Lobo Medina, el tucumano que puede saltar a la Superliga

Lobo Medina, el tucumano que puede saltar a la Superliga

El árbitro está en su mejor momento y sueña en grande gracias a sus buenos rendimientos.

BIEN ACOMPAÑADO. Luis Orlando, con Delfina Victoria, su hija yNahir, su novia. LA GACETA / FOTO DE HÉCTOR PERALTA BIEN ACOMPAÑADO. Luis Orlando, con Delfina Victoria, su hija yNahir, su novia. LA GACETA / FOTO DE HÉCTOR PERALTA

Profesor de Educación Física, dedicado a los chicos especiales y ancianos, Luis Orlando Lobo Medina podría ser muy pronto árbitro de la Superliga. Podría estar en el podio como lo estuvieron Carlos Salado o Pedro Argañaraz. El nacido en Lastenia hace 34 años ya tuvo un guiño del futuro: acaba de recibir el Premio Alumni 2018 (que otorga el Círculo de dirigentes y ex dirigentes deportivos), como el mejor de 2018 en la terna de Federal A. Ya en 2017 estuvo entre los tres mejores.

Lobo Medina visitó la redacción LA GACETA horas después de almorzar con su madre Teresa y con su padre Orlando, ex combatiente de Malvinas; un conscripto que salvó su vida en aquel ataque inglés al crucero General Belgrano, en 1982. “Tres años después, nací yo” dice emocionado el hombre, que llegó acompañado por su hija Delfina Victoria (de seis años) y por su novia, Nahir Unco.

Su historia como juez nació en 2005, cuando comenzó su primer año en el curso de la escuela de árbitros en la Liga Tucumana. Y en 2009 pasó a ser nacional. A partir de 2011, forma parte de los contratados de AFA. “Mi vocación nació cuando a los 15 años cursaba el secundario en el colegio Santo Cristo, en Banda del Río Salí. Teníamos que juntar dinero para el viaje de egresados a Carlos Paz. Y una forma fue organizar un torneo de fútbol 5, entre escuelas y colegios de la zona. El encargado del arbitraje era Aldo Córdoba, que era un poco más grande que yo. Yo fui y me paré contra la tela, observando los partidos. Entonces él me preguntó si quería dirigir un partido entre los barrios El Palomar y San Antonio del Bajo. Le dije que sí. Me dio el silbato y se retiró. Pero el partido duró unos minutos nomás, luego de una falta fuerte de un jugador, que derivó en una batahola. Cuando Aldo regresó, le comenté lo que había pasado. Y decidió la descalificación de los dos equipos. Así empezó mi historia con ser árbitro”, dijo sobre sus comienzos, hace 19 años.

A Lobo Medina lo designaron para dirigir hoy Morón-Olimpo, un partido que puede definir un descenso. Será su continuidad en la B Nacional, en la que lleva 54 partidos, sin contar los 150 del Federal A, con cinco finales.

El árbitro viene de hacer una pretemporada y un curso FIFA-RAP con la orientación del instructor chileno Enrique Osses. “Fue excelente. Fuimos 33 los que participamos, con el objetivo de tener una proyección para ser internacionales. Fueron jornadas de intensa capacitación, se trataron diferentes temas centrales. Uno de ellos fue el VAR, que próximamente será utilizado en la Superliga”.

Se le pregunta cómo llegó a esa convocatoria. Y dijo: “A través de Federico Beligoy, la máxima autoridad de la Asociación Argentina, que me invitó. Él analizó todo mi estadística, mi continuidad arbitrando. Me sentí muy feliz por haber estado 10 días de puro enriquecimiento sobre diferentes temas”.

 BIEN ACOMPAÑADO. Luis Orlando, con Delfina Victoria, su hija y Nahir, su novia. LA GACETA / FOTO DE HÉCTOR PERALTA BIEN ACOMPAÑADO. Luis Orlando, con Delfina Victoria, su hija y Nahir, su novia. LA GACETA / FOTO DE HÉCTOR PERALTA

Lobo Medina, en 2006 debutó en el torneo liguista en un choque de sexta división entre Argentinos del Norte y Sportivo Guzmán. Seis años después, ya estaba en el Nacional B: su primer desafío fue en Mar del Plata, entre Aldosivi-Almirante Brown. Este año, ya dirigió su primer cotejo en la Copa Argentina (Banfield-Juventud Unida de Gualeguaychú). Su techo está alto.

Sobre el presente, reflexionó: “Hoy me siento parte de la planta permanente de árbitros. Eso se debe a la continuidad que vengo teniendo. Pienso que hay una luz de esperanza de poder debutar pronto en la Superliga. Pensé que se me podía haber dado este fin de semana. No hace mucho tiempo estaba a prueba; dirigía una vez cada mes o cada siete semanas en el Nacional B. Ahora me dieron la responsabilidad de estar en los mejores partidos del ascenso. Siento que estoy en mi mejor momento”.

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