Violeta Hemsy de Gainza: “La escuela debe desarrollar la música porque es un derecho humano”

Violeta Hemsy de Gainza: “La escuela debe desarrollar la música porque es un derecho humano”

La prestigiosa pedagoga musical Violeta Hemsy de Gainza, de 90 años, recibió un reconocimiento como Mujer Destacada.

EN TUCUMÁN. Violeta Hemsy de Gainza, el día que recibió la distinción que otorgó la Municipalidad.LA GACETA / FOTO DE JOSÉ NUNO.- EN TUCUMÁN. Violeta Hemsy de Gainza, el día que recibió la distinción que otorgó la Municipalidad.LA GACETA / FOTO DE JOSÉ NUNO.-

“La música es un tesoro más grande que las pirámides de Egipto y que la Torre Eiffel. Es un invento de la humanidad inconmensurable, es el tesoro más grande de la humanidad”, asegura Violeta Hemsy de Gainza. Es pedagoga musical y a sus 90 años aún sigue enseñando y compartiendo sus conocimientos sin guardarse nada. Su instrumento aliado: el piano. Debido a su inmensa trayectoria, esta mujer fue una de las distinguidas por la Municipalidad capitalina el Día de la Mujer

Vive hace más de 60 años en Buenos Aires (desde que se casó), pero hizo todos sus estudios en Tucumán. Volvió a la provincia para recibir su distinción y recibió a LA GACETA en el bar del hotel donde se hospedó. Mostró una lucidez envidiable para su edad y Lució muy feliz por haber sido reconocida.

- ¿Qué significa para usted haber recibido un premio como mujer destacada?

- Siento que formo parte de la historia musical y cultural de esta ciudad porque yo me formé aquí. Después estudié en Estados Unidos para especializarme en pedagogía de la educación musical. Fue la ocupación básica de mi vida.

- ¿Por qué la reconocieron?

- Escribí muchos libros, más de 50 que fueron traducidos en varios idiomas. Me dediqué mucho a las instituciones, estuve trabajando como 20 años en la Sociedad Internacional de Educación Musical; era bastante joven, ahí aprendí mucho, fue muy importante y necesaria esa experiencia. Después decidí hacer una institución latinoamericana, la creamos entre cuatro mujeres. Así, en 1995 nació el Foro Latinoamericano de Educación Musical (Fladem), que continúa funcionando hoy. Estamos luchando por una educación inclusiva, útil, sensible. Queremos aprovechar todo lo que brinda la música y que la escuela se haga cargo. La música es tan importante como aprender lengua, matemáticas; no es más importante, tiene la misma importancia. Es un lenguaje universal que se aplica terapéuticamente a cualquier desorden físico o mental. Yo también tuve la suerte de estar en el grupo de fundadores de la primera asociación latinoamericana de musicoterapia. No estoy pendiente de los premios y reconocimientos; los agradezco, pero mi vida sigue igual.

- ¿Cuándo nació su vocación por la música?

- Mi mama me anotó en la academia de Bellas Artes a los 6 años; era el primer conservatorio de Tucumán. En ese momento no sabía nada, ni me acuerdo qué me hacían hacer, pero se dieron cuenta de mi oído absoluto. Ahí me dieron una beca. Para mí la música fue parte de mi vida siempre, nunca le di más importancia de la que tenía, yo estaba bien y cómoda.

- ¿A qué se debe su amor por el piano?

-El piano es esencial, es el rey. Como formadora de músicos es un instrumento maravilloso, es una mesa llena de sonidos y cualquier cosa que hagás ya es música. Cualquier mezcla de sonidos es una base para alguna canción. Es un instrumento didáctico por excelencia. Incluso desde distintos lugares de donde se lo escuche cambia el sonido. De entrada, la música es algo que nos pertenece. La escuela debe desarrollarla porque la música es un derecho humano. Ayuda a todos.

- ¿Cuándo empezó a dar clases?

- Desde muy chica, yo ingrese a la secundaria en la escuela vocacional Sarmiento a los 11 años y les enseñaba a mis amigas para que puedan pasar el ingreso. Me resultaba fácil enseñar, será porque me enseñaron muy bien.

- Usted tuvo la posibilidad de estudiar música en otros países ¿Es notable la diferencia con la educación en Argentina?

- No, no hay diferencia. Yo nunca había valorado nuestra educación porque vivía acá. Pero tenemos muy buena educación aunque no se aplica como me gustaría. Cuando fui a estudiar a Estados Unidos en 1951 me sorprendió que todas las maestras de escuela supieran tocar el piano y les enseñaban a los alumnos. Ese pragmatismo es típico de los estadounidenses. Cuando volví a Tucumán me casé y me mudé a Buenos Aires. Comencé a enseñar en colegio de música de Buenos Aires, una institución precursora de la educación activa. El siglo XX fue un siglo de guerras pero que también trajo muchos cambios. La escuela pasó de ser teórica y pasiva a una activa como lo es ahora.

- ¿Cómo junto la pedagogía con la música?

- La pedagogía es una capacidad para transmitir algo. Es una aptitud y una actitud. Mucha gente me pregunta si compongo; si quisiera lo haría. Mi tendencia a expresar mi creatividad es la pedagogía. Sé que enseño de una manera que no pasa desapercibida y mis alumnos aprenden rápido. Yo les transmito todos mis conocimientos sin mezquinar nada y de una manera muy natural. Aún sigo enseñando. No quiero pasar mi edad sin hacer nada, yo enseño, descanso y sigo aprendiendo.

- ¿Alguien de su familia heredó su amor por la música?

- Mis cuatro hijos, aunque se dedican a otra cosa. Llevan en los genes el amor por la música, me dijeron muchas veces que no sabrían vivir sin ella. Incluso me mandan videos de mi bisnieto, que está en París y con solo dos años agarra la guitarra y se hace el de cantar. Uno de mis hijos tiene un estudio de grabación. También publiqué muchos libros con sus composiciones sumadas a las de mis alumnos.

- ¿Cómo ve la enseñanza de música en las escuelas de Tucumán?

- Estamos en una crisis, algo así como la crisis económica. Lo nuestro viene de lejos, la dirección política anterior organizó bien las cosas, los maestros estaban mejor pagos y había material para los alumnos. Sin embargo venció la pedagogía neoliberal. En vez de aprovechar todo lo que la escuela activa tiene, es al revés. No promovemos la creatividad, promovemos la teoría separada de la práctica. Somos víctimas de un modelo neoliberal nefasto. Los nenes comienzan a hablar mediante la práctica y no por la teoría, nadie le da libros para que aprendan a hablar; con la música es igual. La teoría es importante, pero solo si está unida a la práctica. Ahora les enseñan notas sueltas a los chicos y no llegan a la práctica. Eso no es pedagogía.

- ¿Cuándo empezó a decaer la enseñanza?

- En la última década del siglo XX, por eso yo hablo de la globalización. Muchos de mis libros hablan sobre este tema. Estamos casi dos décadas después y los cambios se dan en la calle, siempre hablando en el caso de la música.

- ¿Considera que la música es una terapia?

- La música es un elemento, un estímulo, algo que le hace bien a una persona desde antes de nacer. En el seno materno el niño se mueve al estímulo de la música y está demostrado que el recién nacido reacciona ante la canción que escuchó mucho en los últimos meses de gestación. 

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