Para Juana Molina “la música y las artes están mucho más allá del género”

Para Juana Molina “la música y las artes están mucho más allá del género”

La artista cantará por primera vez en esta provincia. Presentará su último trabajo, “Halo”

LEJOS DE LOS GÉNEROS. Las composiciones de Molina son experimentales, con nexos con la música tribal. LEJOS DE LOS GÉNEROS. Las composiciones de Molina son experimentales, con nexos con la música tribal.

ACTÚA EL JUEVES

• A las 22, en el Teatro Alberdi, en Jujuy 92.

Artista de culto, experimental, actriz y cantante. Su mundo creativo fue reconocido antes en el exterior que en el país, al punto que es la primera vez que se presentará en Tucumán, el jueves en el teatro Alberdi. “Nunca me invitaron antes, no tuve oportunidad de venir, parece que no les interesaba lo que hacía”, le cuenta Juana Molina a LA GACETA.

Sus composiciones pasean entre acordes disonantes y desafinaciones; y se corre bastante de lo correcto, de lo aceptado. Su voz se escucha como otro instrumento, y eso no debe asombrar, porque ella reconoce que en su creación las letras vienen después.

“Halo” se llama su séptimo y último disco (2017). Loops y efectos vocales e instrumentales reafirman la apuesta de la cantautora por la repetición. “Salió oscuro por naturaleza. ¿Un género? No, no me clasifico, no tengo por qué ni para qué tomarme ese trabajo -responde-. No me gusta definirme. Es difícil catalogar; luego de 20 años de hacer música no me han podido catalogar. Por ahí hablaron del folk por mis temas acústicos... No tengo nada que ver lo conceptual”.

No pocos críticos especializados la caracterizaron folktrónica, como también indietronic o ambient. Con el ex-líder de Talking Heads, David Byrne, realizó 30 recitales en Europa. Pero el golpe de gracia llegó cuando, el 26 de septiembre de 2004, The New York Times dijo que su disco “Tres cosas” era uno de los mejores 10 álbumes pop del año, entre “How to dismantle an atomic bomb”, de U2, y “Medulla”, de Björk. Entonces sí, Molina llegó a la primera plana de los diarios de la Argentina. Luego participó como invitada en el show de Depeche Mode.

La música en primera persona; las letras, no siempre. En uno de sus temas, lo pone claro: “un día voy a ser todo distinto... a cantar las canciones sin letras que cada uno podrá imaginar”.

- Venís de actuar en el Lollapalooza, pero se sabe que no te entusiasman mucho los festivales.

- Es que casi nunca se puede probar sonido como corresponde; hay demasiados artistas. Hace mucho tiempo me daba muy mal humor, ahora no tanto. Pero en el show sigo pasándolo mal cuando no suena bien, cuando hay fallas técnicas; me irrito un tanto cuando no puedo cantar como quiero. Lo que me pone muy mal es tocar y sentir que la gente se está aburriendo. Muchas veces me pasa: festivales muy grandes, con gente que no te fue a ver, y les veo en la cara lo que les está sucediendo. Es muy feo cuando no salen bien las cosas y no dependen de uno.

- ¿Te gusta cantar en teatros, en espacios públicos o cerrados, porque tu música parece más intimista?

- Me gustan los lugares para 1.000 o 1.500 personas o menos, no sé qué te puedo decir, pero lo importante es que estén llenos, eso le da un plus para mí... No me gustan los sitios vacíos. Está bueno cuando veo gente parada, porque antes mi público siempre estaba sentado... Desde que cambié de tocar para público sentado a parado, cambió mucho la energía en los espectáculos. Hace mucho que quería eso, es algo bueno porque es un proceso de ida y vuelta, contagioso. Respecto a la cantidad, que sean muchos o pocos no me importa, pero que el lugar esté lleno, eso sí, me carga.

- ¿Qué música te gusta o te ha influenciado?

- No lo sé, la verdad. Quizás la música indú, celta o la música a pedal (hecha con un sonido que se sostiene sin cambiar la altura); pero más que influencias diría que hay una familiaridad con ellas, aunque no escucho mucho. La primera vez que oí música tribal en serio fue cuando viví en Francia y después en Ibiza, en la casa de unos hippies. Me enfoco en las melodías y ritmos, las letras nunca están primero, vienen después. Creo en un mundo abstracto; a veces las letras no llegan nunca y hay canciones que no la necesitan. Me interesa provocar algo con la música, no con las letras. Por eso siempre están supeditadas a una melodía. Surgen de balbuceos y tarareos... Y a veces tengo la suerte de que me salga una frase inconciente.

- Hay una invasión de mujeres en espacios que antes no tenían.

- Primero te voy a decir que la música y las artes están mucho más allá del género. El sistema obliga a que haya más igualdad entre mujeres y hombres. Hace falta que alguien lo haga notar para que cambie. Sabemos que al principio todo se exagera, pero es necesario que haya esa ruptura, que se termine con la desigualdad. Me parece que es machismo, por ejemplo, cuando aplauden a una baterista (un instrumento que siempre tocaban los hombres), porque vale tanto el talento como el género. Me da ternura cuando recuerdo cartas de algunos fans que hoy no se podrían escribir, porque los hombres están muy cohibidos y se quedan en el molde.

> Desde la televisión
Una “luz mala” irónica y mágica

Juana Molina comenzó en la pantalla chica antes que en la música. Realizó atractivos personajes en el programa “La noticia rebelde”, en el ciclo de Antonio Gasalla y en “Juana y sus hermanas”, donde interpretaba diferentes roles. Su séptimo disco, “Halo”, tuvo gran repercusión en la crítica internacional, y fue seguido por una gira debut por Europa, Estados Unidos y Japón. “En las antiguas leyendas populares se creía en la ‘luz mala’, un extraño halo que flota sobre el suelo y asusta a los viajeros”, se lee en la presentación de su producción. “La música de Juana es a la vez juguetona y seria, irónica, imaginativa y mágica”, se añade.

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