fuese más natural hablar del despertar sexual, de nuestro propio cuerpo, del autoconocimiento, de cómo gozamos, tendríamos no sólo mejor intimidad, sino también en las familias podrían hablar más y hasta sacar del clóset los abusos. Poner un poco la sexualidad femenina en palabras es más sano para todos. En los libros lo puedo hacer, en la tele es una pelea diaria.

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