Un tucumano de Greenpeace se encadenó para protestar en México

Un tucumano de Greenpeace se encadenó para protestar en México

El activista Pablo Toranzo intenta evitar el ingreso de maíz transgénico desde Estados Unidos.

MEDIDA EXTREMA. El tucumano Toranzo (izquierda) se encadenó al ancla de un carguero norteamericano. MEDIDA EXTREMA. El tucumano Toranzo (izquierda) se encadenó al ancla de un carguero norteamericano.
13 Septiembre 2003
VERACRUZ, México.- Mientras efectivos de la marina mexicana se acercaban al lugar de la protesta, el activista tucumano de Greenpeace, Pablo Toranzo (25) se encadenó al ancla de un carguero norteamericano con 40.000 toneladas de maíz transgénico, en el puerto de Veracruz. Junto a otro activista mexicano, Toranzo está cercando al barco estadounidense "Ikam Altamira" y puso un cartel que dice "Liberen a la gente del Comercio forzado", en coincidencia con la reunión de la Organización Mundial del Comercio.
La protesta es en apoyo de la entrada en vigor de una legislación internacional que permite a los países rechazar el ingreso de organismos genéticamente modificados. "Greenpeace está haciendo cumplir el Protocolo de Bioseguridad, que la OMC pretende boicotear", dijo el activista tucumano Toranzo, uno de los sobrevivientes de la tragedia de Soyunko (Perú), donde murieron 8 montañistas tucumanos, en enero del 95. "Hasta que este buque no regrese a EE.UU., seguiremos aquí encadenados", señaló.
La protesta comenzó ayer, en el marco de la ola de repudio a las negociaciones de la OMC. En esta acción directa participan, además de Toranzo, otros dos activistas argentinos: Gustavo Ampugnani (28 años, bonaerense), y el capitán del barco Sunrise de Greenpeace, Daniel Rizzotti (37 años, también tucumano). Militares mexicanos cercaron el lugar de protesta, mientras negociaban para que se levante la medida.
Greenpeace lanzó un llamado a no permitir que la OMC opere a favor de intereses corporativos a expensas de los intereses públicos y de las normas internacionales. "Las reglas del libre comercio no deben prevalecer sobre los acuerdos ambientales internacionales, como el Protocolo de Kyoto sobre cambio climático o el Protocolo de Bioseguridad de Cartagena, sino más bien deben respaldarlos", agregó Rizzotti.

Protocolo vigente
Ayer entró en vigencia el Protocolo de Cartagena de Bioseguridad, y así como el Protocolo de Kyoto regula la emisión de gases invernadero, el de Bioseguridad permite a los países prohibir los transgénicos cuando son un riesgo para la salud o el ambiente. El acuerdo establece que los países deben tomar acciones para prevenir los efectos adversos de los organismos transgénicos sobre la conservación y el uso sustentable de la diversidad biológica.
La liberalización de la agricultura es uno de los puntos más peleados en la reunión de la OMC. Para los países del rur, el libre comercio en la agricultura es forzado, ya que deben aceptar las exportaciones subsidiadas de los países del Norte.
Hoy las exportaciones subsidiadas de maíz estadounidense, en gran parte transgénicos, inundan el mercado mexicano, amenazando la supervivencia de sus agricultores y la de las variedades tradicionales y salvajes del maíz de México, una de las reservas más importantes de material genético para garantizar la seguridad alimentaria global.
"EE.UU. está intentando imponer los transgénicos a los agricultores y a los consumidores de todo el planeta, ignorando los graves riesgos que estos cultivos representan para la salud, el medio ambiente y la seguridad alimentaria global", denunció Rizzotti. (Especial para LA GACETA)

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