Pigna retrata la vida de mujeres que se atrevieron a enfrentar al patriarcado

Pigna retrata la vida de mujeres que se atrevieron a enfrentar al patriarcado

El autor presentará esta noche su reciente libro “Mujeres insolentes de la historia”, en el que demuestra que la lucha femenina no es una moda.

HISTORIADOR. Felipe Pigna habla de valientes mujeres que se levantaron contra el orden establecido. HISTORIADOR. Felipe Pigna habla de valientes mujeres que se levantaron contra el orden establecido.
27 Febrero 2019

Llevaba más de dos horas con las manos al volante. Ayer, cuando recibió la llamada de LA GACETA, el escritor Felipe Pigna hizo una parada en la mitad del viaje para atender el teléfono. El historiador habló sobre “Mujeres insolentes de la historia”, su nuevo libro que presentará hoy, a las 20, en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNT.

“Son dos tomos, que incluyen un recorrido desde la conquista de América hasta el siglo XX, rescatando en total 56 mujeres muy diversas, que se atrevieron a enfrentar al patriarcado en su momento, y destacó la variedad: hay científicas, poetas, escritoras, guerreras de la Independencia, rebeldes indígenas, actrices, promotoras culturales, políticas, así que es un recorrido por esas vidas y a la vez es un recorrido por la historia argentina.

-La obra deja en claro que la lucha de las mujeres no es una moda que empezó ahora...

-Exactamente. Eso me parece interesante y nació un poco así porque el libro tiene su guiño al público infanto-juvenil, porque está muy bien ilustrado por Augusto Costhanzo y si bien es un libro para todo público, también está pensado para adolescentes y niños; y esto tiene que ver con que voy mucho a escuelas para dar charlas y las chicas y chicos me preguntaban de dónde venía esto, si era un moda, y la respuesta es que no, que es una larga historia y me pareció lindo contárselos con este libro ilustrado.

-¿Encontrás diferencias o similitudes entre aquella lucha de las mujeres y lo que pasa hoy?

-Sí. Creo que es una continuidad. Se ha avanzado mucho, pero hay mucho por hacer. Todavía se sigue cuestionando la posibilidad de que la mujer decida sobre su cuerpo, sobre su vida; seguimos hablando de crímenes pasionales, se sigue sospechando de la víctima en cada violación, se busca el facebook, el twitter de la víctima y qué hizo, y qué dejó de hacer, en vez de investigar a los femicidas, y hay todo un lenguaje, vemos en la prensa que dicen ‘fue hallada muerta’, siendo que fue asesinada, por eso creo que todavía hay mucho por hacer y estamos apenas empezando a lograr la paridad política, donde en las listas tiene que haber una cantidad igual de mujeres y hombres. Hubo una reglamentación del 33%, que era un mínimo no un tope y siempre fue tomado por los partidos como un tope y la verdad que esto tiene que ver con el sentido común. Más allá de lo que pensemos del modelo feminista, es la mitad de la población, hay una mayoría de mujeres (51%) y es una cuestión de justicia, me parece. Creo que la reivindicación de los derechos femeninos nos hace bien a todos, nos mejora como sociedad.

-¿Cómo fue la selección de los personajes?

-No fue fácil, pero había un criterio de mi parte que era incluir a mujeres muy representativas dentro de distintas actividades; entonces ahí se fue justificando y está claro que hay muchas más, pero es como simbólico.

-¿Qué te gustaría que el lector sienta o piense al final de libro?

-Que reconozca que hay una larga historia y que conozca estas vidas, que no han sido transitadas por la historia oficial. La mujer ha sido habitualmente descripta como ‘detrás de todo gran hombre hay una gran mujer’ o asignándole roles pasivos: la que cantó el himno, la que cosió la bandera; es decir, en cosas secundarias e incluso cierta culpabilidad como que la mujer no quiso participar de ciertos momentos cuando en realidad no estaba habilitada para hacerlo. La mujer no pudo participar en el Congreso de Tucumán, no pudo en la Revolución de Mayo en términos formales, porque no estaba habilitada a la participación política; por ejemplo, pensaba en que la autora de Frankenstein (Mary Shelley), en 1818, no pudo firmar el libro en un país avanzado como es Gran Bretaña. Y de aquí nombro a Juana Gorriti, a Juana Manso, que fueron las primeras que se animaron a firmar sus obras, que era un escándalo para la época, que una mujer firme con su nombre real y no con un seudónimo.

-Venís seguido, ¿cómo te trata Tucumán?

-Me encanta Tucumán. Es una provincia cargada de historia y con muy linda gente, y volveré con Darío Sztajnszrajber el 28 de marzo para el estreno nacional de Preguntas de la historia y la filosofía en el teatro Mercedes Sosa, donde abordamos tres temas importantes desde la filosofía: patria, justicia y rock.

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