Murió Pablo Toranzo, el reconocido fotógrafo documental tucumano

Tenía 40 años y había recorrido el mundo registrando guerras, desastres naturales y las condiciones de reclusión en Villa Urquiza. Fue uno de los sobrevivientes de la tragedia de Perú. Video.

23 Marzo 2019

Con su cámara recorrió los cinco continentes. Fue un aventurero comprometido con la fotografía y con las causas perdidas. A los 40 años, luego de luchar contra una enfermedad, murió el tucumano Pablo Toranzo.

En su extensa carrera trabajó 13 años afuera del país, con proyectos en el Pantanal Brasilero-Boliviano, financiado por World Wild Fund (WWF). También se sumó a Greenpeace Internacional en proyectos desarrollados en el Sudeste Asiático, Congo, Amazonas, Groenlandia, Nueva Zelanda, Canadá, Estados Unidos y México. 

Registró para "Medicos sin Fronteras" el bombardeo Israelí al Líbano en 2006 y se quedó en Oriente Medio durante el resto de la década. 

En 2012 decidió pegar la vuelta y se instaló en Tucumán, desde donde llevó adelante proyectos como “Las Ollas, entre el desierto y la sal”, en las poblaciones de las Salinas cordobesas, además de “Andalgala, el otro bicentenario” y “Norte Gaseado”, trabajos que reflejaron la lucha de un pueblo por resistirse a la minería a cielo abierto.

Con una amplia repercusión en los medios, junto a Bruno Cerimele, gestó una de sus obras más recordadas: “Tras la Cuarta Reja”, que retrató a los reclusos y le sacó el velo a las condiciones de vida dentro del penal de Villa Urquiza.

"La cárcel es un lugar donde la muerte reina. Durante los ocho meses que estuve circulando dentro de las Unidades del Penal fallecieron nueve internos, ocho por peleas y uno por suicidio (ahorcado)", escribió en su libro fotográfico "Tras la cuarta reja".

En los últimos meses, junto a Franco Vera, trabajaba en La Costanera y Los Vázquez, dos zonas de la capital tucumana marcadas por las adicciones, el narcotráfico y la estigmatización social. Ver la galería de fotos de "Tras la cuarta reja".

La tragedia del Sollunko

La vida de Toranzo había quedado marcada para siempre el domingo 22 de enero de 1995. Tenía apenas 17 años cuando, junto a un grupo de montañistas del colegio Monserrat, escaló el Sollunko, el más imponente de los cerros enclavados en la cordillera central de Perú, en Cuzco. 

Toranzo fue el único de los ocho expedicionarios que hizo cumbre y sobrevivió a la trágica avalancha de nieve que le costó la vida a Sergio Rodríguez (de 26 años), a los profesores Cristian Rivero, de 25 y Pablo Palavecino, de 23; a los jóvenes Adriana Rodríguez, de 19, Mariana Lara, de 18, Silvana Alvarez, de 17 y a los adolescentes José María Sánchez, de 15 y Andrés Rodríguez, de 14.

El preceptor Gabriel Bazán, que por entonces tenía 32 años, Eneas Toranzo (hermano de Pablo) 16 y Teresa Robles 14 se salvaron. Sufrían un cuadro de bronquitis y habían decidido quedarse en un campamento base. 

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