Los telómeros guardan el secreto de la longevidad

Cada vez más científicos investigan los aspectos del envejecimiento humano, incluidos los telómeros, las mitocondrias y la forma de las proteínas.

19 Marzo 2019

Una de las clave para entender el envejecimiento, según los científicos, son los telómeros. Estas piezas actúan como los escudos protectores del ADN de nuestras células. El nombre, de origen griego, significa literalmente “parte final”. Los telómeros son los extremos de los cromosomas, algo parecido, dicen los científicos, a las puntas de plástico de los cordones de los zapatos.

Se trata -según informa la BBC- de partes del ADN muy repetitivas y no codificantes: su función principal es proteger el material genético que porta el resto del cromosoma. A medida que nuestras células se dividen para multiplicarse y para regenerar los tejidos y órganos de nuestro cuerpo se va reduciendo la longitud de los telómeros, y por eso con el paso del tiempo se hacen más cortos.

Al momento en que, finalmente, los telómeros se quedan tan pequeños que ya no pueden proteger el ADN, las células dejan de reproducirse: alcanzan un estado de senectud o vejez. Por esa razón, la longitud de los telómeros se considera un “biomarcador de envejecimiento” clave a nivel molecular. Sin embargo, no es el único, y en años recientes concentró la atención de varias investigaciones.

La longitud de los telómeros se mide en “pares de base”, que son las parejas de nucleótidos opuestos y complementarios que están conectadas por puentes de hidrógeno en la cadena de ADN. Esa longitud varía mucho entre distintas especies. En el caso de los humanos, la longitud de los telómeros se deteriora desde una media de 11 kilobases al nacer hasta unas 4 kilobases en la vejez.

Hace una década, tres investigadores estadounidenses obtuvieron el premio Nobel de medicina por su trabajo sobre el envejecimiento de las células y su relación con el cáncer. Elizabeth Blackburn, Carol Greider y Jack Szostak investigaron los telómeros y descubrieron que la enzima telomerasa puede proteger a los cromosomas del envejecimiento. Descubrieron que puede hacer que se regeneren los telómeros; es decir que los puede prolongar.

Esta enzima ayuda a evitar que los telómeros se achiquen con la división celular, lo que contribuye a mantener la juventud biológica de las células.

Enfermedades

Gran parte de las investigaciones sobre telómeros no tiene que ver con una aspiración estética de lograr longevidad, sino con la cura potencial de enfermedades.

La española María Blasco, que trabajó en Estados Unidos con Greider, ahora es la directora del Grupo de Telómeros y Telomerasa del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas de España.

Blasco lideró el desarrollo de una nueva técnica que bloquea la capacidad del glioblastoma, uno de los cánceres cerebrales más agresivos, para regenerarse y reproducirse, precisamente atacando los telómeros de las células cancerígenas. En pruebas con ratones redujeron el crecimiento de los tumores.

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