Un gato y un ratón sobre aguas turbulentas

Un gato y un ratón sobre aguas turbulentas

Hace cinco décadas, Paul Simon escribía un éxito que se convirtió en un clásico de la música popular. El conflictuado dúo con Art Garfunkel.

Paul sueña con ser un seductor a lo Elvis Presley, pero la pinta no es su fortaleza. Para conquistar a las muchachas, no le queda otro recurso que escribir canciones, que no es poco. Arthur es rubilindo, seductor y vislumbra un futuro de película. El dúo ya deambula por los colegios neoyorquinos, bajo el ropaje de “Tom y Jerry”, personajes que harán camino al andar en su historia. Con el primer simple Hey, school girl venden 100.000 copias.

La universidad les bifurca los caminos. Paul (13/10/1941) se zambulle en la literatura inglesa, se gradúa y se pasa al territorio de la abogacía. Art (5/11/1941) apuesta a las matemáticas y se convierte en doctor. Paul conoce a Carole Klein (luego King), una muchacha que quiere ganarse un lugar bajo el sol, cantando sus propios temas y finalmente lo logrará. Por ese entonces, ambos bucean en los pentagramas sin demasiada suerte.

Harto de estar harto, Paul cruza el gran charco que lo separa de Londres y llama a Arthur que anda paseando por París. Regresan a Nueva York con la idea de resucitar el dúo y convencen a la CBS. En noviembre de 1964, sale el primer disco a la calle (Miércoles a las tres de la madrugada), pero esta vez con sus apellidos. El éxito tiene pocos amigos. El dueto se marcha a Londres.

1965. “En sueños interminables, paseaba solo por estrechas calles adoquinadas, bajo el halo de una farola, me levanté el cuello por el frío y la niebla, y mis ojos fueron heridos por el destello de una luz de neón que hendió la oscuridad… En la desnuda luz vi diez mil personas, puede que más; la gente charlaba sin hablar, la gente oía sin escuchar, la gente escribía canciones que ninguna voz compartía…”, escribe Paul. El productor Tom Wilson descubre que la poesía sopla Los sonidos del silencio. Le agrega bajo, batería, guitarra eléctrica y lanza la canción como simple. Ocupar el primer puesto en el ranking es inevitable.

Paul y Artie regresan en el 66 a Nueva York, llevando en sus gargantas Volviendo a casa. Inesperadamente, brotan dos álbumes. La película El graduado (1968) mece en su banda sonora a Mrs. Robinson. La fama se disfruta al cuadrado. Las peleas de Tom y Jerry también. Los premios Grammy que no tardan en llegar.

Cuesta abajo

1969. La relación personal va cuesta abajo. Paul, mentor de las canciones, está siempre a la búsqueda de nuevas pulsiones musicales. “Un hombre puede tener muchas corbatas, pero si hay una que es su preferida, ¿por qué usar otra?”, dice Art. Las aguas no son mansas. “Cuando estés abrumado y te sientas pequeño, cuando haya lágrimas en tus ojos, yo las secaré todas. Estoy a tu lado… Cuando te sientas deprimido y extraño, cuando te encuentres perdido, cuando la noche caiga sin piedad, yo te consolaré. Estaré a tu lado...”, escribe Paul para su novia Peggy. La luz alumbra la canción en Carbondale (Illinois) el 8 de noviembre y se escucha el 30 de ese mes en el programa televisivo Songs Of America, de la CBS. Modifica luego algunos versos para universalizarla.

1970. Con el folk de base y algunas pizcas de rock, se trepan a la cima con el disco Puente sobre aguas turbulentas, que abraza casi una docena de joyas musicales y vende 12 millones de copias. Desencuentros entre el gato y el ratón. La rajadura se abre ese 18 de julio en el barrio Forest Hills, que los vio crecer, donde concluye la gira. Los Grammy llegan en el 71. El dúo es ya pasado. Art quiere ser actor y lo logra en Conocimiento carnal. Paul camina su senda solista y no le va mal.

1981. En el Central Park, 500.000 personas celebran el reencuentro. “Fue muy desagradable. No nos poníamos de acuerdo en nada. Así que no podíamos crear nada nuevo, sólo recrear lo hecho, lo cual era muy frustrante”, diría Paul.

Una canción queda flotando en el tiempo. “Navega, chica plateada, navega, ha comenzado a brillar tu estrella, todos tus sueños se verán colmados. Mira cómo resplandecen. Si necesitas un amigo, yo navego tras de ti, como un puente sobre aguas turbulentas, aliviaré tu mente...”, cantan Simon & Garfunkel. No sospechaban hace cinco décadas que la historia de la música popular les había guardado un lugarcito. Tal vez en los sonidos del silencio danzan las aguas turbulentas de Tom y Jerry.

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